Por un lado "el bipartidismo de los recortes"... por otro la inmensa mayorí­a que nos rebelamos

Un debate, dos naciones

Algunos medios han querido centrar el Debate sobre el estado de la Nación en el rifirrafe dialéctico entre Rajoy y Rubalcaba. La realidad ha sido exactamente la contraria. Lo que ha quedado de manifiesto, una vez más, es la oposición frontal entre un bipartidismo, que más allá de la disputa polí­tica más mezquina acepta el grueso de los recortes que nos exigen desde el FMI y Bruselas… Y una inmensa mayorí­a que nos negamos a aceptar este futuro de saqueo e intervención.

Donde más brilló Rajoy es precisamente en un pasaje de su discurso que ningún gran medio ha destacado. Fue cuando se encargó de recordar que la gestión de su gobierno ha evitado la intervención y el saqueo total -rebajándonos al nivel de Grecia o Portugal- que la Alemania de Merkel estaba empeñada en imponernos. «Como premisa inaludible para salir de la crisis, Islandia dijo no al FMI y la UE y destitutó a su clase política… ¿Vamos a hacer lo mismo?»

Según Rajoy, “hemos evitado el naufragio que amenazaba a nuestro país”, “hemos dejado atrás la inminencia del desastre”. Gracias, siempre según Rajoy, a su draconiana política de recortes y ajustes.

Para reiterar que “si las las cosas no hubieran salido bien, otros habrían decidido sobre el futuro de España. Y los españoles merecemos que se nos ayude pero no que se nos dirija”.

¿Pero entonces, qué nos estaba diciendo Rajoy a todos los españoles? ¿Que todos los recortes y tijeretazos no vienen determinados por nuestros errores y debilidades… sino que son una imposición exterior.. y que él por lo menos ha conseguido que la intervención y el saqueo no sea total?

En esta pequeña referencia de Rajoy está resumido todo lo que ocurre en España. Pero ningún gran medio de comunicación parece interesado en destacarlo.

Por el contrario, pretenden que fijemos nuestra atención en el decadente intercambio de discursos entre Rajoy y Rubalcaba.

Presentados como los dos grandes referentes, además “virulentamente enfrentados” de “la derecha” y “la izquierda”…

¿Pero a quién pretenden engañar?

El discurso de Rubalcaba fue escandalosamente benévolo con un Rajoy que se presentaba acorralado por una catarata de escándalos. Incluso varios diputados socialistas recriminaron a su líder que debería haber atacado con más contundencia.

¿Pero dónde? ¿Con qué argumentos?

Cuando Rubalcaba le recriminó a Rajoy su negativa a aceptar la dación en pago… Rajoy le recordó que durante ocho años en el gobierno, no había movido un dedo para defender a las familias hipotecadas. Y todo terminó con Rubalcaba entonando en “mea culpa”.

Cuando el líder de la oposición intentó utilizar la corrupción del PP como argumento… Rajoy le recordó que el PSOE es el único partido condenado en firme por financiación ilegal. Y Rubalcaba no pudo hacer otra cosa que tragarse el sapo.

¿Estos son “los dos grandes referentes” de la sociedad española? ¿Los mismos que acordaron, con un escandaloso consenso urdido en apenas 48 horas, reformar la Constitución porque lo ordenaban Merkel y el FMI?

Justo después de Rubalcaba, intervenio Duran i Lleida, portavoz de CiU. Quien esperaba un encarnizado enfrentamiento entre los “independentistas” y los “españolistas” se llevó un chasco.

Rajoy se empeñó en dejar claro que el PP apoyaba todas las decisiones que ha tomado el gobierno de la Generalitat… Que consisten en privatizar hospitales, recortar los presupuestos de educación…

El “bipartidismo de los recortes” del FMI y Berlín…. acepta a CiU como “compañero de viaje”. Más allá de las disputas en torno a la consulta soberanista -que tanto Rajoy como Artur Mas saben que jamás va a celebrarse-, les une su condición de aplicados ejecutores de los recortes que no se deciden ni en Madrid ni en Barcelona.

Hubo que esperar a la intervención de los llamados “grupos minoritarios”, para que la vo de la mayoría de la sociedad española entrara en el parlamento.

Cayo Lara, coordinador general de IU, quiso dejar claro que “hay una España a la que le va bien y otra España a la que le va mal

A la que le va bien su política es a la de la oligarquía, la del poder financiero, la de los banqueros, de los especuladores, de los ricos, de los dirigentes de la CEOE, de los patriotas que se llevan impunemente el dinero que nos defraudan a todos a los paraísos fiscales y a las cuentas en Suiza, la de los chorizos, la de los corruptos, la de los que compran voluntades y favores, incluso con sobres.

Hay otra España a la que sus políticas le van muy mal, que es la de la gente corriente, de los trabajadores, de los parados, de la mayoría de pensionistas, de los jóvenes sin esperanza que emigran, de los desahuciados de sus casas, de la gente que se suicida porque se la roban los banqueros, la de muchos autónomos y pymes que han cerrado por la asfixia de crédito de la banca usurera, la de la gente empobrecida, excluida de este sistema egoísta, la de los cientos de miles de estafados por la banca con las preferentes, la de los empresarios honrados que no quieren formar parte de los corruptores”.

Estamos de acuerdo, pero diferimos en quienes son los principales ladrones. En su discurso, que sí recogía la indignación de la calle, trasladándola al Congreso, lo que le confiere mucho valor, se olvidó sin embargo de centrar la atención sobre los principales ladrones, el Fmi y la UE, representando al gran capital norteamericano y franco-alemán, empeñados en devorar todas las riquezas españolas.

Y se equivocó a la hora de adjudicar al Estado la responsabilidad de asumir todas las inversiones que necesita la mejora de la educación, la sanidad o los servicios sociales. Una alternativa que sólo es posible acometer con un inasumible aumento de la deuda pública.

Exactamente esto es lo que le recriminó Rajoy en su réplica.

Pero es que esta no es la alternativa que necesita España. No es necesario aumentar un solo euro la deuda para salir de la crisis.

Basta con redistribuir la riqueza que ya existe, pero que monopolizan un ínfimo puñado de bancos, monopolios y grandes fortunas.

Obligándoles a pagar los impuestos que deberìan estar pagando desde hace varios años. A que devuelvan el dinero público entregado a cajas y bancos, o procediendo a su nacionalización en caso contrario…

¿Hay dinero, o no hay voluntad, señor Rajoy?

Por su parte, la representante de UPyD, Rosa Díez, arremetió contra “el pacto para mantener triunfante el bipartidismo”, repartiendo críticas a PP y PSOE.

Denunciando que “España es un país cada vez más pobre, cada vez más desigual, cada vez más injusto, cada vez más corrupto”. Y señalando que “el verdadero problema, el que lastra nuestra capacidad de recuperación, es un modelo de Estado elefantiásico, inconexo, injusto, improductivo, que no responde a las necesidades de los ciudadanos y que, precisamente por eso, hemos de cambiar”.

Ofreciendo como alternativa la “refundación del Estado”, que requería, “promover un proceso de reforma de la Constitución que habrá de acometerse disolviendo las Cámaras y abriendo un proceso constituyente” para definir un Estado “fuerte, viable y sostenible, con la dimensión y el presupuesto necesarios para dar soluciones a los problemas de los ciudadanos”.

Estamos de acuerdo en poner coto a los desmanes y al despilfarro de las castas políticas, que dilapidan el dinero público -nuestro dinero-. Y con limitar las reivindicaciones secesionistas e insolidarias de algunas castas locales, especialmente la encabezada en Cataluña por Artur Mas, que sólo aspiran, como lo demuestran los numerosos casos de corrupción en que están implicadas, en dar un bocado todavía mayor a los presupuestos.

Pero UPyD se olvida, y eso es un grave error, de quien es el principal atracador. El saqueo que sufre España no es obra, principalmente, de los “ladrones locales”. Sino de ese gran capital extranjero alemán, francés o norteamericano que nos cobra draconianos intereses por la deuda, o pretende comprar a precio de saldo Iberia o las principales cajas.

El actual estado de la Nación es de absoluta emergencia. Pero disponemos de la energía y la capacidad necesaria para salir de esta.

Si lo ha hecho Islandia, un país mucho más pequeño y menos poderoso que nosotros… ¿por qué no vamos a poder hacerlo?

Claro que en Islandia, como premisa ineludible a la salida de la crisis… Primero dijeron NO al FMI y a Bruselas.

One thought on “Un debate, dos naciones”

  • Debemos romper el bipartidismo, esos dos son los responsables directos de la situación del paí­s que nos conduce a la esclavitud, será difí­cil porque la mayorí­a de medios están a favor de ellos porque están comprados, pero no hay nada imposible.

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