Una mayorí­a por la unidad que se hace sentir en la izquierda

Dificultando al govern catalán la aprobación de unos presupuestos que perpetúan los recortes de Artur Mas, con un descenso del 7% del gasto social respecto a 2010. O generando una nueva crisis en la nueva Convergencia tras el anuncio de Puigdemont de que no se presentará como candidato en unas futuras elecciones.

Una situación política en Cataluña donde avanzan las posiciones en defensa de la unidad y retrocede la fragmentación, que está influyendo en la posición de algunas de las fuerzas de izquierdas.

En el seno del PSC, que tras años pasados de ambigüedades, ha tomado una clara posición contra los proyectos de ruptura de los Mas y Puigdemont, al tiempo que ha respaldado la formación de un gobierno de progreso en toda España.

Pero también dentro de En Comú Podem, la fuerza que ganó las generales en Cataluña tanto el 20-D como el 26-J.

Toda la estrategia de la ex-Convergencia se basa en integrar a “los comunes” en un “frente pro referéndum” encabezado por Puigdemont, que otorgue un barniz progresista a los proyectos de fragmentación.

Pero la influencia de la mayoría progresista impone en Cataluña un rumbo radicalmente contrario.

A pesar de defender el derecho a decidir, tanto Ada Colau como Xavier Domenech, cabezas de En Comú Podem, se han declarado “soberanistas pero no independentistas”, afirmando que “todos juntos sumamos más que por separado”, han rechazado un referéndum unilateral, y han exigido nuevas elecciones en Cataluña para enfrentarse “a una hoja de ruta del Govern que solo habla del eje nacional mientras se imponen políticas regresivas en el eje social”.

Mientras en el parlament, Catalunya Sí que es Pot ha expresado también su oposición a la Ley del Referéndum impulsada unilteralmente por Junts pel Sí y las CUP, al considerar que “se trata de una declaración de independencia” y “se basa en el principio de desconexión [con España] que no compartimos”.

La soledad y debilidad de quienes encabezan la disgregación, los mismos que han impuesto los mayores recortes en Cataluña, es cada vez mayor.

Hasta el punto de que son muchos quienes afirman que crecen las posibilidades de que en 2017 se llegue a un acuerdo negociado entre Madrid y Barcelona, que a cambio de aparcar la independencia ofrezca concesiones (mejor financiación para Cataluña, más autogobierno…) para reconducir la “herida catalana”.

Pero debemos tener claro que la solución no va a venir de un “diálogo” entre Rajoy y Puigdemont. Necesitamos una alternativa que, desde posiciones claramente de izquierdas, una la defensa de la unidad y la lucha contra los recortes. Capaz de representar a la amplia mayoría progresista en Cataluña, y fortalezca su unidad con el conjunto del pueblo español en la defensa de nuestros intereses comunes.

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