Arte

Usura Artí­stica III: La Memoria también se vende.

El pasado dí­a 28 las páginas del De Verdad digital se hací­an eco del enfrentamiento entre el gobierno chino, la casa de subastas Christie´s y Pierre Bergé, socio y compañero de Yves Saint Laurent. Dos esculturas de bronce chinas habí­an sido subastadas pese a las protestas del ejecutivo chino. Ambas piezas pertenecen a una fuente-reloj compuesta por las doce cabezas de los animales del zodiaco chino, que fueron robadas en 1860 por las tropas franco-británicas en el asalto e incendio del Antiguo Palacio de Verano del emperador. Pero a este episodio con sorpresa de última hora, se añaden las protestas del gobierno indio por la inminente subasta de objetos personales de Gandhi.

Desués de todo, el misterioso comprador de las cabezas de rata y conejo ha resultado ser Cai Mingchao, consejero del Fondo de los Tesoros Nacionales encargado de la repatriación del patrimonio cultural chino. Hace 3 años adquirió un Buda de oro de la dinastía Ming por 13,4 millones de euros en una subasta de Sotheby´s. El problema está en que Mingchao dice que no piensa pagar y Pierre Bergé que no se desprenderá de ellas si no es por lo estipulado. Lo que es seguro es que Christie´s no va a encontrar facilidades para desarrollar sus negocios en China y que el gobierno chino va a poner todos los medios necesarios para que el patrimonio cultural del país sea devuelto. Lo que aquí está en juego no es solo el valor de las piezas de arte como símbolo de un estatus social – en este caso mundial -, sino la relación de fuerza entre China y Francia, y el ninguneo de la memoria del sometimiento de 70% de la humanidad al expolio y dominio colonial. Sobre este capítulo se escribe también el forcejeo entre la casa de subastas Antiquorum y el gobierno indio. En 1931 supuestamente Gandhi regaló una serie de objetos personales a un oficial británico: sus gafas, un reloj, un cuenco, un plato y unas sandalias. Tushar Gandhi, biznieto del padre de la India soberana, ha movido cielo y tierra sin éxito con el objetivo de paralizar lo que considera un “insulto”. Antiquorum fue fundada en 1974, pero hasta la entrada del capital norteamericano hace 14 años no pasó a convertirse en lo que es ahora, el líder mundial en la compra-venta de antigüedades de relojería. Siendo poco significativa la cantidad que la entidad piensa obtener en la subasta – 23.000 euros – el significado político del “insulto” es evidente. Hace poco “caducaron” los derechos de autor sobre las obras de Gandhi que hasta entonces gestionaba una fundación que las editaba a precios más que accesibles para garantizar su difusión y conservación. Al igual que los intentos por conservar los derechos sobre la obra del padre espiritual de la India, lo que está en juego es un símbolo de la liberación del yugo colonial.De la misma manera que el British Museum o el Louvre son un símbolo del expolio y la dominación colonial – por lo que respecta a la parte de patrimonio robado que conservan -, tanto la posición del gobierno chino como la del indio lo son de la independencia nacional, la soberanía, la historia y cultura del país. Ante la imposibilidad de lidiar en las cosas grandes, parece que las viejas potencias y el gigante norteamericano lo intentan con las pequeñas.

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