Perfil: Antonio López

Una mirada llena de vida

De una calle de Madrid mil veces vista a lo sublime. Antonio López busca el misterio en las cosas más modestas; porque no sabemos cuándo va a ocurrir un milagro. Detrás de la aparente sencillez de lo cotidiano Antonio López pinta el enigma, lo más profundo.

El realismo, corriente denostado or las elites artísticas que marcan la vanguardia, es el camino elegido por Antonio López. Para muchos es el pintor vivo más importante. Premio Velázquez y Príncipe de Asturias que dedicó a su tío el pintor Antonio López Torres.Hoy en día el arte académico es el arte abstracto, Antonio López a contracorriente recoge la tradición realista y figurativa de nuestra pintura, tan distinta a los cánones de la pintura contemporánea, de la que parte su concepción de que la esencia de las cosas está en la” piel”, y no hace falta ir más allá. ” En un solo limón de Zurbarán está contenido todo el Universo” dice. Es la mirada del pintor la que muestra su fondo a través de su apariencia. Pintando el sol en un membrillo, esmerándose en los detalles más precisos, en sus cuadros podemos redescubrir la grandeza mística del arte encerrado también en lo más mínimo. Heredero de la mejor tradición del arte español. Admirador del arte antiguo y de los grandes de la pintura española como VelázquezUn realismo nada convencional, un “hiperrealismo” en el que los objetos más cotidianos, y lo más transparente puede convertirse también en lo más misterioso. Lo más importante no es buscar la suma de una cosa con otra sino la profundidad, el misterio es cada una de ellas. Entusiasmado con la realidad dice: “Es una muestra de fe en el mundo que si no lo tienes no puedes hacer nada”. Antonio López no da nunca un cuadro por acabado "Eso de que las obras se terminan es una tontería"(…) "Las cosas se abandonan, o se dejan de lado, pero cómo van a terminarse".Defiende un compromiso casi moral del artista en su vida y en su obra, con las cosas, con el mundo y con la pasión por la vida; en una búsqueda constante de la esencia de los objetos y las personas a través de la pintura.Porque se pinta como se es y no es habitual encontrar un artista que conciba su obra como un compromiso con la colectividad, que, frente a los tiempos actuales «donde la necesidad del artista por ser especial se ha convertido en una enfermedad», añora el momento donde ese artista podía ser voz de toda una sociedad, podía sentirse parte de un todo y por tanto «en contacto con algo muy básico que nosotros hemos perdido».“El arte se hace para la sociedad. Según es la sociedad es un poco el tipo de artista que surge. Si la sociedad quiere escuchar la verdad, si necesita que le pongan un espejo lo más fiel posible, surgen enseguida un montón de espejos. Si la sociedad se resiste a que le pongan delante cómo es, cómo es su espíritu y su alma, surge enseguida un tipo de artista que le pone delante un espejo deformante, para que esté tranquila y contenta. Y de ahí sale un tipo de arte y de artista que puede ser extraordinario, que puede ejecutar a la perfección las técnicas del arte, pero notas que existe otro tipo de arte que necesita comunicar algo, desahogarse, que no quiere engañar, lo que, necesariamente, implica un compromiso y un sacrificio.” Antonio López Antonio López según Antonio LópezMi tío me entregó un lienzo sobre un bastidor, unos pinceles, y una paleta suya, rectangular. Estaba cubierta por una gruesa capa de pintura, restos de las mezclas de color durante tiempo, años. Durante varios años fui saltando estas duras capas de pintura que tenían la luz y el maravilloso color de sus paisajes. Los azules de sus cielos, los distintos verdes de sus vides y sus campos, los dorados de sus tierras. Me llevó varios días y cuando por fin apareció la madera en toda su superficie, me ordenó en el borde superior los colores básicos: El blanco a la derecha, el amarillo de cadmio, el ocre, el bermellón, las tierras, el verde, el azul, el carmín, el negro… colores que me parecieron maravillosos todos juntos y en un orden que todavía sigo. Me colocó el lienzo suavemente con carboncillo y cuando terminé me dijo que empezara a pintar. Elegí un vaso de vino, y digamos que aquí empezó mi vida como pintor (…)Entré en la pintura como en un jardín, y pronto percibí que el jardín era un bosque, prodigioso y arriesgado. He vivido este largo recorrido con entrega, a veces con zozobra. A esta aventura he dedicado con gusto mi tiempo, he encontrado a la mejor gente y he construido mi vida afectiva y profesional. En el camino he ido descubriendo el Arte; y qué maravilla he ido encontrando: Todo el Arte antiguo, Grecia; Vermeer, Velázquez y el Gran Arte Español tan cercano a la vida, tan noble.Extracto del discurso en el Premio Velázquez.

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