La voz de los vecinos

Una célula en medio del humo: Carrió

Así odríamos comparar al pueblo gijonés de Carrió. Un pequeño pueblo de 200 vecinos donde la industrialización cercana deja este lugar rodeado de diversas industrias, un proceso que progresivamente ha pasado de ser un pueblo obrero de industria, a pasado a contar en su entorno cercano la fábrica de cementos de Tudela Veguín, en proceso de ampliación; la central térmica de Aboño, con dos fases y pendiente de instalar otra; la subestación eléctrica, que también se ampliará, así como las líneas de alta tensión vinculadas a ella; la depuradora de Gijón; un parque de carbón y otro de minerales, ambos a cielo abierto, y varias escombreras. El presidente de la Asociación de Vecinos El Filandón, Pablo Quiro también recordaba “el tráfico pesado de los trenes de ArcelorMittal, el tránsito diario de unos 1.500 camiones de alto tonelaje, el desmonte del Alto Aboño y la ampliación de El Musel”.Un pequeño pueblo, una pequeña célula en medio de fábricas, centrales eléctricas y carreteras llenas de camiones. Hasta tal, es el punto en el que se ven día a día estos vecinos, que la decisión que han tomado es pedir a los responsables políticos el realojo del pueblo a otro lugar. Un desarrollo industrial al que se ha escapado en su estructuración, este pueblo que pide ahora el realojo a otro lugar del pueblo completo.Los motivos que han llevado a los vecinos de Carrió a esta petición son la contaminación allí concentrada como la calidad del aire. La situación se agrava con el número de enfermos de cáncer de estos 200 vecinos que cuentan en todas las familias al menos con un enfermo de cáncer. Esta petición quedó impresa en las pasadas elecciones, donde todos los vecinos por unanimidad, pidieron a todos los partidos políticos el traslado del pueblo, pese al arraigo que le tienen a su tierra que les tira mucho, tras pasar una vida entera muchos de ellos viviendo en este pueblo, pero las condiciones de salud en las que se encuentran les ha llevado a pedir este traslado.El proceso viene de atrás, desde los años 50 del pasado siglo y que, con el tiempo, ha ido ganando terreno y rodeando el pueblo. Un proceso lento y continuado en el que se ha pasado por alto lo que suponía ignorar la existencia de estos 200 vecinos y las consecuencias que éstos podrían tener en el futuro viviendo en medio de un auténtico polígono industrial de fábricas que producen bastantes emisiones contaminantes. Enfermedades cardiovasculares y cáncer son algunos de los motivos de salud por las que estos vecinos piden el traslado del pueblo a otra zona, una petición muy justa que merece solución pronta respuesta que resuelva los problemas graves en que se encuentran estas familias.

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