Música

Una vieja melodí­a: «Quien paga manda»

Patrick Wolf, el artista de indie británico ha presentado su cuarto álbum «Battle». Pero su producción, esta vez tiene una particularidad. 5.000 acciones de 10 dólares cada una, sacadas a la venta en la página www.bandstocks.com han financiado la edición. Aunque cada empresa maneje cantidades diferentes, así­ es como funciona el crowdsourcing (crowd + outsourcing = externalización multitudinaria)

Auamusic fue fundada or un viejo “cooperativista musical”. Hace quince años Xavier León produjo el primer y último disco de “Poble Sex” con las 1.000 pesetas que colega a colega fue reuniendo. A día de hoy Auamusic ha producido tres discos con los 150.000 dólares recaudados entre 1.500 accionistas a través de la red.Cada accionista se lleva siempre un 10% de la inversión: un dólar de oro. Con libertad para retirarla en cualquier momento, lo único que se pierde es ese dólar. Aunque también se puede optar por mover la inversión hacia otra apuesta musical.50.000 dólares es “el suelo” necesario para financiar el disco. Cada recibe, de entrada, una copia gratuita del disco. El 60% de las ganancias son para el artista – ¡el 60%! -, el 15% para el gestor, y el otro 25% se reparte entre los accionistas. Depende de las ventas.Suponiendo que se vendieran 100.000 copias a 15€… el artista ganaría unos 900.000 dólares, 225.000 el gestor, y cada accionista 75; ¡el 700% de su inversión! No está nada mal.Gremio DC es el primer grupo producido por Auamusic. Y hasta que no vieron el dinero pensaban que era algo así como los emails furtivos que llegan y te aseguran que si lo reenvías a 10 ganaras un bono de 100€ para comprar en el supermercado.Sellaband.com lleva editando dos años y medio y ya van por 18 discos con más de dos millones de dólares en acciones. ¿Cuál es el problema?, pues las “leyes anti-monopolio”.“Cuando uno de estos grupos dé un pelotazo podría haber inversiones financieras que busquen rentabilidad”, comentaba Xavier León en una entrevista.La iniciativa es excelente, y los resultados sorprendentes aunque esperados si se es consciente de hasta qué punto el monopolio discográfico determina la producción musical frente al gusto y la sensibilidad de la gente por disfrutar de buena música y apoyar que se desarrolle. Pero la vieja melodía popular de que “quien paga manda” es así. No basta con que quien gestione y el tipo de modelo de gestión se base en el accionariado popular, debe garantizar legalmente que nadie puede monopolizar la inversión. Esto garantizará la independencia del artista, la naturaleza de la producción, y la credibilidad de la obra.

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