Perú: protestas frente al Congreso en el Día de la Independencia

Una vez más, Perú grita ¡Dina Asesina!

La crisis política en Perú se vuelve cada día más insostenible, con una Dina Boluarte completamente denostada por las amplias masas, y apenas sostenida por EEUU y la oligarquía criolla

Las protestas contra el gobierno golpista de Dina Boluarte nunca se han apagado desde que en diciembre de 2022 el presidente Pedro Castillo fuera depuesto, pero ahora han resurgido con fuerza. Coincidiendo con el Día de la Independencia, una nueva Marcha sobre Lima, acompañada por movilizaciones en 58 provincias, ha vuelto a exigir la renuncia de Boluarte y la inmediata convocatoria de elecciones.

La «Marcha Nacional» -que ha querido coincidir con el 202 aniversario de la Independencia de Perú-, una nueva oleada de movilizaciones por todo el país ha reiterado las mismas exigencias que llevan repitiéndose desde la defenestración de Pedro Castillo, a finales de 2022: la renuncia de Dina Boluarte -que ya lleva ocho meses ocupando de manera «interina» la presidencia de Perú-, la disolución de un Parlamento dominado por la derecha y la extrema derecha, la convocatoria de nuevas elecciones, el cese de la sangrienta represión policial, y una investigación que esclarezca la responsabilidad criminal por los 77 muertos en las protestas.

La nueva hornada de luchas -convocada por una amplia panoplia de sindicatos, organizaciones indígenas y campesinas, colectivos estudiantiles y otras organizaciones de la sociedad civil- ha tenido como epicentro la protesta en Lima, donde a pesar de los choques con los antidisturbios, los manifestantes llegaron a las inmediaciones del Congreso y del Palacio Presidencial, pero ha tenido réplicas en 59 provincias, con movilizaciones en diferentes ciudades y localidades y hasta 64 cortes de carretera.

Mientras la presidenta Dina Boluarte participaba en las actividades oficiales para conmemorar el Día de la Independencia, en las calles aledañas del casco histórico se escuchaban gritos como «Dina asesina, el pueblo te repudia», «pueblo, escucha, únete a la lucha» o «Viva la lucha de los pueblos originarios».

Como en anteriores ocasiones, la policía cargó en varias ocasiones contra los manifestantes, con porras y gases lacrimógenos, causando varios heridos -con disparos de perdigones- incluso entre miembros de la prensa.

El ambiente le es tan adverso que -por primera vez- Boluarte ha tenido que entonar un «mea culpa», pidiendo perdón a los familiares de los fallecidos por la violencia policial. Unas disculpas tan formales como insuficientes para las víctimas, y más cuando la presidenta interina ha vuelto a negarse por enésima vez a abrir investigaciones judiciales, así como a dejar su cargo y convocar elecciones.

La manifestación en la capital -una ciudad mucho más criolla que el resto del país- contó con una fuerte representación de campesinos e indígenas llegados de las regiones andinas del norte y el sur del país, fuertemente partidarias del depuesto presidente Pedro Castillo. Para llegar hasta Lima, la delegación aymara de Puno tuvo que enfrentarse -y derrotar- hasta cuatro intervenciones policiales por el camino.

Además de la predominancia de los habitantes de las regiones andinas, las protestas también contaron con un importante componente de sindicatos de trabajadores urbanos, estudiantes universitarios, colectivos feministas y LGTBI, hermandades religiosas e incluso asociaciones de jubilados y adultos mayores.

La crisis política en Perú se vuelve cada día más insostenible, con una Dina Boluarte con una popularidad ridícula, completamente denostada por las amplias masas, y apenas sostenida con pinzas por el fujimorismo y por el poder de la clase dominante criolla y del hegemonismo norteamericano, los mismos agentes que han venido dominando la nación andina por décadas y que maniobraron para hacer caer a Pedro Castillo desde el mismo momento de su investidura.

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¡Fuera la ‘Barbie Dictadora’!

Junto con la bandera de los pueblos originarios -la wiphala- o las banderas rojas, y los carteles y consignas de protesta, los estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de Lima desataron toda su imaginación, perpetrando diferentes e imaginativas «performances» en torno a una Dina Boluarte satirizada como «Barbie Dictadora», aprovechando el estreno mundial de la película sobre la muñeca de Mattel, con una cosplayer caracterizada como la presidenta, ataviada con un fusil norteamericano M15, en una caja gigante con leyendas como “Certificado de impunidad”, marca “Matten” e “incluye balas lacrimógenas y munición real».

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