Un peaje milmillonario

Ya es oficial. Este mes de febrero, el Ministerio de Fomento procederá al rescate de la primera de las nueve autopistas radiales de peaje en quiebra, una operación que nos puede llegar a costar hasta 3.500 millones de euros de nuestros bolsillos.

¿Se acuerdan cuando en enero de 2015 la anterior ministra de Fomento, Ana Pastor, dijo públicamente que el rescate de las autopistas no costaría “ni un solo euro” al Estado? Porque de entrada y con suerte, entre todos vamos a tener que pagar 1.000 millones de euros.

Todavía no han dado desde el Ministerio una cifra concreta sobre cuánto nos costará el rescate de las nueve autopistas radiales, pero en el plan de estabilidad remitido a Bruselas, el gobierno calculó en 2.000 millones de euros el coste de su “nacionalización” en función de la “responsabilidad patrimonial de la Administración” (RPA). Sin embargo, los fondos de las constructoras que se han quedado con la deuda de las autopistas pretenden reclamar hasta 4.500 millones de euros al Estado.

El Ministerio de Fomento aspira a vender las autopistas rescatadas en este mismo año. Y espera sacar de la venta entre 700 y 1.000 millones de euros. Es decir, en el mejor de los casos, el Estado (y por tanto, todos nosotros) perderá 1.000 millones de euros, ya que el rescate nos va a costar como mínimo el doble, en virtud de la RPA. Y además, las autopistas que se vuelvan a vender también lo harán amparadas bajo la misma norma. Por lo que si vuelven a tener más agujeros, los volveremos a asumir todos nosotros.

La RPA es un acuerdo que llegó el gobierno con las empresas concesionarias (grandes constructoras como Abertis, Ferrovial, Sacyr, ACS, OHL, FCC, Isolux, Acciona, etc.), según la cual si la inversión en carreteras de peaje no salía rentable y había pérdidas, el Estado debía responsabilizarse indemnizando a dichas empresas. Un negocio redondo: si las constructoras obtienen beneficios, ellos se los quedan. Pero si tienen pérdidas, el Estado es quien paga. Pase lo que pase, las constructoras ganan, y somos nosotros los que siempre perdemos, ya sea pagando directamente el peaje, o a través del Estado.

Es exactamente el mismo trato que con las cajas rescatadas. El Estado las nacionaliza, tapa sus agujeros con nuestro dinero, y luego las vende por debajo de su valor, con el agravante de que si siguen teniendo pérdidas, las volvemos a pagar nosotros.

La banca, las constructoras y los fondos buitre dentro de las mismas son las que siempre salen ganando, a costa de nuestros bolsillos. Y para colmo, este año el peaje de las autopistas sube un 2% ¡Ya está bien!

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