El Raval de Barcelona

Ví­ctimas de su pasado, ví­ctimas de su futuro

Viene a decir Jose Luis Guerin, director de «En construción´´ que cada tiempo tiene su propio espacio y cada espacio su propio modo de vida. El Raval (del árabe rabat, suburbio) ha vivido siempre en un tiempo dividido y un espacio compartido donde, literalmente como en «La Bombilla´´ charcuterí­a de dí­a y burdel de noche, inventaba una nueva forma de vida. Barrio obrero a la luz, candileja, bambalina y lentejuela en la sombra.

El Villarosa, La Criolla, Cal Sagristá, cabarets de mala nota donde marineros, contrabandistas y homosexuales se daban cita, hacían asar el Raval por un momento brillante. Otra constante del barrio eran las tabernas flamencas. En «La Taurina´´ cantaba la Carmencita y sus movimientos eran geometría pura, que extasiaba a la parroquia. Esta Carmencita que se iba a dormir a las barracas del Somorrostro no era otra que Carmen Amaya. El Raval era igualmente famoso por la existencia de locales de ocio y diversión con los teatros más famosos de la ciudad, como el teatro del Liceo, cines, cafés concierto, cabarets y salas más elitistas como la Simplex. El Raval, el Xino o el Distrito Quinto, que de las tres formas se le ha conocido, ha sido siempre víctima de sus orígenes. Inicialmente rural y fabril después, su edificación en 1859, hizo que la población de multiplicara por diecisiete. Se construyeron pisos pequeños y mal ventilados, donde faltaban el sol y el aire, sus viviendas eran completamente antihigiénicas y eran la causa de enfermedades como el tifus, la viruela o la tuberculosis. En 1900 la Casa de la Caridad tenía asilados 1866 enfermos de los cuales 1034eran niños. En 1906 un barrio atestado contaba con una leprosería al lado de las viviendas obreras. El predominio de la clase obrera propició la creación de organizaciones sindicales y políticas. En la calle Tallers 29 tuvo su primera sede la UGT, fundada en 1888. En 1911 la Casa del Pueblo tenía 700 socios. La CNT no se llego a fundar pero su revista «Tierra y Libertad´´ tuvo su redacción en el barrio. Otras organizaciones republicanas fundaron ateneos radicales. Un grupo de ingenieros de la Generalitat republicana estudió, denunció y se propuso adoptar medidas contra el alto índice de mortalidad y la insalubridad de estos pisos, pero la guerra daría al traste con todos sus planes. Los bombardeos fascistas se aplicaron con el chino dejando un desolador panorama de casas destruidas y muros desventrados. Hasta 1955 no echa las campanas al vuelo de lo que sería el final del chino el Ayuntamiento franquista. Se equivoco. Cuarenta años más tarde, en 1975, Cela hablaba de «la heroica Numancia del amor barato y del coñac de barril´´. Efectivamente locales de entonces han desaparecido como el Cabaret Barcelona de Noche donde homosexuales y aparentes demostraban sus dotes artísticas y se ha reconvertido en una megacomisaría de policía. El Villarosa, en bar musical, el Amaya en restaurante caro y una larga lista no ha corrido la misma suerte y cerraron definitivamente. Otros como La Paloma o el Apolo perduran a día de hoy. En los años setenta el tema seguía preocupando. 5000 personas vivían alrededor de la prostitución y el tráfico de droga vino a sumarse como un agravante de la situación. En el año olímpico la gente de mal vivir y los prostíbulos pasaron a mejor vida, quedando un par en la calle Robadors. Las prostitutas recogieron firmas para impedir el cierre. Entre 1988 y 1996, de los miles de millones que el Ayuntamiento dedicó a Ciutat Vella, 22000 fueron a parar al Raval. Pero esto es a todas luces insuficiente. Los problemas de delincuencia, tráfico de drogas y prostitución vinculados a los más de 9.000 inmigrantes censados los años 90 merece capítulo aparte. Ya no estamos hablando de las prostitutas que se echaban bailecitos cariñosos con los dominicanos impasibles por el peyote en locales como el Tabú, sino de auténticas esclavas de sexo, presas de las mafias. El censo de 1980 revela un dato muy significativo: el tercio de la población ha emigrado. Este antecedente choca con la teoría del desarrollo histórico natural y nos cuela en el Raval la especulación del suelo y un proyecto de convertir el Xino en una isla de higiénico diseño, con el MACBA a la cabeza, de casposa modernidad y ocio caro, y vanguardias dudosas. No en vano el barrio, no sólo el Raval norte, del Carmen a Pelayo, mimado por las instituciones (aquí se encuentra el teatro del Liceo) sino el Raval sur, corazón del Xino esta salpicado por instituciones, tanto de la Generalitat como el Ayuntamiento, como el Instituto de estudis catalans, el centre d´art Sta Mónica, el Institut Català de les dones, incluso la comisaría de los mossos d´escuadra, la guardia urbana y una compañía de la guardia Civil. Por otro lado de los 80 euros que paga una renta antigua se ha pasado a los 700 euros de alquiler como precio medio. En cuanto a la compraventa de pisos, se pueden encontrar pisos de 30 m2 a reformar, herederos de los del tifus y la tuberculosis por 90.800 euros, pero se pueden llegar a pedir 600.000 euros por un loft de 100 m2. El mobing, acoso inmobiliario, las expropiaciones forzosas y las indemnizaciones irrisorias están detrás de la construcción de la Rambla del Raval, con su hotel de 4 estrellas para turistas y hombres de negocios y el flamante edificio de blancas oficinas, por poner un ejemplo. El tiempo ocioso, el espacio populoso y la doble vida están tocando a su fin para ser sustituidos por el socialfascismo de la socialdemocracia. De todos los hijos ilustres que ha tenido el Xino como Terenci Moix, Vázquez Montalbán, Mª Aurelia Campmany, Maruja Torres… me quedo con un hijo adoptivo, Jean Genet que mendigó, robó y se prostituyo en el Raval y que vino a decir que la miseria del Xino es la rebeldía contra la burguesía bienpensante.

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