Según manifestó el general Breedlove, Putin estaba aprovechando la tregua para envíar «más de mil vehículos de combate, fuerzas de combate rusas, así como batallones de artillería, algunos de ellos pertenecientes a su defensa antiaérea más sofisticada,» a las facciones prorusas de Donbas.
En la cancillería alemana sonaron inmediatamente todas las alarmas. Pero no preocupados por Putin, sino por las declaraciones del general norteamericano. La agencia de inteligencia exterior alemana, que sigue al detalle los movimientos de tropas en Ucrania, no tenía constancia de ninguno de los movimientos de tropas denunciados por Breedlove. Y no era la primera vez que algo así ocurría. «Los halcones de Obama son partidarios de que Washington arme a Ucrania cuanto antes y con el armamento más letal posible» Altos mandos militares norteamericanos, junto a destacados representantes políticos de la administración Obama están jugando fuerte a aplicar una línea de más mano dura con Putin y torpedear los intentos europeos por frenar una escalada bélica en las puertas mismas de la UE. Debilitar a Putin para frenar su política “hostil” se ha convertido en uno de los ejes principales de la política exterior norteamericana. Para Washington es cada vez más imperativo desplazar el grueso de sus fuerzas y su atención hacia Asia, con el fin de contener el ascenso de China, el verdadero peligro capaz de acabar con su hegemonía en el medio plazo. Pero para ello es imprescindible que en el resto del planeta no aparezcan “puntos calientes descontrolados” que obliguen a la superpotencia a concentrar sus esfuerzos en ellos, desviándole e impidiéndole concentrarse en su objetivo central de contención de China. Moscú es en la actualidad el principal de esos puntos. Y de ahí el órdago lanzado por Washington poniendo en marcha y alentando los acontecimientos que desembocarían en la llamada “revolución del Maidán” y la caída del prorruso régimen de Yanukovich. Lo que probablemente no esperaba EEUU es la respuesta rotunda y a la ofensiva de Putin, embarcándose en la anexión militar de Crimea y desatando la rebelión armada de las regiones rusófilas del este de Ucrania. Como tampoco la creciente resistencia europea -encabezada por Merkel- a propiciar una escalada de la tensión que vaya más allá de las sanciones económicas y diplomáticas. La combinación de ambos factores es la que está determinando la doble política de Washington. Por un lado Obama acepta que Merkel y Hollande vayan desesperadamente a negociar con Putin. Por el otro, a través de destacados halcones de su administración azuza la tensión con el objetivo de presionar a Berlín contra Moscú e impedir que se relaje lo más mínimo la contraofensiva en marcha para tratar de desestabilizar y, cuanto menos, paralizar al inquilino del Kremlin.Los súper-halcones de ObamaEl comandante en jefe de la OTAN no está solo en su empeño de ser una constante fuente de fricción empeñado en obstaculizar la búsqueda de una solución diplomática al conflicto. La misma jefa de la sección de asuntos europeos del Departamento de Estado, Victoria Nuland, es una ferviente partidaria de que Washington arme a Ucrania cuanto antes y con el armamento más letal posible. Nuland se hizo famosa al comienzo de la crisis ucraniana cuando, ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos en la plaza Maidán y los intentos de contemporización europeos, lanzó el “¡Qué se joda la UE!”. En Washington su nombre suena cada vez más como futura secretaria de Estado si los republicanos ganan las presidenciales. Y en su política de dureza frente a Moscú le siguen no sólo la mayoría republicana del Congreso, sino también muchos y poderosos representantes demócratas.«Los preparativos para una intervención más activa de EEUU en el conflicto militar ucraniano ya están en marcha» Obama, en su doble juego, da de puertas afuera su apoyo a los esfuerzos diplomáticos de Merkel, por el momento; pero en el frente interno hace bien poco para acallar aquellos que buscan aumentar las tensiones con Rusia y entregar armas a Ucrania. Según afirmaba recientemente el semanario alemán Der Spiegel, citando fuentes en Washington, “los comentarios belicosos de Breedlove primero se negocian con la Casa Blanca y el Pentágono. El general, dicen, tiene el papel de la ‘super halcón’, cuya función es la de aumentar la presión sobre los socios transatlánticos más reticentes de Estados Unidos”.Presión que se intensifica y se hace más visible cada vez que se produce algún paso adelante en las difíciles negociaciones encaminadas a una solución política. En Berlín consideran que una posición común frente a Rusia es un requisito previo necesario para el éxito en los esfuerzos de paz. Por el momento, ese frente común aún se mantiene, pero las diferencias son cada vez más abiertas en torno a la cuestión fundamental de si la diplomacia puede tener éxito sin la amenaza de una acción militar. Además, cada uno de los miembros de la OTAN tienen diferentes objetivos. Mientras que el objetivo de las distintas iniciativas franco-alemanas es estabilizar la situación en Ucrania, por lo que se refiere a los halcones dentro del gobierno de Estados Unidos, su gran objetivo es Rusia. Quieren hacer retroceder la influencia de Moscú en la región y desestabilizar el poder de Putin. Para ellos, el resultado soñado sería un cambio de régimen en Moscú.De hecho, los preparativos para una intervención más activa de EEUU en el conflicto militar ucraniano ya están en marcha. Un enorme campo de entrenamiento de tropas, localizado en Yavoriv en el oeste de Ucrania, cerca de la frontera con Polonia -y que durante la época soviética fue el distrito militar occidental de la URSS- se está utilizado para ejercicios conjuntos de las fuerzas ucranianas junto con Estados Unidos y la OTAN. Yavoriv es también el sitio donde los soldados estadounidenses quieren capacitar a los miembros de la Guardia Nacional de Ucrania para su futura batalla contra los separatistas. De acuerdo con los planes del Pentágono, los oficiales norteamericanos se disponen a entrenar a los ucranianos sobre el uso de dispositivos de sofisticados radares estadounidenses para localizar piezas de artillería pesada. Al menos eso es lo que el comandante del Ejército de EEUU en Europa, el teniente general Hodges, anunció en enero.El entrenamiento, sin embargo, fue aplazado temporalmente por el presidente Obama tras el acuerdo de alto el fuego alcanzado en Minsk. Aún así, los halcones siguen confiando en que pronto darán un paso más cerca de su objetivo. El pasado martes, durante una aparición en Berlín, Hodges anunció que todavía espera que la formación comenzará en algún momento de este mes de marzo.