Las organizaciones comunistas y revolucionarias en España en los últimos 50 años (3)

Un apoyo social (y electoral) desconocido

Al valorar la fuerza de la izquierda revolucionaria se nos presentan siempre los datos de las primeras elecciones. Los escasos resultados de los partidos comunistas a la izquierda del PCE confirmarían, nos dicen, que a la hora de la verdad, el apoyo social que tenían y su influencia era muy reducida. Vamos a demostrar que esta es una visión falsa, y que por el contrario las elecciones de 1977 o 1979 revelaron cómo, incluso en las peores condiciones, la izquierda revolucionaria era una relevante fuerza política y social, que influyó en el desarrollo de la transición.

En junio de 1977 se convocan las primeras elecciones democráticas tras cuarenta años de dictadura. Iban a fijar la correlación de fuerzas desde la que abordar la redacción de la futura Constitución.

Los partidos revolucionarios deben quedar excluidos del nuevo mapa político. Y se toman las medidas necesarias para conseguirlo. Se retrasa hasta después de los comicios la legalización de todos los partidos comunistas a la izquierda del PCE. Se priva del derecho al voto a los jóvenes entre 18 y 21 años, donde la influencia revolucionaria es enorme. Y el reparto de escaños beneficia descaradamente a los grandes partidos.

En estas condiciones -las peores posibles para una izquierda revolucionaria todavía ilegal, atomizada en múltiples candidaturas, y con formaciones como el PCE ml y OCE-Bandera Roja boicoteando los comicios- los partidos marxistas-leninistas hacen acto de presencia.

Bajo la forma de coaliciones o agrupaciones de electores -no podían hacerlo con su nombre y símbolos, dado su carácter ilegal- se presentan hasta diez candidaturas impulsadas por partidos marxistas leninistas y pensamiento Mao Tse Tung. Desde el Frente Democrático de Izquierdas, nucleado en torno al Partido del Trabajo de España (PTE), y en el que participa nuestro partido, Unificación Comunista de España, hasta la Agrupación Electoral de Trabajadores, impulsada por la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT).

Consiguen 307.117 votos, que se elevan hasta los 563.196, un 3,1% del total, si contamos las plataformas electorales en las que participan de forma destacada los partidos marxistas leninistas. No obtienen representación parlamentaria directamente, pero sí a través de coaliciones, con ERC en Cataluña o con Euskadiko Ezkerra en el País Vasco.

¿Son estos unos resultados que colocan a la izquierda revolucionaria en una posición marginal, al quedarse fuera del nuevo parlamento?«Vistos de conjunto, los partidos marxistas leninistas superan el millón de votos y son la quinta fuerza electoral en la transición»

Los hechos nos dicen exactamente lo contrario. Vistos de conjunto -y así deben considerarse, porque a pesar de su división constituían una fuerza que empujaba en una misma dirección- los resultados de los partidos marxistas leninistas en 1977 los convierten en la quinta fuerza en número de votos, por encima del Pacte Democrátic per Catalunya, encabezado por Pujol, que obtuvo 11 diputados, o duplicando el apoyo del PNV, que se quedó con 8 diputados.

¿Qué sucedió en 1979? ¿Hubo, como nos han contado tantas veces, un reflujo donde el apoyo a los partidos revolucionarios disminuía?

Otra vez los hechos desmienten a la historia oficial. En las generales de 1979 los partidos marxistas leninistas obtienen directamente 598.978 votos, que se amplían hasta 1.044.159 contando las coaliciones y plataformas en las que participan.

En apenas dos años, el voto revolucionario se ha duplicado. Mientras que PSOE y PCE apenas se han mantenido. Si en 1977 la relación de fuerzas electoral entre el PCE y el movimiento marxista leninista era de uno a tres a favor del primero, en 1979 esta relación es ya solo de uno a dos.

Y se confirma cómo el movimiento marxista leninista es, de conjunto, una poderosa fuerza electoral, colocándose en el quinto lugar.«Decenas de nuevos ayuntamientos son presididos en toda la geografía española por alcaldes de partidos marxistas leninistas»

Ese mismo año, en 1979, se realizaron las primeras elecciones municipales. En ellas, los partidos marxistas leninistas obtuvieron mas de medio millón de votos, casi mil concejales -en concreto, 903-, y 64 alcaldías.

En Andalucía y Aragón, el PTE fue la quinta fuerza más votada, y en Extremadura la ORT se encaramó al cuarto lugar.

Los alcaldes de partidos marxistas leninistas abarcan desde ciudades como Motril, la segunda más poblada de Granada, a Aranjuez en Madrid, Estepona en Málaga y Lebrija en Sevilla o Las Palmas de Gran Canaria; y desde localidades como la andaluza Marinaleda a la gallega Corcubión. Y se despliegan desde Andalucía a Galicia, desde Canarias a Zaragoza, Castilla León o Extremadura.

En todas ellas, los alcaldes marxistas leninistas despliegan un proyecto municipal revolucionario, con asambleas donde se decidían los asuntos más relevantes, presupuestos realmente participativos…

Estos no son los números de un “movimiento marginal” y sin apenas influencia. Lo que realmente confirman es que, a pesar de todas las dificultades, la izquierda revolucionaria y marxista leninista fue capaz de ganarse un importante respaldo social.

3 comentarios sobre “Un apoyo social (y electoral) desconocido”

  • Vaya,no sabía que el actúal «Sindicato Andaluz de Trabajadores(SAT)» de Marinaleda venía del marxismo-leninismo.Pues en Rebelion.org hablan muy bien del ayuntamiento.Llevan 40 años gobernando por mayoría absoluta y una casa vale 15€/mes,las fábricas autogestionadas.Ahora integrados en Podemos.Os dejo unos cuantos artículos …www.rebelion.org/noticia.php?id=106568 …www.rebelion.org/noticia.php?id=137643 ……rebelion.org/noticia.php?id=154552

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