Picasso no es solo punto de partida de las vanguardias. Su radical creatividad impulsó y abarco todas las corrientes que revolucionaron el mundo del arte
En todos los órdenes de la vida, no solo en el arte, Picasso solo podía manifestarse como una fuerza incontenible de la naturaleza. No admite límites ni en su fecundidad -capaz de abarcar 16.000 obras-, ni en el poder para abrir nuevas formas de mirar y concebir la realidad, ni en la pasión violenta presente en cada una de sus pinturas, dibujos, esculturas…Cuando en 1916, en el Salon d´Antin se expuso, por primera vez, “Las señoritas de Avignon” un terremoto sacudió todo el arte anterior y posterior.
Porque en Picasso hay un contradictorio doble juego. Su obra es una fascinante síntesis de las conquistas de la humanidad en la cultura, desde el primitivismo del arte ibérico o africano a las mejores tradiciones de la pintura europea. Pero al mismo tiempo, es el punto de ruptura capital con los corsés del pasado, el “big bang” de cuya onda expansiva beberán todas las futuras vanguardias.
En las últimas décadas del siglo XX, el impresionismo había enseñado que el arte podía mirar el mundo de forma diferente. La pintura tradicional estaba acostumbrada a respetar los volúmenes y las formas como única forma de reproducir la realidad. Las pinceladas impresionistas se rebelan contra este principio. Cada una de ellas es libre, no sigue la forma del objeto que quiere representar. Es cuando el cuadro está acabado, que todas esas partes inconexas pueden ser percibidas como un todo. Reconociendo en ellas imágenes o formas cotidianas pero que, gracias al pincel del pintor, podemos ahora mirar como nunca antes habíamos hecho.
El cubismo da un paso más allá. Para poder ver la realidad primero hay que destruirla, para volver a juntar de otra forma los trozos rotos. Abandonando la noción de perspectiva, clave desde el renacimiento, esquematizando la realidad en figuras geométricas, situadas todas en el mismo plano.«El cubismo es el “big bang” de todas las vanguardias, un golpe encima de la mesa que permite la expresión de nuevas miradas en el arte»
Paradójicamente, esas figuras más planas adquirían una extraordinaria profundidad, esas representaciones aparentemente sencillas nos presentaban la realidad con una complejidad nunca antes plasmada en un cuadro, donde podía expresarse simultáneamente en un cuadro los diferentes ángulos desde donde puede verse un objeto.
Y, como siempre ocurre en la historia del arte, la rebelión en las formas responde a la necesidad de expresar un nuevo contenido.
El cubismo es la culminación de una rebelión general contra el naturalismo burgués instaurado como corriente oficial del arte. Tras las revoluciones del siglo XVIII y XIX, que liquidan el feudalismo e instauran a la burguesía como clase dominante, el mundo ya no debe ser transformado. Ya no debe pensarse en ir más allá. Este mensaje ideológico exige un arte que se limite a reproducir fielmente la realidad tal y como se nos presenta, sin cuestionarla.
Pero en las décadas finales del siglo XX la placidez cultivada por las nuevas autoridades burguesas es sacudida por convulsiones. El desarrollo del marxismo cuestiona los pilares de la nueva sociedad. La Comuna de París, la primera insurrección obrera que toma el poder, aunque fuera por un breve periodo de tiempo, evidencia que su dominio no es incuestionable. Nuevas ciencias como el psicoanálisis pulverizan el mito burgués de la Razón, para abrirnos los ojos a los misterios del inconsciente…
Es en ese caldo de cultivo que aparece el cubismo, provocando un antes y un después en la historia del arte. Una revolución que destruirá los límites que prohibían la irrupción de nuevas miradas, de nuevas sensibilidades. Una explosión que será una de las fuentes originarias de la que nacerán las posteriores vanguardias artísticas que transformarán por completo el mundo del arte y la cultura a lo largo de todo el siglo XX.
Todas las vanguardias, toda la tradición
Picasso no solo va a ocupar un lugar capital en el desarrollo de la pintura, como impulsor del cubismo. Como un moderno Prometeo, la formidable creatividad picassiana quiere abordar todos los géneros artísticos, desde la pintura a la escultura o la cerámica, desde el dibujo y el grabado a la escenografía teatral…
Y en todos ellos, Picasso abrió nuevos caminos, se convirtió en referencia de la vanguardia.
En 1912, con “Naturaleza muerta con silla de rejilla”, Picasso inaugura con el collage una nueva técnica artística, rompiendo la tradición de no emplear más de un medio para una obra. Recortes de diarios o revistas, junto a otros muchos elementos “anti pictóricos”, se convirtieron gracias a Picasso en nuevas herramientas que permitían al pintor representar en un solo plano diversas formas de observar el mundo.
El futurismo, y sobre todo el dadaísmo, llevarán al límite las posibilidades expresivas del collage. Abriendo el camino a la invención del fotomontaje, que en manos de las vanguardias soviéticas -con El Lissitzky, Aleksandr Ródchenko o Solomon Telingater- convertirá el arte de vanguardia en iconos populares.
El genio malagueño será también el punto de partida de una transformación revolucionaria en la escultura. En 1912, Picasso realiza “Guitarra”, la primera escultura construida con cartón, cordel y alambre. Se iniciaba un proceso -punto de partida de toda la escultura moderna- que permitió la liberación de la escultura de conceptos clásicos como el volumen y la sustitución de modelado y talla por todo tipo de técnicas constructivas.
Es imposible sintetizar en un solo artículo todas las contribuciones de Picasso al arte moderno. Es difícil encontrar una sola corriente de la vanguardia artística que no fuera sacudida por los efectos del “terremoto Picasso”.
Influyó de forma decisiva en el constructivista y suprematista Malévich en Rusia, y en Mondrian en los Países Bajos. Inspiró a los futuristas liderados por Marinetti en Italia y los vorticistas en Inglaterra. Abrió el camino que luego desembocaría en la abstracción…«Es difícil encontrar una sola corriente de la vanguardia artística que no fuera sacudida por los efectos del “terremoto Picasso”»
Cuando Breton publica el “Manifiesto Surrealista” señala a Picasso como artista de referencia del movimiento. El año siguiente, cuando publicó su primer texto dedicado a la pintura, Breton vuelve otra vez su mirada al pintor malagueño: “El surrealismo, si quiere adoptar una línea moral de conducta, no tiene que hacer otra cosa que pasar por donde Picasso ha pasado y pasará en el futuro”.
Aunque nunca se incluirá dentro del movimiento, Picasso tendrá su “periodo surrealista”, e influirá de forma directa en Dalí.
Picasso es todas las vanguardias, pero (y en eso coincide con otras referencias de las vanguardias del arte español, como Lorca, Buñuel o Dalí) la radical ruptura que establece no le impide recoger, dándole una mirada moderna, lo mejor de la tradición pictórica. Picasso dialogará con Velázquez, El Greco o Goya, uniendo de forma tan paradójica como fecunda tradición y vanguardia.
sargento arensivia el de la nacional dice:
Picasso dibujaba muy bien autorretratos y todo lo demás,pero le dió por el cubismo,que como bien dice el artículo,destruye,para volver a construir.Os dejo un vídeo suyo dibujando un toro -por los anti-taurinos,progres y demás ralea- –> https://www.youtube.com/watch?v=WdKeoI1jFHM