Música

Xavier Rudd: «La Leyenda del Niño criado entre Canguros»

La crisis del 29, el perí­odo de entreguerras, las dos guerras mundiales, los movimientos de liberación de las colonias, la Revolución Cultural, mayo del 68… todos ellos son procesos que han acompañado terremotos de explosión musical. Su fruto son cientos de miles de músicos, geniales, desconocidos o populares que han sido altavoces de cada uno de esos cambios, aun sin serlo explí­citamente en sus canciones. Algo que sí­ caracteriza especialmente la década de los 60´s y 70´s.

Pero desde rincipios de los años 80´s parece que nos hemos quedado huérfanos, y cuando hablamos lo hacemos de nuestros abuelos. Desde luego existen músicos extraordinarios, pero en su contenido parece que no se sabe contra que se lucha porque se lucha contra todo. No es culpa nuestra, sino de la monopolización de “los canales” y el pensamiento – hacia dónde orientan y como ocultan al “vampiro” -… Xavier Rudd nació en 1978, en Torquay – ciudad del estado australiano de Victoria – y su música es ejemplo vivo de la orfandad musical de las últimas décadas. No porque suene vacío, al contrario, sino porque como nuestros antepasados “ya viven entre nosotros”, el alimento materno se busca allí donde brote sano y nutritivo – musicalmente hablando, se entiende -. Con 8 discos a sus espaldas, este virtuoso del Didgeridoo, y la Weissenborn slide guitar, combina el sonido folk, con palos del reagge, el blues, el rock y un tintineo de raíz aborigen. Rodeado por instrumentos como un “hombre-orquesta”, Rudd sorprende con magníficas interpretaciones prácticamente en solitario. Además de la publicación de un nuevo disco – “Dark shades of blue” – Rudd emprendió en el 2008 una larga gira por EEUU, acabando el año con varias actuaciones en Bélgica, Holanda y Suiza. Con el desconcierto todavía presente, la sobre saturación y el ruido, una cosa es qué música nos quieren ofrecer, y otra, cómo la gente responde. En España la copla, el cante o los clásicos del rock han hecho el papel de tierna madre con exitosa originalidad. En este caso Xavier Rudd se buscó una canguro que lo amamantase. Aunque en sus letras se pueda leer la confusión de la que venimos, su música es sincera y terrosa, como el polvo que entra en casa los días de poniente; por mucho que barras ya no hay forma de que se vaya.

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