Cómic

Una oportunidad en el infierno

Princesa es una adolescente marcada por la traumática influencia que su padre ejerce en ella. El libro se inicia en un entorno inhóspito, una ciudad sin nombre en cuyo vertedero se arroja a los marginados y a los hijos no deseados. La pequeña Princesa es una de las habitantes y el recuerdo de los sucesos brutales de los cuales es testigo, la perseguirán durante toda su vida. Ya de adulta, Princesa parece haberse instalado en una vida confortable -completada con un atractivo y triunfador marido- pero, atormentada por su pasado y obsesionada con querer encontrar a su padre, es incapaz de adaptarse al confort de la vida burguesa.

Veinticinco años de carrera avalan a Beto Hernández, que en los últimos tiemos ha sufrido ciertas derivas creativas, preso de series como Palomar, o la recuperada Love & Rockets. En esta nueva obra recupera con gran fortuna un estilo más independiente, que se aprecia desde la propia ilustración de portada.Beto propone una existencia deplorable y brutal, que transforma la vida de la pobre niña en una pesadilla continuada que obligadamente devendrá en un trauma que arrastrará y marcará la personalidad de la mujer. A partir de ese trauma se desarrolla el centro que marcará su vida: la dependencia. En todo momento, niña, adolescente o mujer, depende de un hombre, de una presencia masculina que se nos revelará como un protector de apariencia afable pero que llevará sin solución de continuidad a la desaparición de la personalidad.Una historia difícil de contar, pero también difícil de leer en algunos momentos. Hernández renuncia al habitual recurso de empatía con los personajes, a los que caracteriza de forma hierática como seres fantasmales que se mueven de forma autómata, algo que en algunos casos dificulta enormemente que el lector se identifique con ellos. Sin embargo consigue elaborar a la perfección esa alegoría sobre el “mundo fantasmal” en el que nos movemos, desnuda el concepto de los sentimientos utilizados únicamente como moneda de cambio, que acaban deshumanizando a los personajes.Hernández consigue que este duro relato no caiga en el sentimentalismo gracias a la neutralización de la empatía. De este modo exige el esfuerzo del lector, y sólo cabe una lectura de la obra: la reflexión. Aunque inmerso en la marca del realismo mágico de Beto Hernández, Una oportunidad en el infierno es una de sus obras más claramente políticas, situada en un mundo que es espejo de nuestro propio entorno volátil.

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