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Contra los pronósticos de la primera vuelta, el ultraderechista Javier Milei ha aglutinado los votos de la derecha macrista y ha logrado ganar la segunda vuelta de las elecciones en Argentina.
La victoria de Miliei es incontestable y legítima. En unas elecciones de altisima participación (76,31%), gana en 20 de las 23 provincias. El ultra suma más de 14,48 millones de votos, un 55,69, superando por once puntos a su adversario, el candidato de la coalición peronista-izquierdista Sergio Massa (11,5 millones de votos, 44,3%). . El ultraderechista se ha beneficiado de un claro trasvase de voto de la candidata macrista, Patricia Bullrich, que junto al expresidente Macri hizo abiertamente campaña por él.
¿Se ha «abrazado Argentina sin matices a la ultraderecha», como dicen ya muchos medios? En términos relativos, no se puede negar que es el presidente argentino con más respaldo desde 1983. En términos absolutos, el 42% del censo de los argentinos ha apostado por él… y un 58% no lo ha hecho.
Estos resultados, que ninguna encuesta demoscópica logró vaticinar, no se pueden comprender sin la gravísima y profunda crisis económica y social que vive Argentina, un país con un 142% de inflación interanual y donde más del 40% de la población vive bajo el umbral de la pobreza. Una explosiva situación para amplios sectores de las masas que es el caldo de cultivo idóneo para que el discurso incendiario, demagógico y populista de Milei conquiste el voto del hartazgo y la desesperación.
Una parte de esa nefasta situación económica fue heredada por el gobierno saliente de Alberto Fernández por el lastre de las políticas entreguistas de Mauricio Macri, que hiper-endeudó al país con el FMI, hipotecando por décadas la prosperidad del país. Pero a ojos de millones de argentinos, inevitablemente otra parte de la responsabilidad recae sobre un ministro de economía, Sergio Massa, que no ha roto con el FMI y que no ha dirigido la campaña desde la izquierda -desde comprometerse sincera y consecuentemente con la defensa de los intereses populares- sino desde intentar seducir al centro derecha con mensajes de moderación y continuismo.
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A la izquierda argentina
Hoy empieza todo
La victoria electoral de Milei es una pésima noticia, un duro revés para los intereses de las clases populares y trabajadoras de Argentina, así como para los pueblos de toda América Latina.
Vienen ahora años de un gobierno entregado a los intereses de los monopolios imperialistas -encabezados por los norteamericanos- y de la oligarquía que se enriquece a costa de la miseria de la mayoría. Vienen ataques contra los intereses populares, nacionales y democráticos.
Sin embargo, es el momento de luchar, de apretar las filas y los puños. Hoy empieza todo.
En 2015, la causa del pueblo y de los trabajadores en Brasil sufrió un duro revés con el impeachment fraudulento y golpista que derribó al gobierno del Partido de los Trabajadores, y que luego metió en la cárcel -mediante lawfare- a Lula, abriendo las puertas a siete años de gobiernos ultrareaccionarios y entreguistas, primero de Temer y luego de Bolsonaro. Durante todos esos años, las masas y la izquierda carioca no dejaron de luchar, de organizarse y movilizarse, hasta conseguir la victoria electoral a finales de 2022.
La izquierda y los movimientos sociales de Argentina tienen una vasta organización, una potente capacidad de lucha, resistencia y movilización. Confiamos en su capacidad de levantarse, de rectificar los errores y de retomar el camino de la victoria frente a los planes de hambre, devaluación, entrega y represión de Milei, Macri y Washington.
Como dice el PCR, «hoy más que nunca es necesario defender lo conquistado, seguir peleando por lo que falta y, al calor de la lucha, acumular fuerzas y forjar un amplio frente único para impedir los planes de esta derecha reaccionaria y poder avanzar en un camino liberador».
Carlos dice:
Muy bueno el llamamiento del PCR argentino a hacer asambleas por todas partes y al Frente de unidad del pueblo, muy parecido a lo que hacéis vosotros con la buena labor de Recortes Cero
Sí, la victoria del ultra-derechista es muy parecida a la de Hitler: un pueblo asqueado por la crisis y con la izquierda oficial vende-patrias y un discurso demagogo populista
Vienen tiempos duros para Argentina. Con este monigote de Washington controlando la policía y el ejército ríete de Bolsonaro, que los mandaba a las favelas a exterminar a los pobres
Ánimo y lucha, pueblo argentino