Una oportunidad para la paz en Venezuela

El gobierno de Maduro está obligado a impulsar el dialogo después de que la grave crisis vivida desde abril haya alcanzado límites cercanos al estallido de un conflicto civil.

El gobierno venezolano y la oposición antichavista de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se han sentado en la misma mesa, en una ronda exploratoria en República Dominicana. Aunque cuenta con no pocas reservas y resistencias en el polo opositor, se trata del inicio de un camino de diálogo y de una oportunidad para la paz en Venezuela, qeu lleva desde abril de este año en un estado de máxima tensión, con disturbios y enfrentamientos que han dejado más de un centenar de muertos.

Aunque no se ponen de acuerdo en denominarlo «encuentros exploratorios» o «diálogo formal», el hecho es que los representantes del Gobierno y la oposición venezolana han mantenido ya varias reuniones para establecer las condiciones de un proceso de entendimiento que ayude a superar la grave situación política que vive el país. Las conversaciones -llevadas a cabo en Santo Domingo, República Dominicana- están bajo los auspicios del gobierno de este país y se reanudarán el próximo 27 de septiembre con la mediación del presidente y el canciller dominicano -Danilo Medina y Miguel Vargas- y el expresidente del gobierno español, José Rodríguez Zapatero.

«Podemos informar que la reunión de ayer fue buena y la de hoy fue mejor, avanzamos en la definición de una agenda de los grandes problemas de Venezuela. Se acordó una comisión de países amigos que fungirán como una comisión de seguimiento que está integrada por México, Chile, Bolivia y Nicaragua y es muy probable que en los próximos días se anuncien dos países adicionales”, anunció Danilo Medina, afirmando que “hay mucha disposición de llegar a algún tipo de negociación”. Los mediadores recordaron que en estos momentos las conversaciones atraviesan una «fase exploratoria», donde se está determinando «la agenda, los participantes y los mecanismos de garantía al cumplimiento de lo que puede ser objeto de acuerdo”.

El representante del gobierno de Maduro -el alcalde del municipio caraqueño Libertador, Jorge Rodríguez- se mostró optimista acerca de los contactos, asegurando que es el «momento estelar»para lograr el acercamiento “a un acuerdo definitivo”, y que esta es la oportunidad «más firme y clara» en la búsqueda de una solución a la crisis en Venezuela.«El gobierno de Maduro está obligado a impulsar el dialogo después de que la grave crisis vivida desde abril haya alcanzado límites cercanos al estallido de un conflicto civil.»

Sin embargo, los representantes de la MUD -los diputados Luis Florido y Timoteo Zambrano, el jefe del Parlamento, Julio Borges, y el dirigente Manuel Rosales- se han mostrado mucho menos entusiasmados con los encuentros, asegurando que «no se ha iniciado un diálogo», sino «un proceso exploratorio», y que no lo habrá hasta tener las garantías para ello.

La oposición reiteró en un comunicado las condiciones que exige para la apertura de negociaciones. Entre ellas está la participación de naciones amigas, instituciones multilaterales y testigos en la negociación o la definición de un país neutral sede para las conversaciones. La MUD exige la renovación del Consejo Nacional Electoral (CNE), órgano equivalente a la Junta Electoral Central y que es clave en los procesos democráticos, así como establecimiento de un calendario electoral, incluyendo los comicios presidenciales -previstos para 2018- con observación internacional. Por último, la oposición exige «la liberación de presos políticos, el retorno de los exiliados, el cese de la persecución política y la inmediata atención a la emergencia humanitaria que vive Venezuela».

La postura reacia de la MUD hace que las conversaciones estén en un momento frágil. Desde Venezuela, el lider opositor Henrique Capriles ha declarado ser «muy poco optimista con el Gobierno», y ha cargado contra el expresidente español. «Ese proceso para que sea exitoso y el país lo pueda percibir como algo serio, debe tener un acompañamiento internacional que no es (José Luis Rodríguez) Zapatero, porque él está ahí como un actor», dijo Capriles.

El camino del diálogo no es llano en Venezuela, y está preñado de obstáculos. El auténtico instigador de la desestabilización del país -el hegemonismo norteamericano- mediante la táctica del ‘golpe blando’, a buen seguro tratará de agriar, tensar e incluso sabotear las conversaciones. No es muy probable que la administración Trump -que ha llegado a amenazar con una intervención militar en Venezuela- desista de su objetivo de derribar al gobierno de Maduro, utilizando a la oposición y a la oligarquía criolla como instrumento. Sin embargo, el gobierno de Maduro está dispuesto -y obligado- a impulsar el proceso de paz después de que la grave situación política vivida desde abril haya alcanzado límites cercanos al estallido de un conflicto civil.

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