Una buena noticia

Borrell simboliza la defensa de la unidad y el combate a la fragmentación por parte de la Cataluña progresista, pero también la primera vez que las bases socialistas pudieron tomar la palabra para imponer un giro a la izquierda.

El nuevo gobierno de Pedro Sánchez está ya dibujándose. Y los trazos que se anuncian apuntan en una buena dirección. No es casualidad que el primer nombramiento que se ha filtrado, con la evidente intención de que se hiciera público, haya sido el de Josep Borrell como ministro de Exteriores. Con Borrell, Sánchez envía un claro mensaje, expresado en todo lo que lleva asociado la figura de uno de los históricos dirigentes del PSOE.

Borrell es un catalán que se ha enfrentado desde la izquierda al independentismo. En sus intervenciones en las históricas manifestaciones en defensa de la unidad celebradas en Barcelona se reconocieron muchos catalanes progresistas. Hasta el punto de que Borrell se convirtió en uno de los activos más populares del PSC durante la pasada campaña electoral.

Porque Borrell ha dado, no solo en los últimos meses, una batalla política para desmontar las tergiversaciones y mentiras que alimentaban el procés. Su libro “Las cuentas y los cuentos de la independencia” pulverizaba en 2015 el falso y reaccionario mito de que “España nos roba”. Culminado con un debate en el que apabulló, con datos irrefutables, a un Oriol Junqueras incapaz de contestar. Un debate, por cierto, que no pudo celebrarse en TV3 porque la televisión pública catalana vetó a Borrell.

El nuevo ministro de Asuntos Exteriores es además un valor en Bruselas. Fue presidente del Parlamento Europeo, y ha participado en las más altas instancias de la UE. Con su nombramiento se anuncia una ofensiva contra la “internacionalización del procés” que Puigdemont y su “círculo de Berlín” quieren seguir impulsando.

Buenas noticias para la mayoría progresista que defendemos la unidad. Malas para los círculos independentistas más aventureros. Puigdemont ya ha demostrado que le ha dolido, arremetiendo contra Borrell al “estilo Trump”, a golpe de tuit.

Pero la trayectoria de Borrell también representa otra cosas igualmente importantes.

Es un convencido europeísta, y mantendrá todos los compromisos adquiridos con Bruselas. Pero precisamente su peso político, tanto en España como en Europa, puede dar un nuevo vuelo a la diplomacia española, y reforzar la presencia de nuestro país en la UE con una autoridad mayor.

Y Borrell, conviene recordarlo, fue uno de los pocos apoyos entre los históricos dirigentes socialistas que dio público apoyo a Pedro Sánchez tras haber sido defenestrado de la secretaria general. Respaldando su candidatura a las primarias para presidir el PSOE que acabó ganado. Porque entre Borrell y Sánchez hay un hilo de continuidad. En 1998, Borrell ganó contra todo pronóstico y sin el apoyo del aparato del partido, las primeras primarias convocadas en el PSOE. Cuando las bases socialistas pudieron expresarse, apostaron por quien representaba un giro a la izquierda. Aunque su candidatura no pudo prosperar -las presiones le obligaron a dimitir- esa semilla ha acabado germinando ahora.

Definitivamente, el nombramiento de Josep Borrell es una buena noticia para la mayoría progresista.