El economista Juan Torres aborda en el Ateneo Madrid XXI las bases del pensamiento económico dominante, respondiendo a los problemas económicos centrales.
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En una isla desierta se encontraron un físico, un químico y un economista que sólo tenían latas de comida pero sin disponer de abridores. Al preguntarse qué podrían hacer, el físico dijo que con un palo quizá podrían generar una fuerza capaz de abrirlas. El químico señaló que si hacían fuego podrían lograr que estallara y el economista se limitó a decir muy serio: “Supongamos que tenemos un abrelatas”’.
Con este chiste resume Juan Torres la forma en la que los economistas explican el mundo, con fórmulas cuya condición de aplicación es que la realidad se adapte a ellas, porque solo funcionan en el entorno ‘perfecto’ (inexistente e interesado) en el que se han concebido.
Durante más de 400 páginas, Juan Torres nos presenta ‘Economía para no dejarse engañar por los economistas’ (Ed. Deusto), tratando de contestar las preguntas que, de una forma u otra, aquellos que no son economistas, que somos la mayoría, nos hemos hecho desde que estalló la crisis. Y lo hace contrastando dos tipos líneas de pensamiento; la que se basa en la escasez y la que se desarrolla guiada por la justa distribución de la riqueza. Además de muchas otras preguntas que seguramente la mayoría no nos hemos hecho, pero que sin duda ayudan al lector a cuestionarse que las recetas económicas que uno escucha por televisión no son las únicas, y la mayoría de las veces, tampoco las correctas.
¿Quién se beneficia?
Juan Torres introduce al lector con la premisa de que los economistas no utilizan un lenguaje claro, lo que tiene como consecuencia mantener ‘nublada’ la percepción de la gente sobre las cuestiones económicas principales. De tal forma que se presenta como técnico y neutral lo que depende de una posición política determinada por intereses sociales y políticos. ‘Se presenta como ciencia lo que es pura ideología […] La soluciones lo son en función de a quién se quiera beneficiar con ellas’.
A lo largo de todo el libro, Torres presenta los hechos y las contradicciones, expone los argumentos y explica cómo ‘los grandes poderes tratan constantemente de influir en la investigación económica para procurar que sus conclusiones sean favorables a sus intereses’. Algo que, aunque a nadie se le escapa, multiplica su significado al comprender el mecanismo intelectual y la lógica política que argumenta el autor.
El principio de escasez
Para poder ahondar en cada una de las preguntas que Torres plantea, es fundamental conocer el principio rector del pensamiento económico dominante al que se enfrenta la obra.
A finales del siglo XIX se impone una especie de principio de escasez, desde el que la economía deja de tener como objeto ‘la distribución de la riqueza a lo largo del tiempo y entre los diferentes grupos sociales’. A partir de ese momento, se establece que la raíz de todas las cuestiones económicas es que ‘los recursos son escasos y que hay que elegir’. A partir de ese momento la economía pasa a tener como objeto de estudio ‘la relación entre fines y medios escasos que tienen usos alternativos’.
De esta manera los cambios estructurales se producen en la misma concepción de la economía, haciendo desaparecer la determinación de la política, porque todo depende de las elecciones individuales. Como explica el autor, ya no se valora lo que ocurre a lo largo del tiempo, porque la elección es un acto instantáneo, ni se contemplan los grupos sociales o clases, porque cualquiera de ellos, así como toda la sociedad, es una suma de individuos. Sabiendo como actúa uno, se sabe como actúan todos.
Juan Torres, como profesor de economía, alerta al lector de que la primera idea que la mayoría de profesores de economía enseñan es que el origen de todos los problemas es la escasez.
Lo extraordinario del libro es que inmediatamente después, tal y como hace a lo largo de los 50 capítulos, Torres desmonta este principio, empezando por los datos y siguiendo por la argumentación.
A lo largo de todo un capítulo, quedan fotografiados los procesos de concentración de riqueza y sus efectos en el mundo, acabando con los datos del Informe de Oxfam en el que se afirma que el 1 por ciento de la población mundial posee más que el 99 por ciento. A través de los datos, se pregunta el profesor Torres, por qué se habla de que no hay dinero si la realidad dice lo contrario. Por lo que ‘con una tasa minúscula, sería suficiente para obtener el dinero que se precisa para satisfacer las necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda, protección, cuidado y educación de toda la población mundial’.
La distribución de la riqueza
Y de aquí nace el corazón del libro (‘si se pone sobre la mesa el problema distributivo […] será obligado realizar juicios normativos y éticos’) que recorrerá capítulo tras capítulo, aportando conocimiento y comprensión al lector, hasta dos extraordinarios capítulos finales de conclusión.
Para ilustrar el antagonismo entre ambas concepciones (la de la escasez y la de la distribución) Torres pone dos ejemplos que permiten comprender de forma descarnada. En primer lugar explica el estudio del premio Nobel Gay Becker según el cual el problema de la escasez de órganos humanos para trasplantes se resolvería utilizando el mercado libre, en el que se pudieran ofrecer y comprar órganos. Un mercado en el que los riñones valdrían 15 mil dólares y los hígados 32 mil.
Y en segundo lugar ofrece al lector el de Lawrence Summer, economista en jefe del Banco Mundial, que en 1991 propuso que los residuos tóxicos producidos en países ricos se desviaran a los países pobres por razones de una ‘lógica económica impecable’, como que la preocupación por los factores que ponen en peligro la vida en los países con menor esperanza de vida, es menor.
Juan Torres hace lo contrario de lo que critica, y afirma que su argumentación se basa en un principio ético, como la contraria, depende de qué intereses se defiendan: ‘No tener en cuenta el aspecto distributivo solo buscar aceptar la distribución ya dada’.
La naturaleza del capitalismo
Antes de abordar contradicciones que han ocupado las portadas de muchos diarios en los últimos años, como la deuda pública, el papel de los bancos o las pensiones públicas, el autor ofrece al lector el marco general y su valoración.
Juan Torres reconoce lo que el capitalismo ha significado en cuanto a motor del desarrollo de la humanidad, pero se detiene en lo que considera el principal problema, el lucro como motor de la vida que hace que se produzca para obtener beneficio y no para satisfacer necesidades. ‘Se convierten en mercancía cada vez más aspectos de la vida social chocando con principios éticos elementales’.
Desde aquí aborda dos cuestiones. Por una parte la ‘tensión permanente entre el capital y el trabajo ya que sus intereses son contrapuestos’. Y analiza como el aumento y disminución de los salarios y de las condiciones de vida de los trabajadores han ido parejas a la mayor capacidad y poder de negociación de los trabajadores y, por lo tanto, a la diferente distribución de la riqueza en la sociedad.
Y por otra, el papel de los mercados, con los que adopta una posición contundentemente sensata: ‘decir que el mercado proporciona eficiencia o libertad económica es lo mismo que afirmar que las drogas proporcionan salud. Unas son peligrosas y otras inocuas, cada una tiene un efecto según como se utilice, quién la tome y en qué condiciones lo haga’.
La parte más interesante en esta introducción a los temas cruciales que aborda el libro, es en la que Juan Torres desmonta el modelo de ‘mercado de competencia perfecta’, según el cual es siempre necesaria la presencia de un dictador o “autoridad central benevolente” (en palabras del economista Andreu Mas-Colell), para alcanzar el máximo beneficio social. Haciendo referencia al papel del Estado.
Así se inicia la denuncia de las condiciones que se suponen que se deben cumplir para la ‘competencia perfecta’, su inexistencia en la realidad y la constatación de que ‘en los mercados hay una gran concentración del poder de decisión y que la competencia brilla por su ausencia’.
Aunque no da alternativa política (tampoco le corresponde) al problema de que mayor ‘densidad sindical’ sin alternativa desde el Estado lleva al desastre, como se ha podido comprobar en ciudades como Detroit, el mismo planteamiento económico de la distribución y la ‘autoridad central benevolente’ da base y pie implícito a su debate.
La concentración y la desigualdad
‘La búsqueda de la concentración y del poder de mercado es la estrategia obligada para reducir los costes y aumentar beneficios’.
Cualquiera que quiera disfrutar de un recorrido al alcance de la mayoría, incluso independientemente de sus conocimientos previos, por los principales problemas económicos para conocer otro punto de vista enfrentando, con datos y argumentos, a la versión oficial, debe leer este libro. Juan Torres aborda con honestidad cada una de sus partes, desde su exposición hasta su alternativa.
Así, el economista granadino defiende que sea siempre la sociedad la que se pronuncie respecto a los grandes temas que afectan a la vida de la gente, sobretodo si están vinculados al principio del máximo beneficio de una minoría.
Puede que en algún momento, los menos acostumbrados a este tipo de lecturas, encuentren dificultades para seguir algún capítulo (es un éxito del autor que solo ocurra en algún capítulo, teniendo en cuenta los temas que se tratan). Por eso precisamente son recomendables a conciencia dos partes extraordinarias.
La primera es el breve capítulo, hacia el ecuador del libro, en el que cita al economista surcoreano Han-Jo Chang, que ha demostrado en varias de sus obras que la defensa de la industria nacional ‘ha sido la clave del desarrollo de la mayoría de las naciones’. Y lo hace para abordar las relaciones económicas con el exterior y los intereses nacionales. Y la segunda son los dos últimos capítulos, en los que el lector podrá comprender sin matices y con ejemplos, las raíces y consecuencias de la desigualdad en los países desarrollados y más ricos del planeta, entre los que se encuentra España, y como siempre esta vinculada a la crisis y la concentración de riqueza. Enfocando especialmente a las cuestión de los salarios.
En definitiva, un libro que se lee esperando los espacios para hacerlo y que puede abordarse como un relato o tomando notas. A gusto del lector. Muy recomendable.
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Un economista. Un activista
Juan Torres es catedrático de Economía aplicada en la Universidad de Sevilla, autor de una treintena de libros y uno de los economistas con más prestigio del país. Con más de 30 años de carrera y 15 de producción editorial, Juan Torres comenzó a ser más popularmente conocido a raíz de su colaboración con la organización ATTAC, contribuyendo notablemente en la difusión de información sobre el pensamiento y las políticas económicas dominantes, ofreciendo alternativas diferentes, tanto para las pensiones públicas como para la salida de la crisis.
Además de su intensa actividad académica y divulgativa, Juan Torres es un profesional que se ha significado por tomar posición política en momentos claves, especialmente en los últimos años.
En el 2013, el periódico El País censuró uno de sus artículos titulado “Alemania contra Europa” en el que denunciaba la política europea de Merkel. Ese mismo año, firmó el manifiesto de la Mesa Estatal Pro-Referéndum de las Pensiones (MERP) por el blindaje constitucional de las pensiones, convirtiéndose en uno de los profesionales más activos en su defensa. En el 2015, Juan Torres elaboró, junto al profesor VicenÇ Navarro, un documento económico que debía servir de base para el programa de Podemos. Aunque finalmente no fue utilizado por la formación en su programa, provocó un debate que se trasladó a los principales medios de comunicación, y en el que se evitaron insistentemente sus nódulos principales. Precisamente ésta ha sido la razón de algunas de sus mejores intervenciones en las grandes cadenas de televisión, denunciando el debate parcial e interesado y defendiendo la libre exposición y confrontación democrática de ideas.
En las últimas elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid, Torres apoyó públicamente la candidatura de Izquierda Unida encabezada por el poeta Luis García Montero. Y en el 2016 formó parte de los 1.200 profesionales que suscribieron el manifiesto “Por un Gobierno de Progreso. Por un acuerdo de PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos” impulsado por Recortes Cero.
Juan Torres es especialmente activo en la denuncia de las desigualdades por cuestión de género y un destacado defensor de la igualdad y de políticas sociales y económicas que corrijan las consecuencias de la opresión que sufren las mujeres, tanto en el ámbito laboral, como profesionales, y en la sociedad en general.
En Sevilla, en particular, es habitual encontrarle participando en asambleas o actos de debate y propuesta ciudadana de todo tipo.
Josele dice:
Gran artículo. Si ya le tenia ganas al libro, ahora mas.
Hacen falta mas expertos como el sr. Torres con una posicion claramente en contra de las desigualdades
Anónimo dice:
Un artículo excelente. Tuve ocasión de escuchar en vivo y en directo a Juan Torres en Valencia y la verdad es que fue una experiencia inolvidable por lo mucho que aprendí. Pienso adquirir el libro, creo que es crucial que desde la posición y el pensamiento de un economista como el profesor Torres, concienciado divulgador de la triste realidad del capitalismo se nos muestre contra qué nos enfrentamos en la sociedad de hoy en día.
Anónimo dice:
¡¡Qué gran artículo!! y es que da en todo el clavo.Servidor tuvo la ocasión de hacer un curso de «economía de la empresa» y la primera tesis que te asientan es que la economía trata de la difusión de «recursos excasos»,lo cual hacía que diera la risa,ya que sólo con la producción de conejos de Australia o la riqueza del Vaticano se daría de comer a toda la humanidad.Es la tesis 0,más falsa que Judas