Las FARC y Uribe los mismos perros con distinto collar

Uribe torpedea la posible liberación de rehenes

La liberación del suboficial del ejército Pablo Emilio Moncayo por las FARC parece hoy marcada por compases que evidencian los obstáculos a vencer si se pretende lograr un acuerdo que ponga fin al conflicto. Luego de 15 dí­as de anunciar las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que procederí­an a la liberación del uniformado, el gobierno colombiano ha enrarecido el proceso con exigencias, que van desde la exclusión en la misión de gestores de paz hasta la presión militar que dificultan el operativo. El presidente Álvaro Uribe anuncio el pasado fin de semana que el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Iglesia son las únicas instituciones autorizadas a hacer contacto y gestiones con las FARC para la liberación de Moncayo, lo cual para muchos alteró el ritmo lógico de la operación.

Ello también generó reocupaciones en diversos sectores sociales y polí­ticos, toda vez que excluye del proceso a la senadora liberal Piedad Córdoba, quien encabeza un grupo de la sociedad civil en favor del intercambio humanitario y mantiene un diálogo epistolar con la guerrilla, a fin de hallar una solución al conflicto.También quedaron fuera de la misión humanitaria Colombianos y Colombianas por la Paz, agrupación que ha mantenido una activa gestión en pos del proceso de paz en la nación.En este contexto, las FARC reiteraron, en una carta enviada a dicha agrupación, lo indispensable de la presencia de la senadora Córdoba en los operativos para la liberación del suboficial.La misiva, divulgada la ví­spera, reclama además la participación del profesor Gustavo Moncayo -padre del uniformado-, así­ como de la madre del mayor Julián Ernesto Guevara en la entrega de los restos de su hijo, a fin de garantizar la transparencia del operativo.La senadora colombiana Piedad Córdoba solicitó este lunes al gobierno brasileño nueva ayuda «incluso más allá de la logí­stica» para hacer realidad nuevas operaciones de recuperación de rehenes en poder de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de su paí­s (FARC).Córdoba mantuvo este lunes una larga reunión con Marco Aurelio Garcia, principal asesor del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva para asuntos internacionales, a quien informó sobre las tratativas con las FARC para que se liberen nuevos rehenes.»La ayuda que Brasil puede ofrecer va incluso mucho más allá de la logí­stica. Existe la posibilidad de participar en un proceso de intercambio, en una zona que se definirá posteriormente, y Brasil puede tener un papel importante por la confianza que puede generar», dijo.En febrero de este año, Brasil cedió helicópteros y pilotos para recuperar en la selva colombiana a un grupo de personas que estaban en poder de las FARC, y Córdoba discutió la posibilidad de que el gigante sudamericano vuelva a prestar apoyo de ese tipo.En este contexto, la senadora Piedad Córdoba respondió que no abrirán un frente de batalla con el presidente Uribe. «Pensamos que hay que seguir trabajando, buscando las fórmulas para que rápidamente se de la liberación de Pablo Emilio Moncayo. El presidente tendrá sus razones, las respetamos pero seguimos trabajando», precisó.El siguiente paso -añadió- será «conseguir la logí­stica brasileña» que permita acelerar el proceso.Lo cierto es que la decisión del gobierno colombiano socava las gestiones adelantadas por Colombianos y Colombianas por la Paz, y de un grupo amplio de polí­ticos y activistas por los derechos humanos, quienes han logrado recientemente la liberación unilateral de seis integrantes de la fuerza pública y los polí­ticos Alan Jara y Sigifredo López.La organización «Colombianos por la Paz» es una iniciativa procedente de la sociedad civil colombiana, que ha organizado cartas y comunicaciones con las Farc solicitándole la liberación de personas secuestradas o retenidas por la organización. Esta liberación es consecuencia de sus gestiones, realizadas desde mediados de 2008. La senadora Piedad Córdoba en el 2007 se involucró en el acuerdo humanitario con las FARC. Autorizada por el gobierno del presidente Álvaro Uribe y logró, junto con el presidente venezolano Hugo Chávez, la liberación de 6 secuestrados. En diversas ocasiones ha acusado al gobierno de Álvaro Uribe Vélez «carece de legitimidad» y acusó a Uribe de «mafioso», «paramilitar» y «asesino». Ya en las últimas liberaciones de rehenes Uribe intento torpedear la mediación de Colombianos por la paz y los acuso deTerroristas. No contento con las posiciones de Piedad Córdoba, ha intentado relacionar a la senadora con las FARC. Es una táctica habitual del gobierno deslegitimar a sus opositores vinculándolos con la guerrilla.Las FARC están redefiniendo su estrategia polí­tica y militar por dos razones fundamentales: la primera, el embate militar envuelto en el Plan Colombia, que no solo implica un esfuerzo militar sino una campaña de desprestigio internacional contra la insurgencia; y la segunda, la muerte de ‘Tirofijo.Son estas condiciones las que pueden impulsar una salida polí­tica a las FARC, anunciada por ellos con su propuesta Bolivariana para la Gran Colombia.Tras la muerte de Tirofijo parece vislumbrarse un cambio generacional y puede que un abandono de las posiciones Bresnevianas y social fascistas.Por otro lado el gobierno de Uribe continua torpedeando una solución al conflicto, precisamente por que a EE UU le sigue interesando mantener el plan Colombia y su presencia militar en la zona.Una Colombia sin conflictos militares, la cual pueda dar un giro a un gobierno de izquierda antihegenonista no entra en los planes de Washington.

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