Arranca septiembre y con él un curso político que es el más incierto de los últimos años o décadas. Los resultados de las elecciones generales del 23J hacen muy difícil -o casi imposible- que Feijoó sea investido presidente en la cita del 26 y el 27 de septiembre. Pero también ponen harto complicado una reedición del gobierno de coalición PSOE-Sumar, al tener que depender de un peaje tóxico de Junts.
Tras semanas repitiendo, y repitiéndose a sí mismos, que al ser la lista más votada son la primera opción para gobernar, en Génova van asumiendo lo que todas las calculadoras han cantado ya: los números no salen.
Tras el tono hostil y bronco -con Casado, pero también con Feijóo- hacia Sánchez de la anterior legislatura, ahora el líder de los populares ha rogado al socialista que le deje gobernar dos años tras constatar su falta de apoyos para la investidura. Algo que desde Moncloa y desde Ferraz ha sido calificado de “ocurrencia”. “Han pasado de derogar el sanchismo a rogar al sanchismo”.
Desechando una salva tras otra, el equipo de Feijoó ya prepara una investidura que -salvo sorpresas- está abocada al fracaso, pero presentan un programa que pone “la primera piedra” para próximos intentos.
Porque más allá de que en el corto plazo la investidura del líder popular no tenga boletos para triunfar, es innegable que se están produciendo movimientos de fondo.
La “primera piedra” de Feijoo, pero ¿hacia dónde?
La dimisión de Espinosa de los Monteros hace pocas semanas ha disparado las alarmas en Vox: ¿están preparando el terreno los centros de poder oligárquicos para que la formación ultra sufra el mismo y paulatino proceso de «deshinchado» y absorción por el PP que vivió Ciudadanos? Los sectores de la clase dominante que apuestan por el Partido Popular como opción preferente también han advertido lo nefasto que es que el voto de la derecha se divida en dos papeletas, y del poderoso factor movilizador de la izquierda que supone el ultrareaccionario discurso de la formación de Santiago Abascal.
Pero por otra parte, en Génova han pasado de considerar a Junts y a ERC como «enemigos de España», y a tachar cualquier conversación con los procesistas como «sedición y felonía» , a ser interlocutores parlamentarios válidos. «[Junts] es un grupo parlamentario que, al igual que ERC, más allá de las acciones que cuatro personas, cinco, diez, llevaran a cabo, representa a un partido cuya tradición y legalidad no está en duda”, afirmaba el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, ante el estupor de muchos barones, como Alejandro Fernández, presidente del PP catalán.
Movimientos parecidos parece intentar el PP con el PNV. De momento los jelkides han dicho tres veces no a un gobierno de los populares, pero conviene estar atentos a determinados gestos. Es significativo que voces como las del exdiputado general de Bizkaia por el PNV José Alberto Pradera, consideren que los nacionalistas vascos deberían abstenerse -y no negarse- en la investidura de Núñez Feijóo, porque «Vox ha dicho que no va a estar en el Gobierno y eso supone que no estará en la ecuación».
Pueden ser anécdotas, o puro tacticismo en el campo conservador. O puede ser el inicio de un movimiento de fondo para reconciliar al partido alfa de la derecha española con los partido alfas de la derecha catalana y vasca, con su «familia ideológica y política».
El rompecabezas de Sánchez
El mes de Feijóo preparando una incierta investidura le da un valioso tiempo a Sánchez para negociar con el resto para presentar la suya. Previo pago de su importe, es de esperar que acaben recabando el apoyo de los grupos que ya sostuvieron la anterior legislatura. Pero hay un elefante en la habitación: se llama Junts, se llama Pugdemont.
Hace tiempo que el expresident era un cadáver político, pero ahora ha salido del sarcófago que es Waterloo. El procés está muerto, tanto ERC como Junts han perdido más de la mitad de su electorado, pero la burguesía burocrática del 3% no piensan bajarse del chantajismo, y comienzan la puja con precios imposibles: Puigdemont quiere que se declare referéndum legal el 1-O para apoyar la investidura.
No es posible saber en qué acabarán las negociaciones del PSOE, pero cabe preguntarse, si es que Sánchez consigue investirse… ¿cómo podría gobernar y aprobar leyes en una legistalura tan complicada como ésta, con la gestión de los fondos europeos, y con la amenaza de nuevos recortes por parte de Bruselas, con la permanente espada de Damocles del chantaje de Waterloo?
Comienza un curso político ciertamente incierto
Carlos dice:
Una sugerencia: deberíais hacer podcasts digitales de las noticias semanales,para descargarlos en el reproductor mp4, así no me aburro en el parque y estar actualizado como el Windows. Otra es que publiquéis en digital también, la inmensa biblioteca de marxismo de UCE , al estilo de Gustavo Bueno y otra me la dice un amigo, que el Facebook hay que actualizarlo
Saludos comunistas
Carlos pdfs a 6€\pdf.Terribles armas de destrucción masiva 😆 dice:
Está claro que Feijoo y con él los grandes monopolios autóctonos y extranjeros no van a formar gobierno, pero Sánchez lo tiene jodido. Que el subnormal de Puchdemon (alias Pokemont) quiere un referéndum…..pues que lo haga!!! Si va a salir que NO, si los catalanistas del 3% son una ínfima minoría. Así se callan la boca para siempre 🤬
Copón,si Maciá o Tarradellas levantaran la cabeza 🙄
andalaostia dice:
Joder Iñaki, que han borrado el artículo de Nuria con la valoración de las elecciones de R0 !!!
Era malo, pero éste es peor: no dice nada, es un remix de agencias.
A ver lo que dura !