El modelo energético en el Congreso

Una ventana pequeña para un problema fundamental

Parece que los principales partidos (PSOE, PP, CiU) han llegado a un acuerdo para crear en el Congreso una «Subcomisión sobre el modelo energético en España para los próximos 25 años». La propuesta inicial presentada por el PP habla de «evaluar» el reparto de las fuentes de energí­a; el «análisis» de todas las posibilidades en cuanto a energí­as renovables; el «estudio» de las posibles interconexiones eléctricas internacionales; y la «definición» del futuro de la energí­a nuclear en España.

De entrada hay dos cosas que sorrenden. El escaso eco que la formación de esta subcomisión ha tenido en los medios de comunicación, a pesar de que, al menos en teoría, se propone abordar uno de los problemas fundamentales de nuestro país. Y el que cuando se han referido a ella, la mayoría de los medios lo que resaltan es que “incluya el debate sobre la energía nuclear”; lo que al menos debe prevenirnos de que, en última instancia, todo se pueda reducir a promover los intereses monopolistas de quienes apuestan por este tipo de energía, y no de abordar el problema en su conjunto desde los intereses generales de nuestro país.España es un país dependiente de fuentes de energía externas, especialmente el petróleo y el gas, pero también la energía nuclear francesa, una dependencia que lastra nuestro desarrollo económico. Nuestra dependencia energética exterior alcanza el 85%. Importamos el 80% de la energía primaria que se consume (petróleo, gas, carbón…) y el 50% de la producción de energía eléctrica se hace con materias primas importadas. Acabar con la dependencia energética es el problema fundamental, el punto cero del que ha de partir cualquier comisión que aborde el problema y cómo hacerlo el objetivo estratégico de largo alcance.Abordar de verdad el problema energético español exige, por lo tanto, elaborar un Plan Nacional que, partiendo de reducir el consumo de energías fósiles –y por lo tanto fuente principal de la dependencia- establezca los objetivos, los medios y los recursos a corto, medio y largo plazo para ello. Un Plan que ha de proponer una alternativa integral, que sin descartar ningún tipo de energía alternativa parta de todas las potencialidades y recursos de nuestro país. (*)Es decir, resolver el problema de nuestra dependencia energética, y al mismo tiempo hacerlo en base al desarrollo de nuevas fuentes de energías renovables no es un problema de falta de recursos, sino de voluntad política. Si de verdad se quiere habría que empezar por transformar esa vergonzante “Subcomisión” en una auténtica Comisión sobre la Energía, con atención especial de todos los grupos políticos, ampliándola a la participación de los científicos y expertos, a la Universidad, el CESIC y otros centros de investigación…Y, sobre todo, con un objetivo claro: elaborar ese Plan Nacional, que no sólo sentaría las bases para desarrollar un modelo energético más adecuado a nuestras capacidades y renovable, sino que supondría un salto cuantitativo y cualitativo en el desarrollo de una industria propia energética, de la investigación y en la creación de miles de puestos de trabajo altamente cualificados y competitivos. Un puntal para salir de la crisis.¿A quién sirve dejar la “Subcomisión” como está?(*) Como ejemplo de nuestras inmensas capacidades bastaría con partir del informe de Greenpeace de 2005. En él se concluía que en Españala capacidad de generación de electricidad con fuentes renovables se alcanzaría un máximo de 15.798 TWh/año, equivalentes a 56,42 veces la demanda peninsular de electricidad proyectada en 2050; y que de los recursos renovables más abundantes, la energía solar, se podría obtener energía equivalente a 8,32 veces la demanda energética total de la península en 2050. El modelo navarro, que obtiene el 47% de la energía que se consume en la comunidad de la energía eólica, es otro ejemplo. Los biocombustibles siguiendo el ejemplo de Brasil… La energía nuclear es otra de las posibles alternativas, entrando a resolver los problemas que presenta.

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