El pasado sábado 19 de octubre se realizó en la ciudad de Valencia una gran manifestación denunciando a la turistificación y a las políticas que lleva la Generalitat en favor de los grandes tenedores. Desde entonces, una acampada frente al Ayuntamiento de la capital del Turia exige cambios estructurales en las políticas de vivienda.
Hablamos con Iker Gallego, portavoz del movimiento ‘València no està en Venda’.
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Este movimiento surge como una respuesta a la turistificación masiva y a una política de vivienda al servicio de los grandes caseros ¿Cuáles son las principales exigencias que está planteando el Movimiento ‘València no está en Venda’ al gobierno local y autonómico? ¿Qué cambios exigís en las políticas urbanísticas o económicas de la ciudad?
Pues el movimiento nace como un poco respuesta a la situación de de la vivienda y a situación de la ciudad. Vemos como Valencia se convierte más en un parque turístico venido a los grandes capitales y al interés económico general. Donde la vida de las personas que habitan la ciudad quedan un poco en segundo plano. Los comercios están más destinados al turismo, la vivienda y sus precios están a un nivel muy difícil de acceder, el tejido de los barrios y su identidad se van rompiendo. Es como que se conjuga todo en contra de vivir en la ciudad de una manera comunitaria. Nuestras demandas se resumen en querer revertir esto, por un lado que la vivienda esté desmercatilizada, regular los alquileres, que haya más vivienda pública, regulación de los alquileres turísticos. Que se deje de apostar por el turismo como la principal y casi única fuente económica (no solo el País València, sino también todo el Estado).
No queremos que la ciudad crezca a costa de destruir la huerta de alrededor, también estamos en contra de la ampliación del puerto. Y todo lo que supone modificar la ciudad y las consecuencias ambientales y de salud que tendrán sobre la población. En definitiva, que la ciudad debería estar pensada para que fuera cómoda, habitable y segura para que la gente que habita estuviese lo más cómoda posible.
Recientemente hemos visto una gran movilización ciudadana en las calles de Valencia. ¿Cómo valoran desde el movimiento la respuesta de la ciudadanía a las convocatorias de manifestaciones?
Justo ayer nuestra asamblea lo valoró muy positivamente por muchos sentidos. Tuvo una respuesta y un seguimiento muy grande mucho más de lo que esperábamos al principio, pero es verdad que era un tema muy sensible para la gente. A parte de que estamos en un momento casi de crisis por el tema de la vivienda y la turistificación. Este verano también lo hemos visto como un tema que nos afecta a todos. Estamos contentos de haber sabido interpelar a una gran parte de la gente de la ciudad.
Hemos valorado también que la plataforma erá una agrupación de muchos colectivos (unos 30) hemos sabido funcionar muy bien, nos hemos puesto de acuerdo. Y se ha puesto en valor en que esto es gracias al esfuerzo de estos colectivos. Estamos contentos/as de generar esperanza de que saliendo a la calle podemos conseguir cambiar las cosas. Ahora toca que la gente se organice a los barrios.
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En términos de apoyo institucional o político, ¿han recibido alguna respuesta por parte de las autoridades locales o de la Generalitat?
La única respuesta que hemos tenido es Delegación del Gobierno, al final ni local ni autonómico, estatal. Mañana nos reuniremos con ellos, se va a presentar las medidas que nosotros pedimos. Sabemos que lo tenemos difícil, pero todo lo que se pueda conseguir bienvenido sea. Esto sirve para hacer ver que tenemos unas demandas claras y que con voluntad política se podría cambiar el rumbo.
A nivel municipal y autonómico no hemos tenido respuesta, si que hemos visto comunicados en la prensa, pero no se han puesto en contacto con nosotros. De hecho el PP asegura (en la prensa), que comparte nuestra preocupación, que la culpa es del gobierno autonómico y que la solución es construir más. Nosotros tenemos claro que la solución no es esa.
Tenemos unas demandas claras y que con voluntad política se podría cambiar el rumbo.
El movimiento se centra en evitar la venta de bienes públicos y la especulación inmobiliaria. ¿Podrías explicar qué tipo de proyectos están en juego y cómo afectan a los valencianos?
El tema es que nos dicen que la solución es construir más. Cosa que es mentira, aquí va de evitar que se especule y se haga negocio con la vivienda. A parte tenemos proyectos grandes como la ampliación del puerto, que van a empezar ya y tenemos que centrarnos en pararlo. Parece que construir vivienda como el Pais de Benimaclet, los proyectos urbanísticos del sur de la ciudad. Al final, es más cemento, más destrucción y más especulación con la vivienda. Por eso va en contra de lo que pedimos.
En muchas pancartas y consignas se señala a los bancos, a las socimis y a los grandes fondos de inversión como los verdaderos “peces gordos” detrás de la brutal subida del precio de los alquileres. ¿Cómo afectan estos grandes caseros a Valencia?
Hay datos que dicen que hay un pequeño puñado de entidades jurídicas con un número de pisos muy altos y juegan un papel clave en fijar el precio de la vivienda. Normalmente estas entidades están vinculadas a los bancos. Que se quedaron con un montón de casas gracias a la crisis de 2008, al rescate bancario (que pagamos entre todos) y al sufrimiento de la gente. Se han quedado con una ingente cantidad de casas y ahora hacen negocios con ellas. A parte las inmobiliarias buscan regular el mercado a la alza, y presionan a los propietarios para que suban los alquileres diciéndoles que pueden sacar más beneficio. Aprietan para que echen a los propietarios, porque así lo sacaran a la venta por el doble de dinero, etc…Son los que presionan para subir los precios y llevarse ellos mayores beneficios. Por eso volver a los valores comunitarios, al sentido común y a regularlo porque la vivienda es un bien de primera necesidad.
¿Qué impacto tendría la privatización o venta de estos espacios en la calidad de vida de los habitantes de Valencia?
La plataforma nuestra se llama precisamente Valencia no està en Venda por la sensación que tenemos de que toda la ciudad y nosotros mismos estamos en venta. Estamos dentro de un mercado especulativo y por eso vemos como la vivienda se ha convertido en una cosa imposible de acceder por estar dentro de este juego. El interés económico prima por delante de una vida saludable, comunitaria y popular.
Estamos contentos/as de generar esperanza de que saliendo a la calle podemos conseguir cambiar las cosas.
Desde el mismo día de la manifestación organizasteis una acampada frente al ayuntamiento, ¿Qué acogida habéis tenido por parte de la ciudadanía? ¿Cuáles son las próximas iniciativas que tenéis previstas para seguir impulsando vuestras demandas?
La acampada surgió en realidad un poco espontáneamente por algunas personas que formaban parte de la manifestación. Hay gente de la plataforma que hemos estado dentro desde el principio. Pero no surgió desde la plataforma en sí, aunque la apoyamos completamente. Todos los colectivos de la plataforma están apoyándola activamente, de hecho esta acción ha servido para tener un impacto mediático más grande.
También ha servido para que la gente se acercara al ayuntamiento para conocer la problemática. Al final la acampada se ha propuesto unos objetivos que ya los ha cumplido, esta mañana se ha desconvocado la acampada. Ha servido para movilizar a la gente en la ciudad, generar ilusión y poner en contacto a la sociedad con las estructuras sociales. Hemos sido capaces de generar un espacio como este a pesar de todas las dificultades, todos juntos. Que sirva para que la sociedad para que se organice y un toque a las instituciones, ya que si para primavera no vemos cambios volveremos a las calles. Aunque hasta entonces no vamos a parar. Hasta entonces haremos movilizaciones gordas como huelgas generales, de alquiler, de consumo… Es el momento de hacerse más fuertes desde los barrios.
¿Qué mensaje les gustaría enviar a los ciudadanos que aún no se han unido a la causa?
Estamos en un momento que parece que la sociedad no nos pertenece, todo está hecho en contra nuestra. Nos cuesta cosas tan básicas como tener un hogar y que no tengamos que cambiarlo cada 3 años. Es necesario movilizarse, estar activos, recuperar la ilusión de que podemos cambiar las cosas. Hemos de participar en las asociaciones vecinales, desde cada barrio y desde cada calle. Apostar por lo comunitario y por lo local.