US Army: El 90% de las mujeres soldado son acosadas, el 30% violadas

Violemos a la soldado Ryan

«Me daban menos miedo los morteros que caí­an a diario que los hombres con los que compartí­a mi comida (…) A partir de las cuatro de la tarde, a pesar del calor sofocante de Irak, no bebí­a nada. No podí­a ir a las letrinas», cuenta la soldado Henneberry a la profesora de periodismo de la Universidad de Columbia Helen Benedict en el libro El soldado solitario: La guerra privada de las mujeres sirviendo en Irak.. Como ella, el 90% de las mujeres del US Army en Irak o Afganistán han sido acosadas sexualmente, el 71% han sufrido intentos de vioación y en el 30% de los casos la vejación ha sido consumada. Los pocos casos que han sido denunciados (apenas un 10%) son encubiertos con impunidad total.

Marti Ribeiro es hija y nieta de militares. Su sueño era continuar la tradición familiar a esar de ser mujer. Su sueño se truncó en Afganistán cuando fue violada durante una guardia por su compañero. Después de la agresión, la soldado Ribeiro no abandonó su puesto y acabó la guardia, vejada y sucia del semen de su violador. Cuando se lo contó a su superior, la respuesta la dejó malherida de nuevo “te acusaremos de haber abandonado tu arma durante el acto”. Dejó la US Airforce para siempre. El libro relata hasta 40 testimonios de mujeres en los frentes de Afganistán o Irak. Las cifras son sangrantes: 28 fueron violadas o agredidas. “En Vietnam había prostitutas para que nos pudiéramos aliviar, aquí no. Así que para eso os han traído aquí ¿entiendes?”. Estas palabras las escuchó la soldado Montoya después de que intentaran violarla en Irak.. “Para los soldados una mujer es sólo una de estas tres cosas: un bicho, una puta o una lesbiana", cuenta a Helen Benedict la soldado, que desde entonces tuvo un cuchillo pegado al cuerpo las 24 horas del día. No es la primera guerra donde luchan juntos ambos sexos. Durante la II Guerra Mundial y los prolegómenos, en los frentes de España, Rusia o Yugoslavia, en muchos ejércitos populares y antifascistas hombres y mujeres compartieron un mismo destino en la batalla. Y después de ellos, muchas guerrillas antiimperialistas encuadraron en sus filas a valientes luchadoras del pueblo. “Desde el primer momento me trataron como una igual”, destacaba Rosario Dinamitera, la miliciana inmortalizada por Miguel Hernández.. No hay testimonios entre maquis, partisanos o guerrilleros –muchas de ellas viven- de violaciones generalizadas.¿Pero acaso hemos de extrañarnos de que un ejército de mercenarios, educado en las artes de invadir y ocupar países, aplastando, masacrando, asesinando, robando y violando a la población civil, practique esta base de principios en sus filas con los más débiles?

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