Nutrición

Una y otra vez, la dieta mediterránea

Los cientí­ficos de las universidades de Atenas y Harvard analizaron los posibles beneficios que se derivan de la dieta mediterránea en 23 mil griegos (hombres y mujeres de entre 20 y 86 años) que no tení­an antecedentes de enfermedades cardí­acas, diabetes ni cáncer y que habí­an participado en el ensayo Prospectivo de Investigación Europea en Cáncer y Nutrición.

El seguimiento medio fue de 8 años y medio, en el que 1.075 de los articipantes murieron, y ha concluido que la mortalidad es mayor cuanto menos se sigue la dieta mediterránea.Elaboraron una escala de 0 al 10 para medir en qué porcentaje se podía calificar su dieta de mediterránea. Concluyeron que por cada dos puntos que se "mediterraniza" la dieta, la mortalidad cae en 14%.Para promover la longevidad hay que seguir varios patrones de la dieta mediterránea, ya que el efecto de uno solo no es suficiente: el estudio afirma que. el mayor beneficio de la dieta mediterránea estaría en el consumo moderado de alcohol -que en Grecia es principalmente vino que se consume con las comidas-, seguido de una ingesta baja en carnes. También beneficia, aunque en menor grado, comer verduras, frutas, frutos secos y aceites monoinsaturados, como el de oliva.Hilaron fino. Es importante considerar que hay diferencias entre consumir carnes grasas y magras o cereales integrales y refinados. Los componentes que priman en las dietas mediterráneas varían en los distintos países.En Chile por ejemplo, en un estudio similar, al aplicar este índice a entre 500 y mil trabajadores, se pudo comprobar que los cereales integrales se asocian a menor presión sistólica y menor perímetro de cintura; a mayor consumo de pescados hay más colesterol bueno y menor presión sistólica. Y las paltas (ricas en omega 9 y antioxidantes) se asocian a menor perímetro de cintura. Por el contrario, los lácteos grasos se asocian a mayor colesterol total y malo, y los cereales refinados y las papas a mayor glicemia y triglicéridos y menor colesterol bueno.* El Dr. Trichopoulos es un reputado epidemiólogo griego especialista en cáncer. Su principal línea de investigación es la evaluación de la hipótesis según la cual los cánceres hormono-dependientes tienen su origen en la vida intrauterina. Esto explicaría por qué lleva más de dos generaciones para que la incidencia del cáncer de mama y el prostático en inmigrantes asiáticos en EEUU alcance la incidencia estadounidense, cuatro veces mayor que la asiática. Los altos niveles de hormonas en las gestantes favorecen la generación de un número mayor de células madres con menor estabilidad genética. También estudia las causas multifactoriales del cáncer hepático, especialmente los efectos interactivos de la hepatitis B y C, tabaco y alcohol. Además, colabora internacionalmente con otros grupos para estudiar el efecto de la dieta en la salud y enfermedad, campo en el que se enmarca el último estudio.

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