No ha quedado ningún rincón de España, desde las instituciones y entidades de todo tipo hasta el último ciudadano que no hayan sentido como suyos el dolor, la indignación y la rabia por los ataques terroristas. El atentado se ha producido en un momento político del país muy determinado, especialmente delicado por el referéndum independentista convocado para el 1 de octubre, en el que existe un peligro real de segregación de Cataluña de España.
La envergadura de los hechos, lo ocurrido en los ataques de Barcelona y Cambrils así como el atentado de grandes dimensiones que se estaba preparando, y las consecuencias que puede tener en el futuro inmediato de la vida política y social de nuestro país, y que aún no conocemos, ponen de manifiesto que la unidad expresada desde el primer momento del atentado, en Cataluña y en toda España, no sólo debe mantenerse sino que debe consolidarse, porque es el arma común que tenemos el pueblo para hacer frente a quienes ponen en peligro nuestras libertades y la democracia.
Como muy bien ha dicho la alcaldesa de Barcelona, profundamente emocionada, Ada Colau, y otros dirigentes políticos, lo primero a destacar es el comportamiento de la ciudadanía, la unidad y las muestras de solidaridad, que la alcaldesa lógicamente ha concentrado en Barcelona, pero reconociendo la solidaridad y los apoyos que desde toda España han llegado al ayuntamiento de la ciudad condal.
Porque no ha quedado ningún rincón de España, desde las instituciones y entidades de todo tipo, Universidades y clubes de fútbol, fuerzas políticas y sociales, hasta el último ciudadano que no hayan sentido como suyos el dolor, la indignación y la rabia por los ataques terroristas.
Miles de anécdotas que llegan de todas partes lo expresan mejor que mil palabras. Como ese supermercado de un barrio de Valencia, que se quedó completamente paralizado cuando una empleada, con la voz quebrada anunció por los altavoces, a las 12 horas del día 18, el minuto de silencio en solidaridad con Cataluña. Se hizo un silencio total, nadie compraba, nadie trabajaba… todos eran uno. O ese nadador del CN Cádiz, Fernándo Álvarez, que disputaba en Budapest la final de 200 braza en el Mundial Máster y que hizo el minuto de silencio saltando al agua un minuto después que el resto de finalistas, porque la organización no lo había concedido.
Como recogemos en estas mismas páginas, las ciudades y hasta los pueblos más recónditos de nuestro país se han llenado de lazos negros de luto, de concentraciones y declaraciones, de minutos de silencio y rotos por los aplausos bajo una misma bandera, la de la solidaridad y el dolor compartido con todos los catalanes, y un mismo grito: ¡No tinc por! ¡Todos somos Barcelona y Cambrils! ¡Tots som Catalunya!
Tras los primeros momentos de unidad institucional frente al terrorismo -en los que tanto los cuerpos de seguridad (Mossos y Policia Urbana, Guardia Civil y Policía Nacional) como las principales instituciones del Estado (el Rey y el presidente del Gobierno) han aparecido juntas con la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona-, las tensiones por el procés y el enfrentamiento por el 1-O se vuelven a colocar en primer plano. Puigdemont y Junqueras ya han declarado que el atentado no variará la hoja de ruta diseñada.
Todo lo contrario de lo que está en el fondo del sentir popular, la necesidad de solidaridad y unidad ante el enemigo común. Un sentimiento no sólo en Cataluña sino compartido con el conjunto de España.
Expresión, una vez más, de lo que las elecciones celebradas en los tres últimos años vienen reflejando: que hay una mayoría social progresista que reclama unidad del pueblo trabajador para hacer frente a los problemas comunes (recortes, condiciones de vida y trabajo…) y unidad de todo el pueblo frente a la división y el peligro de levantar muros entre diferentes nacionalidades.
El artículo del diario estadounidense The Wall Street Journal, recogido por La Vanguardia, en el que se dice que Catalunya “puede gobernar independientemente de Madrid”, e identifica a Puigdemont como “la figura pública dominante que lideró la respuesta al ataque, eclipsando el papel del Estado”, sólo pueden contribuir a “mantener abierta la herida” de la división y el peligro de fragmentación entre los catalanes y el resto del pueblo de las nacionalidades y regiones de España. Lo que nos hace más débiles y vulnerables a la hora de afrontar los retos y los enemigos comunes.
Y la noticia de que “Trump utiliza los ataques de Barcelona para anunciar un aumento de tropas en Afganistán” recogida por agencias y difundida por algunos medios, como el digital “El Nacional.cat” debe hacernos reflexionar sobre la necesidad de mantenernos más unidos que nunca para que nuestro país no se vea arrastrado por quienes pretendan aprovechar el dolor y la indignación producida por los atentados para conducirnos a identificar la lucha contra el terrorismo con la mayor implicación en las guerras de Afganistán o Siria contra el yihadismo.
El terrorismo es fascismo, venga de donde venga. No solo siega la vida de víctimas inocentes y hiere y siembra el dolor. Atenta contra la libertad y la democracia de todos. Y busca imponer por la fuerza sus reaccionarios proyectos a la población.
Llamamos a la unidad de todos los demócratas. En momentos como estos, por encima de cualquier otra consideración y diferencias políticas, debemos estar unidos, catalanes, vascos, canarios, castellanos o valencianos, en definitiva, el conjunto del pueblo de las nacionalidades y regiones de toda España, para hacer frente al terrorismo, enemigo común, y defender la libertad y la democracia -por la que juntos hemos luchado y defendido tantas veces- frente a los oscuros y subterráneos intereses de los terroristas y quienes les alientan.
La misma unidad y movilización que se levantó en todo el país contra los negros ataques en los trenes de Atocha. La misma con la que derrotamos el terrorismo de ETA.
Porque la unidad y voluntad de los pueblos en defensa de la paz, la libertad y la democracia será siempre mucho más fuerte que el terror.
¡No tinc por! ¡Todos somos Barcelona y Cambrils! ¡Tots som Catalunya!
ROSA dice:
i Tots son Catalunya!! Y tbien recordemos que antes sólo teníamos el terror de Era pero, el adalid de la lucha contra armas de destrucción masiva, hoy vive en viviendas millonarias mientras, los iraquíes,sirios,afganos reciben el terrorismo d nuestras ventas a sus traidores mientras empresarios se quedan con sus riquezas. Y se engolosinan pensando q quizás pillen cacho de Rusia