La destrucción del patrimonio artístico español descubre la trastienda de la historia del arte que muy pocas veces ha sido contada. María Jesús Martínez Ruiz es profesora de Historia del arte en la Universidad de Valladolid.
¿Qué papel tiene Hearst a quien Orson Welles retrató en Ciudadano Kane en el despojo del patrimonio artístico español?
Williant Hearst, el gran magnate de la prensa norteamericana tiene un papel protagonista en el despojo y destrucción de nuestro patrimonio durante las primeras décadas del siglo XX. Él era uno de los mayores compradores internacionales de arte tanto que dominó el mercado norteamericano durante años. Junto con Huntington dueño de la Hispanic Society se convirtió en uno de los principales depositarios de los tesoros que salieron de nuestro país. Era un comprador compulsivo movido por el afán de poseerlo todo. Además coincidió con el auge del coleccionismo norteamericano que en ese momento el arte español estaba muy de moda.
Con el crack del 29 el imperio de Hearst se vino abajo. ¿Qué paso con sus grandes colecciones de arte?
Sus administradores le obligaron a vender todos los bienes no productivos que se fundamentaron en sus grandes colecciones de arte. Dispusieron de su hacienda para capear el temporal en época de crisis. Fueron diversas las subastas en EEUU que pusieron a merced del coleccionismo lo que había sido su tesoro artístico. La colección se dispersó entonces por todo EEUU.
¿Cuál fue el principal destino de todo ese patrimonio español enajenado a principios de siglo?
El destino de los tesoros españoles se dirigió a EEUU donde la rica burguesía norteamericana estaba invirtiendo enormes sumas de dinero en obras de arte. Los Mellon, los Morgan o los Rockefeller entre otros tantos fueron los grandes coleccionistas del s. XX. Los grandes museos en EEUU surgen al calor de la iniciativa privada como La National Gallery de Mellon quien fue uno de los principales benefactores.
Cuando EEUU gana la guerra a Alemania no se apropian curiosamente del oro sino de la tecnología y de las obras de arte del país ocupado.
Claro. Porque EEUU es un país joven y requerían de un legado histórico para reconstruir el pasado. Además admiraban los grandes tesoros artísticos de Europa. Algunos de los grandes magnates deseaban de algún modo emular a los grandes personajes de la historia europea rodeándose de ese fasto, de esa corte del poder. En las fotografías de las mansiones de Hearst se reconoce ese deseo de rodearse de un fasto que emula a las grandes cortes europeas del siglo XVI. Existía esa tendencia de investirse de historia, de poder y de toda la pompa que el arte les podía proporcionar.
Los grandes museos como el Louvre o el British Museum basan sus magníficas colecciones en la política imperialista de sus respectivos países. ¿No estamos también ante un problema político de interés no sólo artístico sino también nacional?
Sin duda. Durante el s. XIX los grandes museos europeos se llenan con tesoros procedentes de los países dominados. Los grandes legados y diplomáticos favorecieron este trasvase de riquezas desde Grecia y Oriente Próximo a los grandes museos europeos como por ejemplo los frisos del Partenón que se encuentran en el British Museum.«El destino de los tesoros españoles fue EEUU»
En el 2003, por ejemplo, fuimos testigos del saqueo del museo de Bagdag durante la guerra de Irak
Sí, pero EEUU ejerce sobre todo un imperialismo estratégico y de carácter económico. A principios de siglos Europa está debilitada tras la guerra mundial y la burguesía norteamericana puja por ocupar una posición de privilegio en el marco político internacional.
Hearst llega incluso a comprar dos monasterios que traslada piedra a piedra a EEUU. ¿Cómo consigue exportar esas riquezas del país?
Hearst se sirve de todo tipo de manejos. Muchas operaciones se tratan de compraventas pero también procuran esquivar la legislación. Los monasterios de Ovila y de Sacramenia son dos de sus grandes operaciones que realizó gracias a su agente Arthur Byne. Hoy nos puede llamar mucho la atención porque la actual legislación no lo permitiría pero entonces el hecho de que un conjunto no estuviese declarado como monumento histórico artístico y no estuviera bajo la protección del Estado lo hacía estar desamparado. Arthur Byne decía:” Es preciso acallar a todo el mundo con dinero”. Y en la sociedad de los 20´en una España sometida a los intereses caciquiles y a redes muy tupidas de clientelismo político estos manejos eran posibles aun cuando la frágil legislación imponía ciertas limitaciones.
Países como China o Grecia han reclamado las riquezas robadas. ¿España lo ha reclamado en alguna ocasión?
No, los grandes despojos son debidos a operaciones de compraventa en las cuales concurría el interés del comprador con el del vendedor. Veo muy difícil reclamar bienes que en su momento fueron vendidos. En el siglo XIX sí es verdad que con la ocupación francesa hubo un torbellino de saqueos en monasterios y palacios reales. Parte de algunos tesoros lograron ser restituidos pero otros tantos el propio estado español permitió que no regresaron en pago a los servicios prestados por la Guerra de Independencia. Lo que sí es cierto que en los últimos años gracias a la mayor sensibilidad ciertos coleccionistas están procurando la adquisición en el extranjero de piezas del patrimonio artístico español que en otro tiempo salieron del país. Muchas veces el pago por dación de impuestos ha permitido el retorno a manos del Estado como por ejemplo la Virgen de las Batallas que ha regresado al museo de Burgos.
Aunque se tratase de compraventas la Unesco reconoce el derecho moral y ético de un pueblo ha conservar su patrimonio.
Sin duda alguna. Sin embargo la sensibilidad en nuestro país a estos temas ha sido muy escasa hasta fechas muy recientes. Durante los años del desarrollismo hasta los 70´estabamos en grandes ciudades derribando palacios históricos e importantes monasterios sin ningún pudor dilapidando nuestro patrimonio histórico para construir avenidas.
El tesoro del Odyssey por suerte se ha podido recuperar.
A mí el capítulo del Odyssey y las disputas en los tribunales me resultaron muy interesantes. La sociedad española empieza a estar sensibilizada y creo que la actuación del Estado fue acertada. Sería muy bueno revisar el estado de nuestros tesoros en el exilio porque muchos de ellos están perdidos o abandonados .Los restos del Monasterio de Ovila han experimentado su propio purgatorio porque estuvieron abandonados en un parque de San Francisco.