Un éxito incluso antes de empezar

La Huelga Feminista convocada para el 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, ha conseguido, sin ni tan siquiera haberse producido, una repercusión política, ideológica y social en todo el país que ya la ha convertido en todo un éxito.

La huelga ha sido convocada en 150 países, un instrumento de lucha nuevo que nace y toma impulso de la huelga general feminista que tuvo lugar en Argentina el año pasado y que rápidamente se extendió por todo el planeta. En España va incluso más allá, persiguiendo acabar con la sangrante desigualdad que se da entre hombres y mujeres.

Convocada en España por más de 300 colectivos de mujeres, ha logrado ya movilizar a cientos de miles de mujeres en todo el país, que independientemente de su conciencia política, han dedicado tiempo y esfuerzo para preparar, anunciar y apoyar la huelga. Se trata de una huelga laboral, estudiantil, de cuidados y de consumo. Una huelga que, entre otros objetivos y reivindicaciones, persigue especialmente acabar con la brecha salarial y de las pensiones entre hombres y mujeres, con una precariedad laboral que afecta mayormente a la mujer, enterrar el maltrato machista a las mujeres y luchar por una educación igualitaria que conculque la igualdad entre sexos y el combate a toda práctica y valor machista.

La repercusión mediática ha sido enorme. No hay medio de comunicación que no se haya hecho eco de la convocatoria de la huelga, ni fuerza política que no haya tomado posición al respecto. Todos los sindicatos, de distinta forma y grado, apoyan la convocatoria de la huelga, que ha despertado las simpatías de la inmensa mayoría. El clima de opinión favorable al 8M ha sido tal, que el 82% de la población española está convencida de que hay motivos sobrados para la huelga feminista (El País).

Caso llamativo de la influencia de la huelga es el Corte Inglés. La empresa “permite” a las mujeres hacer huelga el 8 de marzo. Más allá de lo indignante e inaceptable de que una empresa dé “permiso” a sus trabajadoras para hacer huelga, hay que tener en cuenta que estos grandes almacenes se han caracterizado durante décadas precisamente por perseguir cualquier tipo de convocatoria de huelga, coaccionando a sus empleados que pretendiesen secundarla. Que el mismo Corte Inglés se vea obligado a asumir la huelga de mujeres como una movilización que debe facilitar so pena de una nefasta publicidad, es una prueba irrefutable del peso de la movilización feminista.

Independientemente del resultado, que se anuncia excelente, la misma convocatoria de la huelga y su repercusión en el país es un auténtico triunfo del cual tenemos que sentirnos todas orgullosas.

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