SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Un problema que traspasa las fronteras nacionales

La economía española vive sus horas más amargas. Que el Tesoro tuviera que pagar ayer una rentabilidad del 7% para colocar 3.500 millones en bonos a diez años, casi un 30% más que hace un mes y otro récord desde la entrada en el euro, refleja el grado de deterioro del escenario y la vehemencia y la rapidez con que se está produciendo.El riesgo país, tímidamente aliviado por el BCE, rozó la divisoria de los 500 puntos básicos, aquella que, sobre el papel, deja a un país a los pies de los caballos de un eventual rescate financiero. Afortunadamente, las cosas nunca son blancas o negras, y los desorbitados precios exigidos por los inversores esta semana a los bonos españoles apenas suponen una porción minúscula de la deuda total en circulación, haciendo que, de momento, sea una carga digerible. El verdadero problema surgirá en las próximas semanas si Europa se empecina en no levantar un dique de contención contra la desconfianza inversora que, de proseguir su espantada, acabaría provocando el ahogamiento financiero de la economía española y abocándola a la búsqueda de ayuda exterior.

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