Giro diplomático sobre Gaza y Oriente Medio

¿Va a perder Israel la Guerra de Gaza?

Hay batallas que se ganan en el campote batalla para perderse luego en los despachos de las embajadas. Y si no, que se lo digan a Israel, que sabe bien que las contundentes victorias militares de guerras como la de los Seis Dí­as en 1967 o la de Lí­bano de 2006 tuvieron el efecto antagónico al perseguido. El enemigo aplastado volví­a a brotar de la tierra con fuerzas multiplicadas. ¿Puede ocurrirle lo mismo ahora?

Al mismo trote ligero con que las troas del Tsahal se retiran de Gaza -antes del advenimiento del nuevo emperador sea investido en el Capitolio- se suceden los acontecimientos diplomáticos. Y en una dirección opuesta a los de las últimas jornadas. En la cumbre de Kuwait, ante los jefes de Estado y Gobierno de 20 países árabes, Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina ha hecho algo que no había sucedido en tres semanas de guerra: llamar a las facciones palestinas a reunirse inmediatamente en Egipto para dirimir sus diferencias. "Lo que se requiere, si queremos de ponernos de acuerdo y espero que así sea, es un Gobierno de unidad nacional que gestione el levantamiento del bloqueo israelí, la apertura de pasos fronterizos, la reconstrucción y la celebración de elecciones legislativas y presidenciales simultáneas", ha dicho un Abbas desprestigiado entre la población palestina, pero que ha recuperado al instante el protagonismo. Atropelladamente, Turquía ha decidido incluir a Hamás en las negociaciones de paz y Francia ha declarado que la UE reconocería de inmediato a tal gobierno de unidad palestino.De confirmarse estos movimientos, la peor pesadilla de la responsable de exteriores israelí, Tzipi Livni, se haría realidad. La diplomacia europea pasaría de lamentarse hipócritamente por la masacre de Gaza mientras reconoce el “derecho de Israel a defenderse de los terroristas de Hamás” a reconocer un gobierno integrado también por islamistas. Pero cabe preguntarse si unos líderes europeos que miran embelesados al otro lado del Atlántico están dispuestos a cometer tal agravio contra Tel Aviv, arriesgándose a contrariar a Washington.Si, porque tal cosa sucedería de acuerdo a los planes del nuevo Departamento de Estado. En los movimientos diplomáticos que se adivinan en el horizonte podemos adivinar una particular confluencia de intereses que dejarían obsoletas las intrigas de los halcones sionistas. La obra esta cambiando de guionistas. El nuevo presidente Obama ya ha declarado que en su nueva “diplomacia inteligente” el diálogo con Irán es una prioridad. Contar con el acuerdo, o por lo menos con la pasividad del régimen de los Ayatolás es una necesidad si se quiere sacar las tropas de Irak y afianzar Afganistán sin más turbulencias de los que ya se esperan. Por eso, la verdadera mesa de negociaciones sobres Gaza no ha estado entre Tel Aviv y Hamás –que de hecho no se reconocen- sino entre Washington y Teherán. Obama ha tirado a la basura el guión del “Eje del Mal”. Pero por otra parte hay que contar con los actores. Arropando a Mahmoud Abbas –y prometiendo una donación de 1000 millones de dólares para Gaza- se encontraban la elite de las burguesías de los países árabes, todavía prooccidentales pero cada vez más dispuestas a hacer valer sus propios intereses en el mundo multipolar. Es cada vez más patente la competencia por la dirección del mundo islámico entre esta “burguesía ectoplasmática árabe” y un Irán cada vez más potente. Al igual que Tel Aviv, los jeques árabes han visto con preocupación cómo la proyección de Irán en Oriente Medio se multiplicaba después de la guerra del Líbano de 2006. Y les guste o no, Teherán tiene la llave de Siria, de Hizbulá y de Hamás, y una influencia cada vez mayor sobre las radicalizadas masas musulmanas. Tratar de cerrarle el paso ya no es una opción. Antes de que el nuevo presidente llegue al Despacho Oval, miles de personas se afanan para que todo esté preparado para que empiece a dirigir. De la misma manera que las tropas israelíes se apresuran a cambiar el infernal atrezzo de Gaza, los tramoyistas del equipo de Ms Clinton están trabajando ya para aplacar el incendio de Oriente Medio.

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