Aznar señaló el camino, afirmando que “Pedro Sánchez es un peligro para la democracia”. Y Ayuso le dio su forma de masas, al plantear que “estamos empezando a vivir en una dictadura”.
¿Son “salidas de tono” de los sectores más ultras del PP, motivadas solo por la rabia de haber perdido el gobierno? ¿O marcan una deriva peligrosa, que necesariamente debe estar sostenida por centros de poder interesados en elevar varios grados la tensión política?
El rastro de Aznar nos lleva hasta Washington. El ex presidente español acaba de publicar un incendiario artículo contra el gobierno de Sánchez en The Wall Street Journal, biblia de los sectores más agresivos de la burguesía norteamericana.
En ese artículo Aznar afirma que “se ha derogado de facto la Constitución”, plantea que vivimos “una crisis secesionista” y concluye que la amnistía “pone en duda la condición de España como Estado de derecho”.
En un editorial el periódico norteamericano remachaba el clavo, al considerar que “aunque Vox provoque ardor de estómago en Bruselas, no es una amenaza a la democracia, pero sí podría serlo un partido de izquierdas dispuesto a negociar con el Estado de derecho”.
Y en nuestro país varios poderes del Estado se han movilizado para colocar en la diana al futuro gobierno. La CEOE ha arremetido contra la investidura de Sánchez, afirmando que sus acuerdos “socaban la división de poderes”, y “atacan la imagen exterior de España”. Mientras el Consejo General del Poder Judicial ha emitido un duro dictamen contra la amnistía.
Aznar señala el camino afirmando que la amnistía “pone en duda la condición de España como Estado de derecho”.
Y la actual dirección del PP, bajo el lema “Help Spain”, demanda que la UE intervenga para frenar la amnistía porque “pone en peligro la separación de poderes” y “degrada la democracia”.
González Pons, eurodiputado y portavoz del PP en política exterior, ha definido a Sánchez como “el Orban del Sur”. Se refiere al presidente húngaro, un ultra cercano a Vox, que ha recibido sanciones de Bruselas.
Importantes centros de poder, nacionales e internacionales están señalando a España con una agresividad que empieza a recordar a 2008, cuando se referían a nosotros bajo el acrónimo PIGS (cerdos en inglés). Sabemos que esa degradación buscaba abrir el camino a una salvaje oleada de recortes. Ahora también buscan degradarnos, presentando a España poco menos que como un país no democrático. Debemos recordar que la degradación siempre es el ariete para imponernos un saqueo mayor.
Carlos dice:
«estamos viviendo en una dictadura». Curioso que diga eso una mujer que controla férreamente la televisión autonómica y la Comunidad de Madrid, que hasta tiene a los médicos en contra. Irónico
«Ataques al Estado de derecho» dicen los conservadores y fascistas. Curioso, curioso, cuando la ideología de éstos es,desde Nietzsche,un caudillo supremo,nada de democracia y la banca dirige la economía
«Puta democracia» le ha faltado decir a Aznar y a la CEOE