El Rosell es el primer hospital público construido en los años 70 en Cartagena. Decenas de miles de cartageneros, ha nacido, crecido y envejecido en este hospital. En el 2010 se abre un segundo hospital en la comarca el Santa Lucía. Algo extraordinario a no ser porque la tendencia desde entonces es la de cerrar áreas del antiguo hospital y traspasarlas al nuevo. Desde los sindicatos sanitarios, la oposición y las asociaciones de vecinos se denuncia que el trasfondo es cerrar totalmente el Hospital General Universitario Virgen del Rosell.
La contradicción no es solamente moral, no es solo la cuestión de ¿por qué cerrar un hospital pudiendo tener dos y atender mejor a la ciudadanía? Sino que el nuevo, el Hospital General Universitario Santa Lucia ha nacido, como muchos expertos afirman, como un hospital pequeño. No tiene capacidad para la ciudad y comarca.
Ahora la última batalla en el gradual traspaso y cierre ha sido el servicio de urgencias del viejo hospital.
Esta propuesta ha puesto en pie de guerra a la ciudadanía. Miles de firmas, concentraciones semanales, la unidad de todos los sectores implicados, trabajadores, vecinos, y ciudadanos en general. Todo este trabajo de lucha, concienciación y unidad ha culminado con la manifestación que el pasado 17 de octubre llenaba el centro de esta ciudad con entre 15 y 20.000 personas. Una marea humana que no se recordaba en años.
Frente a esta unidad las distintas instituciones han tenido que retroceder y colocarse frente a la nueva situación que ha creado la respuesta ciudadana.«Con la unidad del 90% si se puede parar el desmantelamiento de la sanidad»
Por una parte el Ayuntamiento, con todos los partidos en bloque y por unanimidad ha votado contra el cierre de urgencias del Rosell.
Por otra parte la Consejería de Sanidad ha replanteado el cierre de urgencias y ha pospuesto el cierre hasta tener estudiado y garantizado que las urgencias del nuevo Santa Lucia pueden absolver realmente las necesidades de la ciudad.
No es una victoria definitiva, pero es un retroceso en el proceso de desmantelamiento y cierre de este histórico hospital. Una victoria del movimiento ciudadano, de su unidad y de su firmeza en la defensa de este hospital.
Es una enseñanza más, como hace unos meses nos demostraba la Marea Blanca de Madrid. Con la unidad del 90% si se puede parar el desmantelamiento de la sanidad. Ahora es el momento, más que nunca, de seguir en esta línea de acción y aunar esfuerzos.