Sectores en lucha: Otro ERE

Un ERE para buscar obreros más baratos.

El Comité de emresa de CUPIMAR, empresa dedicada a la acuicultura en Cádiz, presenta un comunicado rechazando el ERE aprobado por la Delegación de Trabajo de Cádiz.El cambio de plantilla es una maniobra que viene de tiempo atrás, en el que mientras se gestionaba el ERE el 90% de la plantilla estaba echando horas extras, no se entiende por tanto, la aprobación del ERE, ya que trabajo no falta en esta planta acuícola.El Ere significa la extinción de 13 puestos de trabajo, a los que se le unen los que ya han sido despedidos. Y el Comité denuncia el “mercadeo” y el “chantaje” al que se han visto sometidos por parte de la empresa. La delegación hace caso omiso de estos chantajes y ya ha aprobado el ERE.Esta es una de las empresas que aprovechando la crisis remodelará la plantilla a su antojo y de manera fácil y rápida. Ya que mientras negociaban el ERE estaban a su vez gestionando nuevos contratos, se trata pues, de cambiar obreros a los que se les ha sacado el pringue y que ya tienen un puesto de trabajo desde hace años, por obreros más baratos a los que volver a sacar el pringue.El Comité considera la aprobación del ERE como fraude de ley, en su contenido y en su fundamento. CUPIMAR pertenece al gran grupo de empresas pertenecientes al ex ministro de Asuntos Exteriores Abel Matutes Torres y familia, que cuentan con empresas hoteleras, promotoras y de inversiones entre otras. Desde el comité de Empresa exigen que el momento económico no se salde a costa de los puestos de trabajo, pero lo que nos debemos plantear es si realmente el momento por el que pasa la empresa es ese, ya que si la situación es mala, no se puede entender de ninguna manera la necesidad de horas extras y los nuevos contratos que se vienen gestionando.Son 13 puestos de trabajo, y todos los días asistimos a despidos y expedientes de regulación que en la mayoría de los casos se aprueban como única alternativa sin valorar la viabilidad de las mismas. Alternativa claro que hay para muchas de ellas, pero el Gobierno parece estar pendiente de cómo quedarán las obras del plan anticrisis mientras se destruye el tejido industrial. Si el Gobierno invirtiera los miles de millones del plan en empleo productivo la crisis se saldaría de otra forma, recuperando tejido industrial propio que produzca riqueza y empleo a largo plazo.

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