SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Un saneamiento duro, pero inevitable

La desacertada gestión de los problemas de Bankia, donde se ha actuado con lentitud e indecisión, ha exacerbado las sospechas de los mercados y de los socios europeos sobre la salud del conjunto del sistema financiero español, y ha obligado al Gobierno de Rajoy a tensar la cuerda de sus exigencias a la banca apenas tres meses después de haberles impuesto un enérgico saneamiento de balances.En su segunda fase de la reforma financiera, eufemismo con el que ayer se refirió el ministro de Economía, Luis de Guindos, a una respuesta que ha venido en gran medida forzada desde fuera, por el nerviosismo de los inversores y las presiones internacionales, el Ejecutivo exigirá a la banca española un saneamiento adicional de 30.000 millones de euros, que se suman a los 54.000 millones requeridos en febrero, configurando una abultada factura a la que deberán hacer frente antes de final de año.

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