Ford es primitivo, visceral, un poco bruto e instintivo, pero detrás hay un poeta, un magnífico narrador y un cineasta gigantesco
«John Ford era de esos artistas que nunca pronuncian la palabra arte, y de esos poetas que no hablan nunca de poesía “decía François Truffaut .Los westerns de Ford como los firmados por Hawks, y más tarde Peckinpack o Eastwood nos muestran las heridas más profundas de América. El ferrocarril trajo el progreso pero convirtió a hombres libres del salvaje oeste en asalariados. Enrique Urbizu director de la premiada “No habrá para los malvados” un western ambientado en Lavapiés ofrece para DeverdadTv un perfil de un gigante.
Cuando le preguntaron a Orson Welles quienes eran los tres mejores directores de la historia del cine, contestó: John Ford; John Ford y John Ford. ¿Cómo lo definiría usted?
Para los cineastas John Ford es un director de directores. Es quizás el más grande y es un gigante en primer lugar por el volumen de su filmografía. Es un cineasta que abarca la historia del cine del siglo XX. Fue un pionero en los tiempos del cine mudo cuando empezó como ayudante de Griffith y tiene de hecho una obra muda notabilísima. Se aprecia muy bien su evolución como cineasta. Le sigue la época de clasicismo durante los 30 y 40 y luego está el John Ford de los 50 más autoconsciente. En el fondo son películas fundacionales de la historia de los EEUU. De alguna manera un ciclo de John Ford es un recorrido por la historia de su país.
¿Por qué a muchos nos parece el más grande? Las virtudes de Ford son muy difíciles de explicitar. Hay muchos John Ford. Es casi un estado de ánimo. Pasan cosas ante la cámara con una aparente naturalidad y Ford las recoge con cierta distancia pero todo resulta genuino. Esa es la gran lección y el gran misterio de John Ford por lo menos para mí. ¿Cómo consigue que todo resulte tan genuino? Viendo una película de John Ford parece que las cosas eran así. En otros cineastas la puesta en escena es más evidente. Ford es primitivo, visceral, un poco bruto, instintivo pero detrás hay un poeta, un magnífico narrador y un cineasta gigantesco.
Es además un gran director de actores y eso le permite ese aplomo en la puesta en escena. Tiene mucha complicidad con sus actores y de hecho trabaja habitualmente con los mismos. Si conoces su cine genera cierta familiaridad…Es casi una tribu: la tribu Ford.
John Ford es más revoltoso y punki de lo que parece. Frecuentemente tiene idas de olla en las películas que son fascinantes por lo modernas. Las uvas de la Ira tiene planos que son sorprendentes. Cuando entra por primera vez la familia en el poblado de desahuciados monta una cámara sobre el morro del coche y todos los desgraciados del poblado miran a cámara. Es una de esas cosas que dices, Míralo, que juvenil. Y otras muchas pequeñas cosas: el sentido del humor por ejemplo es bastante gamberro. “Barco a la deriva” uno de mis títulos favoritos es una comedia muy golfa y también muy vagabunda. John Ford tenía un olfato especial para las clases populares. «En todas sus películas hay un aire libertario»
Las uvas de la ira es una declaración de principios y una toma de posición por el pueblo. Ese final…
“Somos la gente” y además lo dice una madre. Las madres de John Ford son fundamentales como un ancla de la sociedad. Es un cine protagonizado por hombres habitualmente y un mundo aparentemente masculino pero los personajes femeninos en John Ford son genuinos. Además son mujeres casi todas anónimas salvo excepciones. En El hombre que mató a Liberty Balance hay una escena en la cocina con las mujeres que me gusta mucho. En muy pocos wésterns ves el backstage del salón. La cocina llena de mujeres es un escenario muy poco habitual en el género .Hay unos chuletones, unas sartenes. .. casi parece el País Vasco. Se nota que le gusta sacar esa escena. A James Stewart lo acogen la madre y la novia y lo sientan, le quitan el polvo, le dan de cenar y lo acuestan mientras atienden a los energúmenos de los vaqueros.
Sin duda era un poeta. Por ejemplo: ¡Qué verde era mi valle! es una película muy estilizada.
Ford era un finísimo estilista y tiene un gusto estético exquisito. Hay un John Ford que viene de Griffith durante los primeros años del cine cuando se está formando el lenguaje y luego hay un John Ford un poco post Murnau, del mal llamado expresionismo alemán. Y ¡Qué verde era mi valle!, que mencionabas tiene muy patente la huella del expresionismo. También si buceas por ahí se entiende muy bien la famosa frase de Orson Welles que citabas. Efectivamente tanto en las posiciones de cámara, como en el tratamiento de los interiores, o cierta potencia expresiva de la luz con las fotografías tan contrastadas y esas composiciones tan bellas… se aprecia muy bien la huella de ciertos aspectos formales de Murnau que influyó mucho en Hollywood sobre todo con “El último” y “Amanecer”. Hay emparejamientos y si tiras de esa cuerda puedes llegar hasta hoy con Terrence Malick
A pesar de ser un director de directores, ¿por qué cree que ha habido tantos prejuicios contra John Ford?
John Ford era patriota y conservador pero sus películas son muy resbaladizas. Fort Apache es una película muy ambigua. Me fijé por ejemplo ayer volviéndola a ver que el personaje de Henry Fonda con mucha frecuencia está de espaldas a cámara. Las tomas no son claras ni frontales. Son pequeños secretos de la puesta en escena. Es como si estuviera ocultándose o Ford buscase el misterio de ese personaje tan equivocado, tan fanático y sin embargo al que aparentemente rinde tributo. Es una película que realmente es una obra maestra. Ford es muy poliédrico y no puedes decir que es un patriota, un fascista o un apologeta… Hay otros cineastas en que las lecciones son muy fácilmente extraíbles. La veta de mineral está a la vista pero en John Ford siempre hay un margen de incertidumbre, de sorpresa, de misterio…
Su biografía ha sido muy distorsionada. De hecho formó parte del Comité de Ayuda a la República.
Y con el Comité de Actividades Antiamericanas también supo estar a la altura. Cuando Cecil B de Mille, estaba acusando a Mankiewicz de comunista al cabo de unas cuantas horas John Ford levantó la mano y dijo: “ Me llamo John Ford, hago westerns , me encantan tus películas Cecille B. aunque tú me pareces un poco tal y creo que deberíamos dejar en paz a Mankiewicz e irnos a casa.” Aplanó aquello. No debía andarse con muchas zarandajas ni ser muy tolerante con el HUAC siendo él conservador. Y eso es muy de personaje de John Ford; un viejo conservador que ante el ataque de las libertades se posiciona. Debía tener mucha autoridad moral en su época entre la comunidad de Hollywood. «Hay poco smoking en la obra de John Ford»
Y de fascista no tenía nada, en todas sus películas hay un aire libertario que las recorre y un especial cariño para las clases humildes. Hay poco smoking en la obra de John Ford. La mayoría de sus películas las protagonizan trabajadores o soldados de a pie…John Ford hace películas sobre la gente. Tiene un olfato especial para lo popular, por eso sus comedias son tan entrañables.
Aun cuando retrata la América oficial, Ford siempre te está recordando que eso está basado en la gente. De alguna manera la gente está por delante de la nación y la bandera. Es bastante libertario, no le gusta mucho la autoridad y ni siquiera en su Trilogía de la Caballería hay una apología de la autoridad. Rio Grande, una de mis películas favoritas es casi un documental de los modos de vida de la compañía y de un hombre que está a punto de jubilarse. El personaje de John Wayne acumula una trayectoria pero también fracasos y decepciones pero pertenece a una comunidad. Rio Grande tiene un puntito de tristeza en esas escenas maravillosas cuando el Coronel York va a la tumba de su mujer a despedirse. Rio Grande es también una manera de entender la ética del trabajo de una manera un poco diferente a Hawks. Casi que le gusta el ejercito porque es una comunidad cerrada, con sus propias normas y unos tipos que hacen bien su trabajo. Yo creo que se mueve por ahí, por las comunidades.
Es verdad que en los años 40 y 50, máximo apogeo de EUU, el western sirvió como propaganda pero ¿no es verdad también que los grandes westerns, desde Ford a Eastwood, indagan en las heridas más profundas de América, aquellas que se refieren a esa libertad primigenia perdida?
El western es un cine de frontera. Es un retrato mítico sobre la fundación del actual sistema y modo de vida norteamericano para bien o para mal. La maravillosa serie Deadwood es como un fresco histórico. Deadwood es un territorio no sometido a ley sumido en una especie de anarquía capitalista que ve necesario tener un periódico, un juez, elegir un alcalde… El capitalismo en la forma del personaje Hearst entra en la segunda temporada y protagoniza la tercera como un huracán. Deadwood es un prólogo para luego ver The Wire que es como funciona en la actualidad el capitalismo.
Es quizá el género que mejor retrata las dos caras de América: la del impero y la de la América libertaria de Walt Whitman. Es que hasta los bandidos se llaman libertad como en Liberty Balance
Son los viejos tiempos cuando no había ley. Como en El joven Lincoln llega un hombre con libros y el hombre de acción se retira. El violento se aparta y la organización civil o la ley avanza por así decirlo. John Ford debe poner los dos personajes de alguna manera en la balanza porque también es difícil decidir. Te tienes que retirar porque ya no tienen sentido la pistola en el cinto con la ley. Esto sería una película de tesis. Liberty Balance es muchas más cosas pero sobre todo es una película bellísima. No se si es un western, una peli de terror o las dos cosas a la vez. Y tiene una cosa muy buena, que tiene a Lee Marvin y John Wayne juntos que es una cosa digna de verse.
El hombre que mató a Liberty Balance es una película muy amarga sobre la propia historia norteamericana.
Es demoledora. La verdad está debajo del cactus. El famoso imprime la leyenda. Como en Fort Apache es una película que imprime la leyenda cuando te está contando la verdad. Un gran héroe es un jodido fanático. Ford como buen humanista sabe que no hay nada blanco o negro donde está la verdad. «Las madres de John Ford son fundamentales»
Centauros del desierto es de una hondura trágica que para muchos es una de las mejores películas de la historia del cine.
En el comienzo de Centauros del desierto cuando esa mujer impulsada por un presentimiento o algo que no hemos visto sale a ver llegar aquella figura está todo. Está la casa, la familia, la raíz, la tierra, la madre y las tierras salvajes en frente.
Centauros del desierto es una película gigantesca e inagotable que no necesita ser una buena película. Hay gente que le reprocha que divague o que sea un poco lenta pero es como una catedral. A mi Centauros me parece inabarcable. Es como un espejo. Ya la conozco bien y la he visto muchas veces pero me gusta mirarla. Reúne varios placeres y uno es el estético. Es monumental nunca mejor dicho. Es una película abstracta. Te está contando un viaje que dura años y está todo rodado en el Monument Valley….Es casi una abstracción. Tiene una belleza física imponente a todos los niveles. De localizaciones, de paisaje, de casting, de texturas y es muy difícil estar mejor de lo que esta John Wayne en esa película. Realmente es un mito, es la abstracción del pionero encarnada. Violento, racista, rudo, desagradable, amenazador… pero es que hacen falta tipos como ese para conquistar un territorio. Es el que viene de la tierra salvaje. John Ford nos muestra el exterminio de todas las tribus indias con un gran respeto. A mí me encanta como retrata a los indios. Me gusta mucho porque hablan poco, son miradas. En Monument Valey te hace esa panorámica y ahí están los indios observándonos. Les otorga la propiedad, y una gran dignidad. Lo da a ver de una manera muy claramente a mi juicio.
Luego la película está llena de misterios. El comienzo es fascinante, ¿Por qué sale esa mujer? O la llegada de John Wayne con su uniforme sudista. Centauros del desierto tiene algo, como cineasta te hablo no como público, algún secreto indescifrable. Me gusta mirarla. Me gustan las texturas. Es una película de madurez que tiene rabia y es una película muy libre además. Hay que ser John Ford para hacer Centauros.