España en el punto de mira

Trump marca la casilla de España

¿Se "equivocó" Trump al señalar a España como "miembro de los BRICS"? ¿O fue una forma de "enfilar" a nuestro país en las próximas exigencias y turbulencias que el trumpismo va a imponernos?

El gasto en Defensa de España “es bajo, muy bajo” y si “los BRICS quieren hacerlo tendrán aranceles del 100% en los negocios que hagan con Estados Unidos». La respuesta de Trump a un periodista señalando a España por su “muy bajo” gasto militar y amenazando con duros aranceles como si fuéramos un país de los BRICS no es una anécdota. Es un hecho relevante que marca por sí solo los peligros a los que se enfrenta nuestro país con la llegada de la nueva administración norteamericana.

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Evidentemente España no pertenece al grupo de países emergentes formado por Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica, ampliado a otros como Egipto o Emiratos Árabes. Somos la cuarta economía de la Unión Europea, miembro de la OTAN y un aliado de Estados Unidos cuya relación pivota sobre un pacto militar y las bases americanas en nuestro país desde 1953, cuando se firmaron los Pactos de Madrid que abrieron la puerta al despliegue militar de EEUU en España.

Hoy las bases de Morón (Sevilla) y sobre todo Rota (Cádiz), base permanente de los seis destructores de la ‘U.S Navy’ que conforman el escudo antimisiles, juegan un papel clave dentro de la estrategia militar norteamericana en el Mediterráneo, el flanco sur de Europa, norte de África y Oriente Medio.

Pero los sectores de la burguesía monopolista norteamericana que han ganado con Trump quieren más y sus sacudidas al orden mundial suponen serios peligros para nuestro país en todos los terrenos.
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Aranceles y chantajes

En el terreno económico, la amenaza de imponer aranceles del 10% a los productos europeos y desencadenar una guerra comercial euroatlántica despierta todos los temores y eleva la incertidumbre en nuestro país, ya que podría suponer pérdidas para la economía nacional de más de 19.000 millones de euros, el 1,4% del PIB anual. Sectores como el agroalimentario, automoción, energético o farmacéutico serían de los más afectados.

Los aranceles son un peligro real, especialmente en comunidades como Madrid, Comunidad Valenciana, Euskadi, Cataluña, Navarra, Castilla-La Mancha o Andalucía. Sigue vivo el recuerdo de lo que supusieron los aranceles durante el anterior mandato de Trump, por ejemplo para las aceitunas y el aceite de oliva cuyas exportaciones a EEUU cayeron un 60%.

Pero hay otro peligro asociado a los aranceles: el chantaje como instrumento político. El chantaje que supone condicionar la aportación económica de España a la OTAN a la imposición de aranceles. O utilizar la imposición de aranceles para condicionar las inversiones en nuestro país, como podría ocurrir con las inversiones para baterías o hidrógeno verde de empresas chinas en Aragón o Andalucía.

Hay otro peligro asociado a los aranceles: el chantaje como instrumento político

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El 5% de gasto militar

Trump ha ido directo en su primera intervención internacional como presidente de Estados Unidos ante el Foro de Davos, para exigir “a los países de la OTAN que eleven su gasto en defensa hasta el 5% de su PIB”. Esta fortísima subida supone multiplicar por 2,5 el objetivo actual de la Alianza fijado en el 2% que muchos países de la OTAN todavía no cumplen.

Para España supondría una subida exponencial de 40.000 millones de euros anuales, que solo podrían salir aplicando draconianos recortes en Sanidad, Educación, y otras partidas sociales. Desde el gobierno, Pedro Sánchez ya ha respondido que “España es un socio fiable que cumple sus compromisos para llegar al 2% en 2029”. Asegura que somos el décimo país, de 30, que más contribuye a la OTAN y que la participación del ejército español en las misiones de la OTAN es muy superior a la media de la Alianza.

Pero nada indica que estas explicaciones vayan a apaciguar a un Trump que exige el 5% y señala que “la inversión limitada de otros constituye otra manera de aprovecharse de Estados Unidos”. Por el contrario debemos esperar un aumento de enormes presiones para incrementar exponencialmente el gasto militar. Y un incremento de las exigencias para que nuestro país participe no solo en más misiones sino en nuevos escenarios que interesan a la estrategia militar de la superpotencia, especialmente en Asia-Pacífico.

Esto último ya está ocurriendo. Hoy mismo hemos conocido la noticia: España envía por primera vez una fragata con un grupo de combate europeo al Indo-Pacífico. Es la ‘Méndez Núñez’ que se desplegará durante cinco meses con el portaaviones británico ‘HMS Prince of Wales’.

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Polarización y sacudidas políticas

La exhibición de poder imperial de Trump en su investidura pone de manifiesto que la segunda presidencia de Trump es más peligrosa e impredecible que la primera, y su disposición a agitar el tablero político en cada país para lograr sus objetivos, como ya ha hecho el magnate de internet Elon Musk interviniendo en las elecciones alemanas, apoyando al partido ultra neonazi, Alternativa para Alemania, y acusando a socialdemócratas y democristianos de hundir la economía alemana.

Aquí ya estamos viendo que la polarización de la vida política es cada vez más una guerra sin cuartel contra el gobierno y Sánchez. Y no solo por Vox subido en el carro trumpista con los ultras europeos. El PP de Feijóo, junto con medios oligárquicos de la derecha y Aznar -viejo amigo de Marco Rubio el nuevo secretario de Estado estadounidense- se han lanzado a culpar a Pedro Sánchez de los posibles aranceles y amenazas de Trump, mientras piden “el máximo respeto por la democracia estadounidense”.

Todo vale, incluso tumbar decretos con medidas sociales, y aunque sea en compañía de un Junts trumpista y el “fugado” Puigdemón, para tratar de hacer fracasar la legislatura con un gobierno bajo influencia de las demandas populares y progresistas, tanto en política nacional como ante problemas como el genocidio en Gaza, la alternativa de un Estado palestino o la defensa del multilateralismo en las relaciones internacionales.

Todo vale para tratar de hacer fracasar la legislatura con un gobierno bajo influencia de las demandas populares y progresistas

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La conexión oligárquico imperialista

“Conozco su banco y usted ha hecho un trabajo fantástico”. Así se ha referido el nuevo “Trump imperator” en su primera alocución internacional al referirse a la presidenta del Banco Santander,

Ana Botín en la videoconferencia con Trump, junto a Stephen Schwarzman, presidente de Blackstone; Brian Moynihan, presidente de Bank of America, y Patrick Pouyanné, de Total Energies. Acto moderado por Borge Brende, presidente del Foro Económico Mundial.

Ana Patricia Botín, como referente de la banca española, fue una de las cuatro líderes empresariales globales elegidos por el Foro Económico Mundial para interactuar con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su intervención en la videoconferencia de Davos, junto a un selecto grupo de representantes de las principales burguesías monopolistas de Estados Unidos y el planeta.

La presidenta del Santander, controlado de hecho por los fondos norteamericanos encabezados por BlackRock, se presentó ante Trump “como uno de los mayores bancos del mundo y uno de los grandes inversores en Estados Unidos”. Y elogió el enfoque de Trump sobre la desregulación del sector bancario. No consta que reivindicara cómo su banco y la gran banca española han aprovechado la subida de los intereses y las hipotecas para seguir saqueando a la población obtenido récord de beneficios.

Los ciudadanos, los movimientos sociales y las fuerzas progresistas debemos prepararnos para hacer frente a las presiones y sacudidas que se avecinan. En nosotros está la fuerza principal para defender la democracia y los intereses de las clases populares, el interés general del país, la soberanía nacional y la independencia de nuestro país para decidir nuestro propio destino frente a la oligarquía y las amenazas imperiales del hegemonismo.

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