Dossier situación Cataluña (1)

Una marea de votos contra los recortes y la fragmentación

Los tiempos están cambiando, y mucho en Cataluña. El 24-M ha irrumpido una marea de votos ciudadanos que no están encuadrados ni por CiU ni tampoco por PP y PSOE. Y han cambiado el guión de la polí­tica catalana. Colocando la lucha contra los recortes y el bipartidismo en primer plano de un debate polí­tico que hasta parecí­a girar de forma única en torno al debate sobre la independencia. Abrimos aquí­ un dossier con el objetivo de extraer, desde una investigación de los resultados electorales, las principales conclusiones que nos dejan estas elecciones y que ya están marcando la polí­tica catalana..

Mismos problemas, mismas solucionesEstas no han sido unas elecciones municipales más. El 24-M ha supuesto un auténtico terremoto político en Cataluña. Y para comprender el calado de estos movimientos sísmicos debemos partir en primer lugar de cuales son las corrientes de fondo que están actuando en Cataluña.

Para poder leer correctamente los resultados electorales en Barcelona o Girona hay que mirar fuera de Cataluña. No solo hacia Madrid, sino principalmente hacia Washington y Berlín. ¿Por qué?

«La situación catalana está también determinada, como en el resto de España, por la ejecución del proyecto hegemonista de intervención y saqueo»

En los últimos cinco años, concretamente desde 2010, parece que Cataluña y el resto de España caminan en direcciones diferentes. Mientras que en el conjunto de España aparecía en primer plano la ejecución del mayor paquete de recortes de la historia o la quiebra del tradicional dominio del bipartidismo, en Cataluña ganaba peso, hasta convertirse casi en el tema único del debate político, el Si o No a la independencia.

¿Es esto así? ¿Cataluña y el resto de España se enfrentan a situaciones y problemas diferentes? ¿Realmente no tiene nada que ver la catarata de recortes y el avance del “procés soberanista”?

La llamada de Obama a Zapatero, ordenándole a altas horas de la madrugada impulsar el primer paquete de recortes sociales, marcó un antes y un después.

Desde entonces asistimos a un planificado proyecto de degradación, intervención y saqueo sobre España, impuesto desde Washington y Berlín, a través del FMI, la UE o la troika, y ejecutado sumisamente por el bipartidismo, primero Zapatero y luego Rajoy.

Es el avance de este proyecto hegemonista es lo que explica, como factor principal, el rumbo de la situación nacional, desde los “terremotos políticos” a las “turbulencias económicas”.

El hegemonismo norteamericano ha impuesto una degradación política de España y de su posición en el mundo necesaria para hacer avanzar su proyecto que está lejos de haber concluido.

Ha incrementado, a través de múltiples mecanismos, su grado de intervención y control económico, político y militar sobre nuestro país.

Ha obligado a ejecutar un planificado saqueo sobre el 90% de la población a golpe de recortes que van a profundizarse en los próximos años.

Y está procediendo a un sistemático expolio de las riquezas nacionales, entregadas a precio de saldo -y en una dimensión que permanece oculta- al capital extranjero.

La extensión de los ataques sobre el 90% de la población que esto supone ha provocado la irrupción de un viento popular y patriótico. Primero en las elecciones europeas, y luego en la marea de más de nueve millones de votos que no están encuadrados en la política de recortes ni bajo la batuta del bipartidismo.

¿Qué ha ocurrido mientras tanto en Cataluña? ¿Acaso algo sustancialmente diferente de lo que sucedía en el resto de España?

De ninguna manera. La situación catalana, más allá de sus evidentes particularidades, está también determinada por la ejecución de ese proyecto hegemonista de intervención y saqueo.

Suele cargarse las tintas, al hablar de Artur Mas, en su fiebre independentista. Pasando por alto que si algo caracteriza su política es haberse convertido en el mayor ejecutor de recortes sociales, igual o más que Rajoy.

Cataluña encabeza bajo la presidencia de Artur Mas los ránkings de recortes en sanidad y educación de todas las comunidades españolas. La pobreza ha aumentado en Cataluña a un ritmo incluso superior al de la media española. Y es la comunidad con mayor índice de desahucios de toda España.

«Los proyectos de EEUU o Alemania para Cataluña pasan, no por la independencia, sino por hacer avanzar todavía más los recortes y el saqueo sobre la población»

El avance del “procés soberanista” encabezado por Artur Mas también está determinado por la catarata de recortes impuesta en toda España a partir de 2.010, el mismo año en que CiU recuperó el govern de la Generalitat.

Para imponer un gigantesco saqueo sobre las riquezas nacionales, EEUU necesitaba imperiosamente degradar a España. Es el momento aprovechado por los círculos nucleados en torno a Artur Mas para lanzar un órdago de ruptura.

No representan a la gran burguesía catalana, cuyos representantes más significativos se han declarado en contra de la independencia. Ni al grueso de la industria catalana, que tiene en el mercado español su principal destino.

Los Artur Mas y compañía son una camarilla gestada al calor del control del poderoso aparato burocrático de la Generalitat y de sus multimillonarios presupuestos. De ahí su carácter extremadamente reaccionario.

EEUU no apuesta hoy por propiciar la fractura de España. Se trata de un “aliado fiable”, dado el grado de intervención y la sumisión de la oligarquía. Y ocupa un papel cada vez más clave en la estrategia militar global norteamericana.

Pero a Washington sí le ha interesado utilizar el órdago soberanista de Mas para debilitar España, rebajando así nuestras defensas ante la ejecución de su proyecto de intervención y saqueo.

Sobredimensionando el debate en torno a la independencia también se silenciaba la ejecución de los recortes en Cataluña. Sembrando la confusión entre muchos sectores sociales.

Artur Mas se ha encargado de dejar claro que su “Cataluña independiente” sería totalmente dependiente de Washington y Berlín. No solo ejecutando fielmente todos los recortes ordenados por el FMI o la UE. También respaldando la intervención militar norteamericana. Cuando EEUU ha necesitado disponer de las bases en España, los diputados de CiU se han apresurado a votar a favor en el parlamento español. Un cuadro tan relevante como Josep Antoni Duran i Lleida, presidente de Unió Democrática de Catalunya, ocupa la presidencia de la comisión del Congreso de Asuntos Exteriores, un cargo que por su relevancia solo es encomendado a quienes han probado una segura fidelidad a Washington.

La oligarquía española (en la que ya está instalada los sectores más altos de la burguesía catalana, desde La Caixa a los monopolios catalanes del Ibex-35) también ha tomado cartas en el asunto. La difusión de la corruptelas de Pujol ha sido una bomba de relojería cuya explosión ha fijado los límites del “procés soberanista”.

Los proyectos del hegemonismo norteamericano, de la Alemania de Merkel, y de la oligarquía española para Cataluña pasan, no por la independencia, sino por hacer avanzar todavía más los recortes y el saqueo sobre la población.

Y para hacerlo se enfrentan a los mismos problemas que en el resto de España. No es casual que tanto en Madrid como en Barcelona hayan ganado la alcaldía candidaturas de unidad que desde la izquierda se enfrentan a los recortes y al bipartidismo. Esta es la corriente dominante en toda España, también y sobre todo en Cataluña

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