Los trabajadores de la lanta sevillana de Renault esperan que el ERE que ha presentado la empresa pueda retrasarse hasta marzo, debido a una pequeña reactivación de producción por la venta de cajas de cambios a otros países. El comité de intercentros ya presentó un recurso de alzada contra el ERE que aprobó La Dirección General del Ministerio de Trabajo e Inmigración el 8 de enero. También tienen convocadas manifestaciones para el 12 de febrero en la sede Renault de París. Este pequeño mes de margen no solo se debe a la coyuntura de los mercados internacionales, ningún avance se consigue sin lucha, y a los trabajadores de Renault no les queda otra que luchar con uñas y dientes para conservar sus puestos de trabajo. La dependencia multinacional debe ser el centro donde golpear, ya que es la que decide el futuro de gran parte del tejido industrial de nuestro país, y no es aceptable que se les saque el pringue a nuestros trabajadores para luego dejarlos en la calle de forma impune. Ser dependientes de los intereses de las multinacionales debilita la estabilidad y dependencia de nuestro tejido industrial. Por eso es necesario exigir al Gobierno que invierta en economía productiva propia. El ERE Renault afecta a las plantas de Sevilla Valladolid y Palencia y afecta a un total de 10 311 trabajadores. El presidente del comité de empresa José Fernandez declaró “Con el ritmo actual, en un mes se tendrá que poner el ERE en algún taller” de manera que este retraso es solo un margen pequeño para seguir luchando, y así lo harán. Con un plan de inversión de 22,5 millones de euros, proyectado para este año hasta el 2 011, para esta planta, no está entonces tan claro los intereses que Renault tiene para esta fábrica, ya que si no fuera viable ¿En que cabeza cabe tal inversión? Solo se puede pensar en la impunidad con la que las multinacionales hacen y deshacen en nuestro país con el beneplácito del Ministerio de Industria que aprueba el ERE y con un Gobierno que no tiene voluntad en remediarlo ya que parece estar más preocupado del estado de nuestras aceras invirtiendo en obras urbanas que no generan riqueza ni empleo estable.