SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Una reforma financiera que no puede esperar

Pese al espaldarazo del BCE, la realidad sigue siendo áspera. El tiempo pasa y el perseguido relajamiento de la presión sobre la prima riesgo no llega, lo que induce a pensar que el flanco de la desconfianza de los mercados financieros no está tanto en el conjunto de unas reformas estructurales y unos recortes de gasto puestos en marcha en un tiempo récord, como en la asignatura pendiente de un sistema financiero cuyo saneamiento no termina de cuajar.

No dudo de que la reforma bancaria será rápida y transparente», señaló ayer el presidente del BCE desde la capital catalana. El problema es que los mercados internacionales sí dudan. Y mientras esa duda persista, España continuará cargando con el peso de una financiación a coste insoportable y de una desconfianza que amenaza peligrosamente con hacerse crónica. En medio de ese escenario, la prioridad del Gobierno debe ser hacer cumplir a rajatabla la agenda de reordenación del sector bancario y poner en marcha un modelo claro y definitivo de saneamiento del sistema financiero. El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha anunciado que en «los próximos días y semanas» el Gobierno tiene previsto aprobar la regulación de las sociedades que, a modo de bancos malos, se podrán usar para sacar del balance de las entidades el pesado lastre de los activos inmobiliarios tóxicos. Una solución que el Ejecutivo plantea como voluntaria y que, a día de hoy, parece la única fórmula viable para ayudar a digerir el ladrillo acumulado y provisionado por la banca y para reconstruir la imagen de solvencia del sector financiero español en los mercados.

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