Manolo Garcí­a

Un giro teatral

Manolo Garcí­a vuelve con un Giro teatral con las guitarras eléctricas como acompañamiento en «Los dí­as intactos «, su último trabajo. Un disco mucho más urbano y eléctrico que los anteriores.

A Manolo García le gusta sorprender y girar en la dirección contraria. Es capaz hasta de hacer volar pájaros de barro. Aficionado a la fotografía su verdadera pasión es sobre todo la pintura. Pasión que le viene desde la cuna. Y es que canta como pinta, sus letras están llenas de verdes brillantes, de azules, de texturas nuevas. Le gustan los paisajes impresionistas de Monet porque sus letras están llenas paisajes como en los poemas de Machado. A veces mientras pinta inventa las letras.

«Tal y como fusiono, escribo y ligo instrumentos en la música, lo hago en la pintura. Soy bastante barroco y rococó. Recargo los cuadros. Del título de un cuadro se me ocurre una canción y cojo la guitarra. Con la pintura me mancho entero, a veces pinto con los dedos. Tengo la suerte de pasarme días y mañanas enteras porque las horas me pasan muy deprisa creando.»

De botones en una agencia de publicidad a poeta. De familia obrera, votó No a la Otan. Orgulloso de Poblenou lleva treinta años de carretera. Fue “rápido”, fue «burro”, fue «el último de la fila», y al final simplemente Manolo García. Del pop rock al flamenco y a los ritmos árabes, hasta llegar al Mediterráneo.

«Sus letras näif, llenas de surrealismo disparan a los sentidos»

Una de las características que le definen es la sencillez, como aparentemente lo son sus letras. Sin trucos, letras náif, llenas de surrealismo que disparan a los sentidos. Le vuelve loco los mundos de Borges. Es músico de oído, no escribe partituras. El compone las melodías y letras de todas sus canciones y produce y arregla todos sus álbumes. Es un viajero, caminando dice que vence al tiempo porque Manolo García nunca para. Trabaja despacio como un artesano bordando cada canción, no le gustan los relojes ni las prisas. “Si estas en la carretera sabes que cada noche tienes que enamorar”. Por encima de los millones de discos vendidos en España en las tres décadas de su carrera, en solitario o como miembro del dúo El Último de la Fila, Manolo García siempre lo ha dado todo en los directos. La piratería dice es el capitalismo. La dignidad por encima de las ventas. Los discos de platino los tiene colgados en el baño para no olvidar nunca quién es. La vanidad es una pérdida de energía y Manolo dedica todo su esfuerzo en su música. Confiesa que no puede dejar de pintar y de cantar.

«Me interesa más el Sur que el Norte y el barro que la máquina, el verso que el móvil, la atracción animal que la mecánica. Me interesa más la lentitud que la rapidez. En el norte todo es método, orden y disciplina. En el sur todo es más anárquico, vehemente y pasional” dice.

Un ratito a pie y otro caminando

La carrera de Manolo García comenzó en 1980 con el grupo Los Rápidos. Dos años más tarde conoció a Quimi Portet y creó Los Burros, manteniéndose en un circuito del rock alternativo. En 1984, el dúo se transformaba en El Último de la Fila, banda liderada por Manolo García y Quimi Portet que durante 14 años y siete álbumes creó las bases de una nueva manera de entender la música, indiscutiblemente española, utilizando los canales comerciales sin rendirse ante ellos, sin concesiones y manteniendo una actitud honesta y crítica que todavía hoy es un ejemplo. Tras la disolución amistosa de El Último de la Fila en 1998, Manolo García comenzó su carrera en solitario con Arena en los bolsillos, con temas como Pájaros de barro, A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando: palabras mayores de la música española.

«Si estas en la carretera sabes que cada noche tienes que enamorar»

En solitario, Manolo García ha publicado cuatro álbumes de estudio: Arena en los bolsillos (1998), Nunca el tiempo es perdido (2001), Para que no se duerman mis sentidos (2004) y Saldremos a la lluvia (2008). Todos han sido nº1 y multiplatino en España, a lo que hay que añadir lo conseguido con discos como Los singles de Arena en los bolsillos (1999), Los singles de Nunca el tiempo es perdido (2002) y Singles, directos y sirocos (2005). Con las canciones de estos discos en la mochila, Manolo García realizó en 2007 su primera gira por Latinoamérica desde que comenzó su carrera en 1980. Actuó en México, Perú, Argentina y Chile, coincidiendo con la publicación en estos países del álbum Para que no se duerman mis sentidos.

A lo largo de su trayectoria, Manolo García ha vendido más de 25 millones de ejemplares de sus cuatro discos de estudio en solitario y otros tantos con los siete álbumes publicados, junto a Quimi Portet, con El Último de la Fila. Entre los premios más destacados conseguidos en su carrera como solista están: Premio Ondas al Mejor Artista o Grupo Español (2004), Premio Amigo al Mejor Álbum Español por Nunca el tiempo es perdido (2001), Premio Amigo al Mejor Solista Masculino Español (2001), Premio de la Música al Mejor Álbum Pop por Nunca el tiempo es perdido (2001), Premio Ondas Especial por su contribución al pop español (2001), Premio Ondas al Mejor Artista en Directo (1998), Premio de la Música al Mejor Artista Pop (1998), Premio de la Música al Mejor Álbum por Arena en los bolsillos (1998), Premio de la Música al Mejor Productor Artístico (1998), Premio Amigo al Mejor Álbum Español por Arena en los bolsillos (1998) y Premio Amigo al Mejor Solista Masculino Español (1998).

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