SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Un plan para Bankia

La crisis financiera y bursátil de Bankia, la cuarta institución financiera española, está alcanzando niveles catastróficos para la entidad recientemente nacionalizada. Ayer, la acción llegó a caer hasta un 29%; en los últimos 10 meses, desde que cotiza, los accionistas han perdido hasta un 62% de sus inversiones. La ruina de Bankia es tan amenazadora para el sistema bancario y para el mercado de valores que el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, y el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, comparecieron ante la opinión pública para desmentir que se esté produciendo una masiva fuga de depósitos y asegurar que Bankia es un grupo con futuro.

Desgraciadamente, lo que le falta a Bankia es una gestión de presente. El hundimiento de sus acciones, a pesar del recurso a la autocartera, indica que la nacionalización parcial del banco no se ha ejecutado en las debidas condiciones de transparencia y garantía de viabilidad del grupo. El Gobierno, agente de la nacionalización, no ha explicado seriamente los motivos de la intervención ni los planes de corrección financiera de la entidad. Para colmo de males, aparecen los reproches a destiempo, prueba de la pésima gestión política de la crisis. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, sorprendida en cierta ocasión mientras se jactaba de colocar consejeros en Caja Madrid, ha descrito la fusión de la caja madrileña con otras seis como “un matrimonio a punta de pistola”. Habría que preguntar a la presidenta cómo es que no denunció en su momento el supuesto abuso para evitar los daños a los accionistas y a los contribuyentes.

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