Ventana Poética

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Con estos hermosí­simos versos de San Juan de la Cruz abrimos esta sección poética que quiere ser una ventana. Pero una ventana en ambos sentidos. Uno para que puedan respirar, tomar fresco todos aquellos que ha visto su mundo reducido a un gueto entre lo intelectualoide y lo friqui. Personas honestas que se asoman a esa ventana para contarnos una historia de la forma mas sublime del arte: con un poema. El otro es para encontrarse, para mirarse en ella. La poesí­a en como un laberinto de espejos para que aprendas a mirarte en ellos mientras vas encontrando la salida. Así­ en uno u otro poema uno puede decir: este poema lo han escrito para mí­, o del mismo modo, este poema podrí­a haberlo escrito yo. Cuando uno lee poesí­a el misterio de la identificación es inevitable. Cada poema es en enigma, y quien e atreve a descifrarlo corre el riesgo de encontrarse con el suyo propio con el asombro que provoca un cuerpo desnudo. Como dice Oscar Wilde, quien se atreve con el sí­mbolo es bajo su propio riesgo. Cada semana, en este rincón, encontraremos un poema nuevo, un espejo donde mirarnos, Y descubriremos una forma nueva de encuentro vivo

SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR Si el hombre udiera decir lo que ama, Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo Como una nube en la luz; Si como muros que se derrumban, para saludar la verdad erguida en medio, pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor, la verdad de si mismo, que no se llama fortuna, gloria o ambición, sino amor o deseo, yo sería al fin aquel que imaginaba; aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos proclama ante los hombres la verdad ignorada, la verdad de su amor verdadero. Libertad no conozco sino la libertad de estar preso En alguien Cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; Alguien por quien me olvido de esta existencia, Mezquina Por quien el día y la noche son para mi lo que quiera Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu, Como leños perdidos que el mar anega o levanta, Libremente, con la libertad del amor, La única libertad que me exalta, La única libertad porque muero. Tu justificas mi existencia. Si no te conozco, no he vivido; Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido. Luis Cernuda. DE LA REALIDAD Y EL DESEO CANCION No sé por qué me fatigo Pues con razón me venci, No siendo nadie conmigo Y vos y yo contra mí. Vos por m’haber desamado Yo por haberos querido Con vuestra fuerça y mi grado Habemos a mí vencido; Pues yo fui mi enemigo En darme como me dí, ¿quién osara ser amigo Del enemigo de si? CANCIÓN Quién tanto veros dessea, Señora sin conosceros, ¿Qué hará despues de que os vea, Cuando no pudiere veros? Gran temos tiene mi vida De mirar vuestra presencia, Pues amor en vuestra ausencia Me hirió de tal herida; Aunque peligrosa sea, Delibro por conosceros, Y si muero porque os vea, La victoria será veros. Jorge Manrique. MAR IDEAL Los dos vamos nadando -agua de flores o de hierro- Por nuestras dobles vidas. -Yo, por la mía y por la tuya; Tu por la tuya y por la mía.- De pronto , tu te ahogas en tu ola, Yo en la mía; y, sumisas, Tu ola, sensitiva, me levanta, Te levanta la mía pensativa. ¡Ay, cómo siento el manatial, Aquí, en mi corazón oscuro! ¡Ay, cuando, como en una Fusión alta de estrella y azucena Ascenderá mi chorro hasta encontrar -columna inalterable, río en pie- El chorro derramado de lo eterno. Juan Ramón Jimenez. Antología poética AMOR CONSTANTE MÁS ALLA DE LA MUERTE Cerrar podrá mis ojos la postrera Sombra que me llevare el blanco día Y podrá desatar esta alma mía Hora su afán ansioso lisonjera; Mas no, de esotra parte en la ribera Dejara la memoria, en donde ardía: Nadar sabe mi llama el agua fría, Y perder el respeto a ley severa. Alma a quién todo un dios prisión ha sido, Venas que humor a tanto fuego han dado, Médulas que han gloriosamente ardido, Su cuerpo dejará, no su cuidado; Serán ceniza, mas tendrá sentido; Polvo serán mas polvo enamorado. FRANCISCO DE QUEVEDO EN EL PRINCIPIO Si he perdido la vida, el tiempo, todo Lo que tiré, como un anillo, al agua, Si he perdido la voz en la maleza, Me queda la palabra. Si he sufrido la sed, el hambre, todo Lo que era mío y resultó ser nada, Si he segado las sombras en silencio, Me queda la palabra. Si abrí los labios para ver el rostro Puro y terrible de mi patria, Si abrí los labios hasta desgarrármelos, Me queda la palabra. BLAS DE OTERO CÁNTICO ESPIRITUAL(Fragmento) Canciones entre el alma y el esposo (el esposo) La blanca palomica, Al arca con el ramo se ha tornado; Y ya la tortolica Al socio deseado En las riberas verdes ha hallado. En soledad vivía, Y en soledad ha puesto ya su nido; Y en soledad la guía a solas su querido, también de soledad amor herido. (la esposa) Gocémonos, Amado Y vámonos a ver en tu hermosura Al monte y al collado Do mana el agua pura; Entremos más adentro en la espesura Y luego a las subidas Cavernas de las piedras nos iremos, Que están bien escondidas Y allí nos entraremos Y el mosto de granadas gustaremos. Allí me mostrarías Aquello que mi alma pretendía, Y luego me darías Allí tú, vida mía, Aquello que me diste el otro día. SAN JUAN DE LA CRUZ Redacción: Para cerrar la Ventana, desde Redacción queremos ofrecerles un poema inédito de la autora de esta sección, Encarna Valle. Mejor broche… VOLVER Volver a ti. Al alma satisfecha, Al corazón en vilo, A la complicidad de la mirada, Al roce de la carne trémula. Volver a ti sin haberte dejado. A encuentro y la fuga, Al latido y al duelo, al lazo al desafío. A reflejarme en ti, Al vinculo interior, Al desconcierto mutuo. Mío en el silencio, de todos en la elocuencia. Historia inenarrable escrita en lo diminuto del acto, En la intención del gesto, en lo minucioso del detalle. Amor de siempre, finalmente confesado. Te asomas a mi corazón y te haces dueño de mi desconsuelo, Penetrándome como en un acto carnal olvidado. Volver a ti. Al alma traspasada del poeta, al sentir vulnerable del eterno adolescente A la angustia del principiante, Al temor infundado de la sien marchita. Poblador de mi sueño, Aún me regalas con inequívocas fantasías. A ti solo te debo mi única fortuna, La pertenencia a mi dolor ilusionado, Auténtico motor de mi existencia. Juana contemporánea en el después del tiempo. Encarna Valle. Inédita

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