Literatura

Volver a Benet

Ediciones De Bolsillo acaba de poner en circulación una nueva reedición de las cuatro novelas -publicadas entre 1967 y 1973- con las que Juan Benet llevarí­a a cabo una completa renovación de la narrativa española, en los albores de la transición democrática, y la configuración de un nuevo paradigmo literario, que tendrí­a un eco notable sobre la nueva narrativa española que empieza a cristalizar en los 80, y que tiene a escritores como Javier Marí­as entre sus más notables exponentes.

Aunque ya había ublicado un libro de relatos en 1961 –”Nunca llegarás a nada”–, costeado de su propio bolsillo, y un revelador ensayo –”La inspiración y el estilo” (1966)–, en el que formulaba y desarrollaba toda su teoría estética en ruptura con el paradigma dominante en la narrativa española de la época (sobre todo, el “realismo social”), Juan Benet no empezaría a ser conocido –y reconocido– en el ámbito literario peninsular hasta que en 1967 publica su primera novela, “Volverás a Región”. Benet había nacido en 1927 en Madrid, donde cursó los estudios para llegar a ser ingeniero de caminos, profesión que compaginó la mayor parte de su vida con la literatura. A comienzos de los años 50 asistió alguna que otra vez a la tertulia de Pío Baroja y más asiduamente a la del café Gijón, en donde conoció y trabó amistad con Luis Martín Santos, cuya novela, “Tiempo de silencio” (1962) ejerció un fuerte influjo en el planteamiento de su propia narrativa. También por esos años entró en contacto con la obra de Faulkner, que sería –como él mismo no dejó nunca de reconocer– la influencia determinante tanto a la hora de decidirse a escribir, como a la de cómo hacerlo. En esa “estela faulkneriana”, y en la nueva vía abierta por Martín Santos, se inscribe plenamente “Volverás a Región”, escrita entre principios y mediados de los sesenta por Benet mientras trabajaba en la construcción de una presa en los páramos de León, y para la que no encontró editor hasta 1967. Para entonces, Benet ya tenía casi acabada otra novela, “Una meditación”, muy distinta de la primera, y con la que obtuvo en 1969 el premio Biblioteca Breve. Escrita como texto continuo, sin un solo punto y aparte, “Una meditación” colocó súbitamente a Benet en el centro de la encrucijada literaria española del momento, y señalando una dirección tanto formal, como temática y estilísticamente nueva. La novela discurre de nuevo, como la anterior, en el territorio propio de “Región” –un espacio literario exclusivamente benetiano–, en el que un narrador anónimo y enigmático va desenterrando su pasado (su niñez, su adolescencia, la guerra civil…), desde los años 20 hasta la posguerra, al tiempo que constata la ruina del presente, en un torrente lingüístico sin fin. Pocos años después, en 1972 y 1973, Benet publicó otras dos novelas que servirían para consagrar su ya reconocido talento narrativo y ampliar el arco de su renovación estilística. Se trata de “Un viaje de invierno” (un relato de transfondo mitológico sobre el tiempo, el destino y la muerte que es también un viaje a la libertad) y “La otra casa de Manzón”, otra novela de estirpe plenamente faulkneriana (y resonancias bíblicas), sobre la decadencia de una familia marcada por el fratricidio, el incesto, el secreto y el rencor. Exigentes y oscuras, fascinantes y turbias, estas cuatro primeras novelas de Juan Benet son cuatro pilares básicos de la narrativa española moderna y cuatro textos imprescindibles para comprender el universo narrativo de uno de nuestros escritores fundamentales.

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