Televisión

¿Una semana sin televisión?

Una asociación estadounidense llamada TV Turnoff Network propone que la última semana de Abril sea la Semana sin Televisión. ¿Sus razones? Principalmente, ayudar al fomento de una vida saludable y menos sedentaria entre los niños y los adolescentes. Ecologistas en Acción ha secundado la iniciativa los últimos dos años en nuestro paí­s, según ellos «con el objetivo de denunciar que la televisión celebra un modo de producción y consumo insostenible para el planeta.» ¿Es justo responsabilizar de los problemas de la juventud o del planeta a un medio popular, democrático y difusor de cultura y entretenimiento?

¿Los rogramas documentales que difunden masivamente el respeto a la naturaleza o el uso de energías renovables también estarán vetados durante esta semana? ¿Es necesaria también una semana en contra del cine o de Internet? Muchas son las preguntas que se nos plantean a raíz de esta peculiar iniciativa. Poner una tirita en la rodilla para curar un cáncer no parece un remedio demasiado serio. Si el fomento de una vida saludable entre los ciudadanos o el respeto por la naturaleza son tareas perfectamente defendibles, resulta curioso observar como el simple hecho de apagar la televisión se considere una medida responsable. Muchas son las críticas que el medio ha recibido en las últimas décadas desde sectores teóricamente progresistas. “La caja tonta” o la “tele-basura” son algunos de los adjetivos que se le han adjudicado. Sin embargo un medio que consigue penetrar en las casas de los ciudadanos de todo el mundo, difundir conocimiento y entretenimiento, y provocar movimientos generalizados de opinión, no es ni mucho menos algo a lo que debamos renunciar. Que se multipliquen las alternativas televisivas, más cantidad y calidad de canales, medios independientes que adquieran difusión, o una mayor vigilancia para la utilidad didáctica de los contenidos infantiles, son solo unas pocas de las conquistas que nos tenemos que proponer con respecto a la creación de un nuevo modelo de televisión. ¿No sería, pues, mucho más adecuado crear un canal temático que fomentara la vida sana y los modelos de sostenibilidad, en lugar de “censurar” todos los demás?

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