En los últimos meses, un puñado de científicas españolas han brillado con luz propia en el cielo estrellado de la NASA. Son un ejemplo de la mejor generación de científicos de la historia de España, que sin embargo tienen que emigrar para hacer valer su talento.
Sitúense. La NASA, la agencia espacial puntera del mundo. ¿Han oído hablar del telescopio espacial Hubble? Se trata del instrumento científico que ha permitido los más extraordinarios avances en astrofísica y cosmología en las últimas décadas. Su sucesor -el Hubble ya ha rendido lo suyo- es el telescopio espacial James Webb, una joya tecnológica que la NASA pondrá en órbita en octubre de 2018 y que permitirá avances mucho más extraordinarios, como descubrir planetas con vida y observar las primeras estrellas del Universo. «Mientras nos imponen un país de servicios, de turismo y ladrillo, desprecian la I+D+i, cierran proyectos de investigación punteros y obligan a miles de diamantes de la ciencia a hacer las maletas»
Pues bien, una española lidera uno de sus principales equipos científicos. La gallega Begoña Vila ha sido condecorada por la NASA por su extraordinaria contribución: diseñar el sensor que consigue estabilizar la imagen del James Webb. Digamos que la de Vigo es la oculista del ojo más poderoso que el hombre ha construído nunca para observar el Cosmos. La medalla es el fruto del esfuerzo, la constancia y el talento de la investigadora, y detrás de ella, de toda la ciencia española, que ha formado una numerosísima generación de científicos que trabaja en los más prestigiosos e importantes centros de investigación y desarrollo del mundo. Begoña Vila no es la única científica española en la NASA.
La entrada de la sonda espacial Juno en la órbita de Júpiter el pasado mes de julio no habría sido posible sin el trabajo del Jet Propulsion Laboratory (JPL), el más importante equipo del mundo en propulsión espacial, en el que trabaja la madrileña Michela Muñoz. Y en la misión OsirisREx de la NASA, que enviará una sonda para analizar el asteroide Bennu y su composición, trabajan los jóvenes astrónomos Julia de León y Javier Licandro, ambos del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), por el que también pasó Vila.
Son una pequeña muestra de la mejor generación de científicos de nuestra historia, la mejor preparada, por conocimiento y técnica, podrían estar desarrollando el conocimiento y la tecnología en nuestro país, al servicio de la creación de riqueza y empleo en España. Pero el proyecto que tienen las oligarquías financieras para España -un país de servicios, de turismo y de ladrillo, de mano de obra barata- desprecia la I+D+i, recorta presupuestos de educación y ciencia, cierra centros punteros y proyectos de investigación prometedores (como los ejecutados en el Instituto Astrofísico de Canarias), obligando a miles de diamantes de la investigación a hacer las maletas y buscar suerte en el extranjero. ¿Por qué la brillante pléyade de la ciencia española no puede brillar en el cielo ibérico?