Un día naces y parece que nadie te quiere. La aprobación del Bono Joven para el alquiler ha sido recibida con una tormenta de críticas a izquierda y derecha. La ayuda directa a inquilinos de entre 18 y 35 años que acrediten rentas anuales inferiores a 24.000 euros será de 250 euros al mes.
La ayuda podrá compatibilizase con otras prestaciones del llamado Plan Estatal para el Acceso a la Vivienda 2022-2025.Entre el anuncio del Gobierno hasta la aprobación publicada en el BOE ha pasado apenas un mes. Suficiente para que el bono de 250 euros mensuales para jóvenes reciba dudas, reproches y críticas que planean desde casi todos los ángulos y sectores políticos. Desde la oposición, sindicatos mayoritarios y minoritarios, socios de gobierno, sindicatos de inquilinos y la propia juventud.
En total, el Ejecutivo ha reservado 400 millones de euros, a razón de 200 millones para cada año de vigencia dirigido a ayudar a los jóvenes a emanciparse.»Es simple y llanamente una transferencia de dinero público al sector privado. Es un dinero que al final acaba en el bolsillo de los propietarios», considera Javier Gil portavoz del Sindicato de Inquilinas de Madrid, licenciado en Ciencias Políticas y doctor en Sociología. «Creemos que es una medida completamente anecdótica», dice Carme Arcarazo, portavoz del Sindicato de Inquilinos de Barcelona.
El norte de la mayoría
Los distintos colectivos de vivienda coinciden además en proponer un punto unitario como alternativa: insisten en que la solución pasa por una regulación integral que limite los precios del alquiler. “Desde el Consejo de la Juventud de España entendemos que es una medida paliativa que no resuelve el problema estructural. Los estudios sobre este tipo de políticas alertan de que pueden provocar un aumento en el precio de los alquileres”, en palabras de Margarita Guerrero, vicepresidenta del CJE.
Las organizaciones sociales -PAH y Sindicatos de Inquilinos- y las centrales sindicales, muy críticas con la medida del Bono Joven, exigen la regulación de los precios de los alquileres en las ciudades, especialmente en las zonas altamente tensionadas
La pauta común mayoritaria de las críticas está muy clara: exigen que el bono joven se complemente con una bajada por ley de los precios del alquiler. Una medida que la ley de vivienda pactada por PSOE y Unidas Podemos ya recoge como acuerdo y que tendría el apoyo de una mayoría social muy amplia. Más allá de su electorado, de muchos de los votantes de los partidos parlamentarios y extra-parlamentarios, ya que pondría freno a las subidas del alquiler y del precio de la vivienda que nos empobrece al 90%.
¿En qué consiste la ayuda?
El bono del alquiler para jóvenes tiene una serie de requisitos que pasan por ser menor de 35 años y contar con unos ingresos máximos de tres veces el IPREM. El límite de ingresos de 24.000 euros anuales es para las unidades de convivencia, se aplica de forma conjunta a todos los miembros de una vivienda. La dotación será de 250 euros al mes durante dos años y puede complementarse con otras ayudas a las que podrían sumarse las comunidades autónomas.
Está destinado a pisos cuyo coste sea inferior a 600 euros y las autonomías tienen margen para aumentar ese límite —ampliables a 900 si así lo demandan las CC.AA—. Lo cierto es que el bono, dirigido a ayudar a los jóvenes a emanciparse, plantea dudas como medida pero también por sus requisitos: si una pareja o dos jóvenes que convivan cobrasen ambos el salario mínimo —13.510 euros anuales, 27.020 entre ambos— ya superarían la cuantía establecida en el decreto como criba. Pese a todo, el Ejecutivo calcula que la ayuda llegará a entre 60.000 y 80.000 jóvenes.