Regeneración democrática y unidad de España

UPyD, un saludable intruso en la polí­tica

La aparición de Unión progreso y Democracia (UPyD), liderado por Rosa Dí­ez, supone la primera amenaza real a la existente partitocracia endogámica, que ha ido aumentando, a lo largo de la Transición democrática, su poder y su control. Poder y control ejercidos con el fin de que las posiciones mayoritarias de los ciudadanos de a pie no se puedan plasmar en la polí­tica española. Adolfo Suárez dijo que la Transición buscaba que lo que era normal en la calle, entre la gente, fuera normal en polí­tica. Ahora nos encontramos en que la situación ha devenido en que lo que es normal y de sentido común entre los ciudadanos de a pie, no sólo no es normal en polí­tica sino que hay que impedirlo a toda costa mediante el férreo control sobre los polí­ticos y los partidos polí­ticos.

Pero se ha abierto una brecha. Ha aarecido UPyD con su programa en defensa de la unidad de España, y, lo que es más peligroso, por la regeneración democrática. Un partido que se autofinancia apoyándose en los ciudadanos de a pie. Un partido al que los bancos no le prestan ni un céntimo. Los partidos políticos nacionales leyeron el Manifiesto y entendieron el peligro desde el principio. El PSOE y sus medios vieron tambalear su control sobre los votantes y añadieron la asfixia informativa a la económica. Al principio al PP le interesó UPyD para restar suelo electoral al PSOE. Cuando empezó a afectarle a él mismo se lanzó, junto con sus medios, a la ofensiva. Qué mejor que las palabras de Rosa Díez para ilustrar las reacciones ante este saludable intruso en la vida política española “Los mandamases de los partidos políticos nacionales están desconcertados. Los jefes y los voceros del Partido Socialista y del Partido Popular andan desde hace unas semanas compitiendo entre ellos para ver quien consigue incidir más en sus lectores y potenciales electores para explicarles lo tremendamente de derechas o de izquierdas que somos — o, particularmente– lo es Rosa Díez. (…) Cuando más expectativa de crecimiento tiene Unión Progreso y Democracia, cuando mejor valoración recibe su portavoz, más arrecian los "artículos" descriptivos de "lo que somos". Por supuesto, nadie habla de lo que hacemos o de lo que defendemos. (…) a izquierda y derecha (es un decir) arrecian los "artículos" explicando por qué no hay que votarnos” Aún más: “Para cerrar el círculo entró en el debate el diario pro-etarra GARA. El citado periódico dio cuenta de la inauguración de nuestra sede en Álava explicando por qué ni los ciudadanos de derechas, ni los de izquierdas, ni los nacionalistas debían darnos su confianza. O sea, que no debe votarnos nadie. Insisto: se tocan. Coinciden todos (los prisa, los confidencial, los gara, los plural…): no saben qué hacer contra UPyD".Conclusión: “Pues sí, lo somos. Y lo vamos a seguir siendo. Aviso a nosotros. Les desconcertamos porque somos un partido autónomo, un partido de estado, un partido sin miedo a romper tabúes; nos temen porque somos un peligro para el poder establecido en el que se sienten tan a gusto”. diestro y siniestro: todo esto nos la refanfinfla. Sigamos nuestra tarea de acercar la política a la ciudadanía; empeñémonos en buscar complicidades, en regenerar la democracia. (…) que los ciudadanos recuperen el control sobre la política”. (De su artículo “Vamos a por todas”).

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