Selección de prensa nacional

Un escenario dramático

Como era de prever, el dato de los cuatro millones de parados sigue ocupando el centro de la prensa nacional de hoy. Si ayer dimos una panorámica exhaustiva de los principales medios de información general sobre la cuestión, hoy centramos nuestra atención sobre la valoración que hacen de ella los principales medios de la prensa económica.

En El Confidencial, Carlos Sánchez analiza or qué las peculiares condiciones de crecimiento y desarrollo seguido por la economía española en la última década hacen prácticamente inevitable que el paro siga creciendo hasta al menos 2001. Según él, el desempleo, lejos de haber tocado techo tiene todavía un recorrido al alza al que ningún economista se atreve a ponerle techo. No descartando siquiera que se rebase ampliamente los 5 millones de parados en 2010. La razón principal de ello, argumenta, es que la recuperación de la economía española, una vez liquidado el modelo del ladrillo y sin ningún otro modelo a la vista que tome el relevo, sólo puede venir de la mano del sector exterior, es decir, de un aumento considerable de las exportaciones. Pero en este punto, la dependencia de la economía española de unos pocos mercados desarrollados de la UE –a donde se dirigen el 75% de nuestras exportaciones– hace que mientras estas economías no se recuperen –y todos los datos indican que no lo harán de forma consistente hasta el 2001– no haya ningún otro sector de la economía española capaz de actuar como motor de la recuperación. Lo que, según el autor, presagia un largo período de tiempo en el que la economía española seguirá creando desempleo, “un escenario verdaderamente dramático”. Por su parte, Cinco Días se apunta también a la alternativa de un pacto urgente por la creación de empleo, en la línea de lo que ayer solicitaban El Mundo y ABC. Para el diario económico del Grupo Prisa la magnitud del problema y la urgencia que requieren las posibles soluciones a tomar hacen necesaria la participación junto al gobierno de los agentes sociales y la oposición política. Prensa Digital. El Confidencial EL PARO SEGUIRÁ CRECIENDO HASTA 2011 Carlos Sánchez ¿Se imaginan un país en el que todos los días se cerrara una empresa del tamaño de Ford España? Sería, desde luego, un escándalo nacional. Pues eso es, exactamente, lo que está sucediendo actualmente en este país. En lo que va de año, cada día se están destruyendo más de 8.000 puestos de trabajo. Y no sólo eso. La sangría del desempleo lejos de haber tocado techo tiene todavía mucho recorrido al alza. ¿Cuánto? ¿4,5 millones de parados, ¿5 Millones? O incluso más. Nadie lo sabe, pero lo que está fuera de toda duda es que los peores escenarios se están cumpliendo. Un detalle. El pasado miércoles el Fondo Monetario Internacional presentaba su World Economic Outlook , y entre sus estimaciones para España preveía que el desempleo alcanzara el 17,7% en 2009 en media anual. Pues bien, tan sólo 48 horas después de que los economistas del FMI hicieran públicas sus previsiones, ese registro ya se ha pulverizado, y nadie duda de que el paro seguirá creciendo. Incluso, y eso es lo más preocupante, aunque la actividad económica tocara suelo en los próximos trimestres. Si de algo están convencidos todos los economistas -incluso los oficialistas- es que el paro seguirá creciendo este año y el próximo. Básicamente por una razón. Para que la economía española vuelva a generar puestos de trabajo, necesita crecer por encima del 2%, y no parece que ese objetivo esté a tiro de piedra. En el mejor de los casos, según el consenso de los expertos, hasta el año 2011 no se podrá recuperar ese nivel de actividad. Sin duda, una mala noticia que pone de relieve la intensidad de la recesión, que no sólo está siendo extremadamente intensa (es probable que el PIB haya decrecido cerca de un 4% en el primer trimestre), sino que, además, será anormalmente larga. Algo que supone una auténtica novedad. La experiencia de los últimos 60 años en las economías desarrolladas muestra que las recesiones suelen durar entre cuatro y cinco trimestres, pero posteriormente vienen periodos de crecimiento que suelen durar cuatro y seis años. En el caso español, como ha puesto de manifiesto el Servicio de Estudios de la Caixa, desde principios de los años 70 (no hay series trimestrales de contabilidad nacional para fechas anteriores), la economía española ha atravesado por cuatro recesiones. Y una característica común a todas ellas es la duración relativamente breve de las mismas, entre 9 y 12 meses, “de manera que en comparación con el resto de las economías de la OCDE, la española es una de las que menos tiempo ha estado en recesión en los últimos cuarenta años”. En esta recesión, sin embargo, nadie apuesta por una salida en uve, y el mejor argumento para demostrarlo es que, de lo contrario, ya se divisaría la salida del túnel. Y eso, hoy por hoy, no parece factible. Existe un cierto consenso entre los especialistas que el suelo de la actual fase recesiva se alcanzará entre el segundo y el tercer trimestre de este año, pero a partir de ahí, no parece probable una recuperación robusta. España estará en el suelo algún tiempo. Principalmente debido a una razón: el motor de la recuperación debe venir desde el sector exterior, y tal y como ha puesto de manifiesto el FMI, las principales economías desarrolladas (hacia las que se dirige el 90% de las ventas exteriores) seguirán con la recesión en sus talones en 2010. Quiere decir esto que el mercado laboral español se dirige a un escenario verdaderamente dramático, y no sólo en términos cuantitativos. También, cualitativos, como puso ayer de manifiesto la Encuesta de Población en la rúbrica que da cuenta del paro de larga duración. Según esos datos, al contrario de lo que sucedió en anteriores periodos recesivos, el fenómeno del paro no se debe fundamentalmente a la entrada al mercado laboral de nuevos colectivos, sino a la pérdida de empleo, lo cual es sustancialmente más significativo. Dicho en cifras. De los 4 millones de parados que refleja la EPA del tercer trimestre, nada menos que 3,71 millones han trabajado anteriormente. Y de ellos, 977.500 llevan más de un año buscando un puesto de trabajo. Es decir, que ya hay casi un millón de parados de larga duración, cuando todavía quedan varios trimestres de recesión. Otros 864.000 trabajadores llevan buscando un empleo entre seis y doce meses, lo que significa que a comienzos del año que viene –si no cambia rápidamente el ciclo- habrá prácticamente dos millones de parados de larga duración, con lo que ello supone desde el punto de vista de la protección social y de la desestructuración social. Un escenario complicado que es consecuencia de un ritmo de destrucción de empleo verdaderamente inusual tratándose de una economía desarrollada. Un dato revelador. En los últimos cinco trimestres, la economía española ha destruido 1,5 millones de empleos. Es decir, la mitad de los que fue capaz de crear desde el primer trimestre de 2004. De un máximo del 20,5 millones de empleos, se ha pasado a poco más de 19 millones de ocupados. Un ritmo verdaderamente frenético que no sólo ha convertido a España en el país con más paro de la OCDE; sino que, además, ostenta el récord de tener el mercado laboral más precario. Pese a que el aumento del paro se está cebando en los contratos eventuales, todavía el 25% de los asalariados tiene una relación contractual de naturaleza temporal. Todo un récord. Poco empleo y de mala calidad. EL CONFIDENCIAL. 25-4-2009 Editorial. Cinco Días UN GRAN PACTO POLÍTICO Y SOCIAL CONTRA EL PARO La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre arroja cifras escalofriantes. Por primera vez en la serie histórica el dato de parados supera los cuatro millones, y la tasa de desempleo sube hasta el 17,36%. La cifra es por sí sola alarmante, pero mucho más lo es la rapidez con que se está degradando el empleo. En sólo tres meses se han destruido 766.000 puestos de trabajo y más de 800.000 personas han acabado en el paro. Una agudización manifiesta, porque en el total de los doce últimos meses se han perdido 1,3 millones de empleos y el paro ha crecido en 1,8 millones. No se trata de un problema cuantitativo. Cada trabajador sin empleo arrastra su propio drama y lo contagia a su familia. Pero todas las alarmas han saltado y las voces que consideran que se ha tocado fondo -incluida la de los responsables del Gobierno- pierden credibilidad a cada nuevo dato. Ni los españoles ni la economía podrán aguantar la sangría. Al actual ritmo de destrucción de empleo, el nivel de cuatro millones de parados -una frontera que ya ha superado las expectativas del ministro de Trabajo- puede superar límites insospechados, y algunos expertos no descartan los cinco millones de desempleados a fin de año. El Ejecutivo, en su papel, niega tal posibilidad, sostiene que seguirá trabajando para corregir el desempleo e insiste en que se trata de su mayor prioridad. Sin embargo, continúa sin un plan integral para combatir el paro y confiando pertinazmente en el diálogo social. Una opción que, a la vista de la lentitud demostrada pese a la urgencia de la situación, empieza a rozar los límites de la dejación de responsabilidad. Al Ejecutivo le corresponde dar una respuesta creíble a este gravísimo problema; es su obligación y la sociedad así lo demanda. La responsabilidad, sin embargo, es compartida. La magnitud del problema y la perentoriedad de las posibles soluciones requieren la participación de los agentes sociales y la oposición política. Pero, no hay que confundirse, siempre que esto no constituya un obstáculo a la toma de medidas eficaces y rápidas. La vicepresidenta segunda, Elena Salgado, compareció el viernes de improviso para presentar la peor EPA de la historia. Para ello tuvo que dejar la reunión del Consejo de Ministros. Un actitud que la honra, pero que da al tiempo una cierta imagen de improvisación. Porque lo cierto es que era el saliente secretario de Estado de Economía, David Vegara, quien inicialmente iba a lidiar este toro. Aparte de reconocer que son datos peores de lo esperado, Salgado no ofreció alternativas y se encomendó de nuevo al diálogo social. Los agentes llevan negociando sin avances más de diez meses desde que se abrió el proceso. En etapas anteriores, el diálogo social ha dado muy buenos frutos y sería deseable que ahora también. Pero con 8.500 personas que pierden su empleo al día, no se pueden permitir más demoras. Es urgente que el Gobierno acelere el proceso y exija un acuerdo para reformar las relaciones laborales que contribuya a crear empleo. Sería entendible establecer fecha tope para cerrarlo. Y de incumplirse el plazo, al Gobierno está obligado a aplicar las medidas oportunas. Lo contrario es un Ejecutivo prisionero o ineficiente. Es cierto que los puestos de trabajo no se crean a golpe de BOE. Pero en situaciones críticas como la actual, no emplear esa herramienta para crear un marco incentivador del empleo es un enorme error. Son las empresas las que tienen en sus manos la posibilidad de crear puestos de trabajo, pero sin un ámbito normativo, y especialmente fiscal, que lo active de manera extraordinaria será muy difícil. Corresponde también a los partidos políticos establecer un gran pacto que ponga las bases para facilitar esta labor. En otros momentos, en España se ha puesto de manifiesto la capacidad de gobernantes y oposición para anteponer el bien común a los intereses partidistas. Si durante la Transición el riesgo era la involución política, hoy lo es la degradación social a la que llevará la ausencia de trabajo. Cada vez hay más ámbitos de la sociedad civil que demandan medidas y ofrecen ideas. Un gran acuerdo, como el Pacto de Toledo, dará estabilidad en el tiempo a las reformas y evitará la inseguridad de la que cada vez con más frecuencia se quejan las empresas, nacionales o extranjeras. Sólo con el empuje común de agentes sociales, políticos y Administraciones CINCO DÍAS. 25-4-2009 Editorial. Expansión ¿DE DÓNDE SALEN TANTOS PARADOS? La publicación de los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al primer trimestre de 2009 ha venido a constatar el rápido deterioro de las magnitudes del mercado laboral español. El número total de parados alcanza ya 4,01 millones de personas (…) En la conferencia de prensa mantenida con ocasión de la visita del presidente ruso Medvédev a España, el presidente del Gobierno afirmó que la evolución del paro en los próximos meses dependerá de la evolución de la población activa (…) ¿Estaba en lo cierto el presidente? Veamos que nos dicen los datos disponibles de 2008 y 2009. La población activa, es verdad, ha crecido a tasas (interanuales) elevadas en los tres últimos trimestres: 2,88%, 1,21% y 2,33%. En el tercer trimestre de 2008, el número de parados aumentó en 806.900 y el empleo se redujo en 164.300 trabajadores, con un incremento de la población activa de 642.600. En el cuarto trimestre, la cifra de parados aumentó en 1.280.300, el número de ocupados cayó en 620.100 y la población activa aumentó en 660.200. Y, en el primer trimestre de este año, los parados aumentaron en 1.836.500, los ocupados cayeron en 1.311.500 y el aumento de los activos ha caído hasta 525.000. Estas cifras dejan muy claro que el aumento del número de parados se explica principalmente por la fuerte destrucción de empleo, aunque también es verdad que un buen número de los nuevos parados no son ocupados que perdieron su trabajo. De hecho, por cada puesto de trabajo perdido aparecieron 5 parados nuevos en el tercer trimestre de 2008. La situación se ha invertido significativamente y en el primer trimestre de 2009 por cada 3 ocupados menos hay 4 parados adicionales. Pero todavía el aumento de parados excede en 525.000 la reducción del número de ocupados (…) En primer lugar, la destrucción de puestos de trabajo, no el aumento de la población activa, es la principal causa del avance del paro. En segundo lugar, el desglose que hace la EPA por sectores desmiente la afirmación de que sea la “importante incorporación” de personas que buscan primer empleo la causa del aumento del paro: únicamente 101.700 personas, el 5,54% del incremento de parados, responden a ese perfil. Descartada esta posibilidad, hay que preguntarse de dónde han salido tantos parados que no han perdido su puesto de trabajo. Una fracción sustancial, 159.100, son personas que han decidido abandonar la inactividad y regresar al mercado laboral; y el resto, 365.900, corresponden al aumento de la población mayor de 16 años impulsada por el aumento (277.200) de la población de origen extranjero. ¿Cómo evolucionarán los tres componentes que están propulsando el aumento del paro en los próximos trimestres? A pesar de las medidas de estímulo adoptadas, la destrucción de puestos de trabajo va a continuar en los próximos trimestres a buen ritmo y no se puede descartar que acabemos el año con 5 millones de parados. En cuanto a los otros dos, cabe pensar que se atenuará el flujo de llegadas (…) Poco puede hacer el Gobierno para detener la llegada de inmigrantes procedentes de otros países de la UE, pero sí debería establecer controles más eficaces y selectivos para impedir la entrada a inmigrantes no comunitarios mientras continúe destruyéndose empleo. Sorprende que, en plena recesión, se estén produciendo trasvases tan notables desde la población inactiva, cuando cabría esperar exactamente lo contrario. El Gobierno debería, en este caso, prestar más atención a los efectos perversos que pueden originar algunas de sus bienintencionadas iniciativas. Ofrecer subvenciones a las empresas para contratar a parados o exigir a los municipios que los 8.000 millones del fondo de “inversión” se destinen a obras que empleen a parados invita a los empresarios a sustituir a sus actuales empleados por desocupados para así cobrar las subvenciones u obtener las adjudicaciones. Tampoco prolongar las prestaciones a los desempleados aumentará los incentivos para encontrar trabajo ni detendrá el trasvase de inactivos. No todas las políticas que relucen ayudan a reducir el paro. EXPANSIÓN. 25-4-2009 Editorial. El País EL SÍNTOMA AGUILAR El nombramiento de la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, como consejera de Obras Públicas de la Junta de Andalucía ha sido un importante golpe de efecto. El nuevo presidente, José Antonio Griñán, ha logrado incorporar a su equipo de gobierno a uno de los más indiscutibles referentes políticos a la izquierda del partido socialista. Desde que Izquierda Unida (IU)comenzó su imparable declive, Aguilar ha aparecido en los momentos de crisis como una posible alternativa a la dirección de la coalición. Por diversas razones nunca diO ese paso; ahora ocupará un cargo relevante en la Junta de Andalucía y, al mismo tiempo, abandonará la formación política en la que se ha desarrollado su carrera. Desde IU, la salida de Aguilar se ha considerado como una deslealtad. Es cierto que ante las reiteradas sugerencias para que optase a la dirección de la coalición siempre ha sostenido su compromiso con la alcaldía de Córdoba. Pero mal haría IU si se limitase a interpretar este episodio como un problema personal con una destacada militante. El análisis del severo retroceso sufrido en las últimas elecciones aún está por hacer. Las declaraciones del nuevo coordinador, Cayo Lara, parecen indicar un retorno a posiciones que la coalición y su principal socio, el partido comunista, habían abandonado hace tiempo. La vuelta a las esencias no garantiza que IU recupere el apoyo obtenido en sus mejores momentos. La dirección de la coalición y también algunas de las corrientes próximas a la ex alcaldesa, han dado a entender que su fichaje por parte de la Junta tendrá consecuencias en las relaciones con el partido socialista, no sólo en Andalucía sino también en Madrid. Sería un error que IU estableciera a partir de ahora sus estrategias en función de la decisión que ha adoptado una de sus militantes más conocidas. Además, se trataría de una vía impracticable: los ciudadanos que han confiado su voto a Izquierda Unida no entenderían que su capacidad de influencia, ya de por sí muy limitada, se sacrificara al deseo de castigar a los socialistas por haber ofrecido a Aguilar una responsabilidad en la Junta. La salida de Rosa Aguilar no es el motivo de la crisis que atraviesa IU, sino el último de sus síntomas. Más que idear represalias contra ella o contra el partido que le ofrece una consejería en el Gobierno andaluz, la coalición necesita abrir una profunda reflexión sobre el papel que desea desempeñar en el panorama político. EL PAÍS. 26-4-2009

Deja una respuesta