Cada español que nazca este año vendrá, no con un pan bajo el brazo como era tradición, sino soportando una deuda media de 10.901 euros. Es el resultado del vertiginoso incremento de la deuda pública, merced a la disminución de los ingresos públicos y al incremento de los gastos, principalmente para atender a los planes de rescate bancarios.
Esaña acabó 2008 con un ratio de deuda pública sobre el PIB todavía solvente, concretamente el 39,5%.Pero esto ya ha cambiado drásticamente. La crisis ha mermado los ingresos de las administraciones públicas, mientras los gastos –en supuestos “planes anticrisis” que luego sólo se traducen en multimillonarias subvenciones a la banca- se han disparado.La previsión de la deuda pública para 2009 tuvo que ser drásticamente modificada en enero, anunciando que se elevaría al 47,3% del PIB, con un déficit presupuestario del 5,8%. De una previsión de 30.000 millones de deuda neta del Estado para este año, se ha pasado a una previsión de 88.500 millones, lo que elevará el saldo de la deuda estatal hasta los 447.000 millones de euros.Pero muchos analistas anuncian que las necesidades financieras del Estado van a situarse este año por encima de los 100.000 millones de euros.Como Zapatero se niega a proceder a un drástico programa de ahorro, reduciendo el gasto superfluo e improductivo del Estado, este incremento del gasto público se traduce en una mayor demanda de financiación exterior, emitiendo una ingente cantidad de títulos de deuda pública que son comprados por el capital extranjero.Y cuanto más se degrada la economía española, más intereses debemos pagar a los compradores de deuda pública.España ha aumentado la diferencia con el bono alemán hasta más de 100 puntos básicos, y por esto y por las malas perspectivas del déficit público, la calificación de la deuda ha sido degradada un peldaño por S&P y está amenaza de lo mismo por Moody’s. Con lo que es necesario ofrecer un interés mayor, que será pagado en los próximos años.El 80% de la deuda pública española está constituido por instrumentos de medio y largo plazo, es decir, bonos y obligaciones, y en el entorno del 15% en títulos de corto plazo, es decir, letras del Tesoro.Lo que alivia los vencimientos de pago en los próximos años, pero los acumula para dentro de 20 ó 30 años.Desde 2024 a 2040, se elevan las columnas de los vencimientos de obligaciones y de bonos que se habrán refinanciado una y otra vez. Estamos condenando a las próximas generaciones a pagar la deuda que el gobierno de Zapatero está acumulando ahora, colocando sobre el desarrollo del país un pesado lastre.Zapatero pretende presentar el incremento del gasto y de la deuda pública como parte de una salida progresista frente a la crisis.Dejando de lado a qué se destina ese aumento del gasto público (a los planes de rescate bancarios, y no a incrementar las prestaciones sociales o relanzar la economía productiva), Zapatero esconde que sí existe otro camino para financiar la salida de la crisis sin acumular más deuda.Por ejemplo, recortando los gastos del Estado, o incrementando los impuestos sobre los beneficios de bancos y monopolios y sobre las grandes fortunas.Justamente lo que no está dispuesto a hacer.