Carta abierta a los compañeros de UPyD

Un nuevo jugador en el tablero

Por más que haya sido convenientemente ocultado por los grandes medios de comunicación, el verdadera fuerza triunfadora polí­ticamente el 7-J ha sido UPyD, el partido de Rosa Dí­ez. Los datos, como el algodón, no engañan. Y ahí­ están para certificarlo. Con una abstención superior en 35 puntos a las generales de 2008, UPyD es el único partido que sube en votos y en porcentaje, se coloca como tercera fuerza polí­tica en 32 capitales de provincia y en 4 comunidades autónomas, aumenta en un 47% el número de sus votantes y multiplica por 2,4 su porcentaje de voto.

Estimados amigos de UPyD:Nuestras más sinceras felicitaciones or los espléndidos resultados obtenidos por vuestro partido en las elecciones europeas del pasado 7-J.Para todos aquellos que, como nosotros, hemos contribuido –modestamente y desde lo limitado de nuestras fuerzas– a que vuestro proyecto se abriera paso políticamente en el férreo modelo bipartidista, es un motivo de doble satisfacción comprobar como, en efecto, vuestro proyecto y vuestro partido, pese a las innumerables trabas y dificultades de todo tipo, crece y se consolida concitando un apoyo creciente de sectores cada vez más amplios de la población.El hecho de que UPyD sea la única fuerza que, en medio del descontento y la desafección ciudadana hacia la clase política expresada en ese 56,5% de abstención, crece en porcentaje y en votos, haciéndolo además de una manera arrolladora revela, anuestro juicio, dos elementos sustanciales de la realidad política española sobre los que creemos conveniente reflexionar.El primero de ellos no es nuevo, y ya con motivo de las pasadas elecciones generales de marzo de 2008 tuvimos ocasión de exponéroslo. Se trata de la fuerza, el arraigo y la consistencia del viento popular en defensa de la unidad de España que se ha levantado en todo el país como reacción a los excesos disgregadores de todo tipo y el grado de desarticulación política del Estado a que estos excesos nos han conducido.De algún modo podríamos decir que el creciente apoyo de los electores a UPyD se debe a que, en gran medida, ven y reconocen en vuestro proyecto la cristalización política de esa exigencia de defensa de la unidad plural de nuestro país.Pero hay un segundo elemento, que quizás en las pasadas elecciones generales no se hizo visible para la mayoría, pero que los resultados del 7-J han puesto de manifiesto con una claridad meridiana. El hecho de que mientras la abstención se ha disparado, subiendo en 30 puntos, vuestro partido haya aumentado en un 50% los votos obtenidos hace tan sólo un año.Esta doble tendencia contradictoria constituye, en su esencia, un serio toque de atención para las castas político-burocráticas que llevan décadas adueñándose y monopolizando en exclusiva los principales resortes del Estado y de las instituciones representativas. Vuestro crecimiento en votos y porcentaje, a contracorriente de la tendencia generalizada del resto de fuerzas políticas, constituye, de fondo, una muy seria advertencia a estas castas políticas. Es la confirmación de que un nuevo jugador ha entrado en el tablero. Y lo ha hecho, además, al alza, sumando fuerzas cuantitativa y cualitativamente valiosas en cada batalla electoral en la que participa. El 7-J ha vuelto a confirmar algo que ya habíamos intuido en las anteriores elecciones: que el voto a UPyD representa a los sectores políticamente más conscientes, despiertos e inquietos, los más vivos y dinámicos de la sociedad española.Con vuestras propuestas de regeneración democrática de la vida política española, el 7-J habéis dado un nuevo salto en recoger y capitalizar una parte de todo ese enorme caudal de descontento y hartazgo de grandes sectores de la población hacia un modelo férreamente bipartidista donde sólo las fuerzas nacionalistas y las castas b u r o c r á t i co – a d m i n i s t r a t i v a s regionales tienen cabida junto a las cúpulas de los dos partidos mayoritarios. Este es un capital político y humano de un valor incalculable.Dos razones objetivas y de peso para que todos aquellos que, como nosotros, compartimos el objetivo de fortalecer la unidad de España desde su pluralidad y de regenerar democráticamente la vida política de nuestro país, estemos de enhorabuena por vuestros excelentes resultados electorales. Razón por la cual os reiteramos, una vez más, nuestra más cordial felicitación por el éxito conseguido.

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