Cómic

Will Eisner. El corazón del cómic.

«La vida en viñetas» es el tí­tulo bajo el cual Norma Editorial publica una interesante recopilación de relatos breves del gran autor. Eisner fue el encargado de desarrollar la narrativa gráfica, que hasta entonces quedaba reducida a la tira cómica del periódico, y le otorgo un rango narrativo derivado del cine. Pero además de eso, sus ensayos formales eran en realidad pequeñas historias sobre la vida cotidiana de las gentes que sobreviví­an a la Gran Depresión.

Eisner alcanzó el éxito con su ersonaje The Spirit –recientemente trasladado al cine de una manera que hace muy poca justicia a su obra-, pero después de eso dio un giro radical a su carrera. Esta decisión hizo temblar los cimientos del mundo de la historieta y sobre esos escombros se ha construido el lenguaje sobre el que todos los autores se sustentan ahora. Él fue el primero en intentar “normalizar” el medio, basándose en teorías sobre la percepción visual, y demostrar con sus narraciones cortas, la versatilidad que podía alcanzar el cómic, utilizando diversas composiciones a la hora de ordenar las viñetas.Viaje al Corazón de la Tormenta, El Soñador o Las Reglas del Juego, son algunos de los relatos que componen este álbum, en el que además de mostrar sus virtuosos ejercicios de narración, Will Eisner trasladaba al papel las experiencias, propias y ajenas, de una sociedad marcada por la debacle económica y la dificultad para sobrevivir.Porque Eisner no era sólo un teórico del cómic, era un artista comprometido con la realidad que vivían las gentes de su país. Su desarrollo formal del lenguaje no era mostrado como una aportación neutral, sino que era utilizado para seguir hablando del mundo en el que vivía, porque, al fin y al cabo, lo único que el ansiaba era simplemente contar historias.Así, todos los cuentos incluidos en La vida en viñetas fueron adaptados al formato de novela gráfica tal y como lo conocemos hoy. Son píldoras explosivas, en las que aparecen personajes inventando para sobrevivir, luchando para salir adelante en plena depresión económica, y retratando el dudoso prototipo estadounidense del hombre hecho a sí mismo, que él personificaba a la perfección en algunas historias autobiográficas profundamente autocríticas.

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